Tu nombre despues de la lluvia: entrevista a Victoria Álvarez

Victoria Álvarez no para de cosechar éxitos. Con tres novelas en su haber y un montón de proyectos, esta joven escritora salmantina tiene el don de cautivar a sus lectores. Sus obras, de cuidadas e interesantes tramas de época, son tan recomendables como entretenidas. Su último trabajo “Tu nombre después de la lluvia” está ambientado en la Irlanda de principios del siglo XX y conjuga romance, misterio y fenómenos sobrenaturales como digno homenaje a la literatura victoriana. La escritora nos habla un poco más de ella en esta entrevista. No se la pierdan.

 “Tu nombre después de la lluvia”

Pregunta: Queremos darle nuestra más sincera enhorabuena por su última novela, nos ha cautivado. ¿Cómo surgió esta obra?

Respuesta: ¡Me alegro mucho de que les haya gustado! Como suele sucederme siempre, la novela fue creándose poco a poco como si fuera un puzzle. Hacía años que conocía la figura de la “banshee” irlandesa y me apetecía mucho escribir una historia que girara en torno a ella. Por otra parte, estoy desarrollando desde hace unos años una tesis doctoral en Historia del Arte para la cual he tenido que leer unos tres mil periódicos del siglo XIX, y al familiarizarme cada vez más con la prensa de época se me ocurrió que sería interesante incluir en la historia una publicación dedicada a lo sobrenatural. Poco a poco las piezas empezaron a encajar, y después fueron apareciendo las demás… y cuando quise darme cuenta tenía entre manos el esquema para una nueva novela.

P: Leemos durante la novela y también en la nota de Lumen que “Tu nombre después de la lluvia” es heredera de “La dama de blanco”, de Wilkie Collins. ¿Qué es lo que más le gusta de este clásico de la literatura universal?

R: Todo, realmente. Leí por primera vez “La dama de blanco” en la adolescencia y recuerdo que me encantó sobre todo por la manera en que Collins desarrolló la trama detectivesca. Es una obra que he tenido muy presente desde entonces y a la que he regresado muchas veces, y en “Tu nombre después de la lluvia” actúa como uno de los nexos de unión entre Oliver Saunders, uno de los protagonistas, y Ailish O’Laoire, la hija de la dueña del castillo que quieren investigar, la cual le resulta al principio tan inalcanzable como Laura Fairlie a Walter Hartright en la novela de Collins. 

P: La obra está ambientada en unos escenarios idílicos y se nota en cada página la intensa labor de documentación realizada. ¿Por qué eligió Irlanda e Inglaterra? ¿Ha recorrido ambos países?

R: Soy una enamorada de Inglaterra principalmente por lo mucho que me gusta la literatura victoriana. En el caso de Oxford, he tenido la suerte de poder conocerlo de primera mano gracias a uno de mis mejores amigos, al que fuimos a visitar cuando estuvo viviendo en la ciudad. Lo mío con Oxford fue un flechazo auténtico, y desde ese momento supe que más tarde o más temprano lo acabaría usando como escenario para una novela. En cuanto a Irlanda, aún no he tenido la oportunidad de ir, ¡pero espero hacerlo pronto!

P: Asimismo, los vestidos, las casas, hasta el mobiliario… todo está descrito de una forma meticulosa. ¿Qué fuentes suele utilizar para crear el atrezzo histórico?

R: Hoy en día tenemos la suerte de estar a un clic de distancia de cualquier dato que necesitemos gracias a Internet. Siento auténtica pasión por el vestuario de época (la historia de la moda es otra cosa a la que me gustaría haberme dedicado, como habrá adivinado cualquier persona que me siga en Facebook), y me lo paso en grande diseñando el fondo de armario de cada uno de mis personajes, porque muchas veces la manera de vestir de alguien dice tanto como sus palabras acerca de su personalidad. Para “Tu nombre después de la lluvia” estuve buceando muchas semanas en la página web del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, que tiene una colección impresionante de ropa de época; todo lo que llevan la señorita Stirling y las dos O’Laoire está inspirado en prendas reales de ese museo. En cuanto al diseño de interiores, también me gusta muchísimo y tengo unos cuantos libros que he comprado por Internet en los últimos años, como Victorian House Style Handbook de Linda Osband, mi Biblia a la hora de decorar las casas de mis personajes. Es cierto que esta documentación, si uno realmente quiere ser meticuloso, puede llevar muchos meses, pero para mí es la parte más entretenida de todo el proceso, y no renunciaría nunca a ella por querer acabar cuanto antes un libro.

P: Hablemos de los personajes de “Tu nombre después de la lluvia”. Nos encantan, sobre todo, Ailish y el descarado Lionel Lennox. ¿Tiene usted algún favorito?

R: Sin lugar a dudas, la señorita Stirling. Creo que es el personaje más complejo que he creado hasta ahora, aunque lo que se ha visto de ella en “Tu nombre después de la lluvia” no es más que la punta del iceberg. Es una especie de Irene Adler con la elegancia de Adèle Blanc-Sec y el encanto exótico de Haydée. ¡Nunca me he encariñado tanto con un personaje como con ella!

P: La sobrina de Alexander Quills es un personaje secundario, pero con mucho carisma. ¿Nos puede contar algo más sobre ella?

R: Es curioso que Veronica sea uno de los personajes por los que más me han preguntado los lectores, cuando apenas aparece en la novela… Digamos que no se corresponde para nada con el ideal de mujer que existía en la Inglaterra de comienzos del siglo XX: es rebelde, feminista, contestataria y desordenada, y lo más opuesto que puede haber a su sufrido tío, que es todo meticulosidad. Se dedica a la pintura, con lo que está en contacto con la bohemia, y tiene como mascota a un cuervo llamado Svengali en homenaje a “Trilby” de George du Maurier. Con Lionel tiene una amistad con derecho a roce que sin embargo no impide que lo vea como a un hermano del que a menudo se siente responsable. La verdad es que Veronica es un personaje con el que me he divertido mucho y que aún tiene mucho que decir y que hacer, ya lo verán…

P: Annabel Lovelace, la protagonista de su primera novela “Hojas de dedalera” aparece en su último trabajo en más de una ocasión. Nos parece una gran idea su forma de entrelazar historias. ¿Podríamos volver a encontrarnos con caracteres como Alexander Quills o Lionel Lennox en futuras obras?

R: ¡Claro que sí! Cuando uno siente que los personajes están tan vivos es imposible confinarlos dentro de una única novela. Lo que comentan de entrelazar las historias es algo que decidí hacer en el momento en que se me ocurrió el argumento de “Tu nombre después de la lluvia”. Pensé que sería interesante empezar a crear poco a poco una especie de universo personal en el que transcurran todas mis historias, con personajes que mantienen relación unos con otros. Sé que a los lectores les ha encantado reencontrarse con Annabel, y que algunos también han conseguido dar con una referencia a Silvana, la protagonista de “Las eternas”, en una escena de la primera parte.

P: La novela está impregnada de folclore irlandés, aunque empiece en Egipto. ¿Qué leyendas le gustan más de la tradición gaélica? ¿Y de la cultura egipcia?

R: De la gaélica, sin duda la idea de las “banshees”, y toda la fascinación por las criaturas feéricas que existe en su folclore. Y de la egipcia, no sabría escoger un único mito… Quizás me quedara antes con las historias reales, las de los grandes descubrimientos arqueológicos de comienzos del siglo XX de los que me hablaba mi padre cuando era pequeña. Durante un tiempo fantaseé con la idea de convertirme en arqueóloga, pero como finalmente no fue posible me conformé con hacer que personajes como Lionel vivieran esas aventuras.

Obra y estilo

P: Ya son tres las novelas que ambienta a principios del siglo XX, y dos en las islas británicas. Podemos ver en sus redes sociales que es una apasionada del siglo XIX y principios del XX. ¿Qué destacaría de ambos períodos históricos?

R: Que son realmente distintos entre sí, aunque a simple vista quizás no se perciban demasiadas diferencias entre una década y la siguiente. El mundo cambió de una manera increíble en esa época; no hay más que pensar en el avance imparable de la tecnología y la aparición de los trenes, los dirigibles, el cinematógrafo, el teléfono… todo ello unido a un profundo sentido de la tradición y a un respeto por las costumbres sociales más arraigadas. Esta contraposición es precisamente lo que hace que sea un período fascinante.

P: Es recurrente en sus novelas encontrar fenómenos sobrenaturales y la práctica del espiritismo (presente en “Tu nombre después de la lluvia”). ¿Qué le interesa más sobre este tema?

R: Supongo que el hecho de que estuviera tan arraigado en la sociedad de entonces, hasta el punto de que las sesiones de espiritismo eran una de las diversiones más de moda en el Londres finisecular. Es curioso que cuanto más avanzaba la tecnología en el sentido del que hemos hablado antes, más se interesaran los hombres y las mujeres (sobre todo las mujeres) en algo tan impreciso y tan etéreo como el contacto con el Más Allá.

P: Sus novelas homenajean la novela gótica y cita en más de una ocasión obras de autores ilustres. Como especialista en literatura del siglo XIX, ¿cuáles son sus libros/autores de cabecera? ¿Y sus autores contemporáneos preferidos?

R: Los autores victorianos sobre todo: Dickens, Collins, Austen, las hermanas Brontë… también Oscar Wilde, al que adoro más que a ningún otro… y en el caso de los franceses, me quedo con Dumas y Victor Hugo. En cuanto a los autores contemporáneos, admiro muchísimo a Anne Rice y Kate Morton y leo todo lo que publican porque siempre me identifico mucho con sus historias.

P: Por el momento, sus novelas se mueven entre argumentos victorianos, los tintes góticos y la corriente steampunk. Aunque parece que ya ha encontrado una línea literaria, ¿se plantea en un futuro arriesgar y sumergirse en otros géneros diferentes?

R: Es pronto para decirlo. Los proyectos de los que espero poder ocuparme a partir de ahora comparten la misma ambientación que “Tu nombre después de la lluvia”, aunque hace poco me di cuenta de que cada vez avanzo más en el siglo XX hacia la Primera Guerra Mundial. Lo que tengo claro es que, al menos por el momento, no voy a escribir nada ambientado en la actualidad, por la sencilla razón de que mi literatura se basa en el escapismo. Sé que no disfrutaría tanto dando forma a una historia que se pareciera a mi realidad.

P: Hablando de trayectoria profesional… ¿cree que ha evolucionado desde “Hojas de dedalera”? ¿Qué se siente al haber cosechado éxitos y premios por su trabajo?

R: Creo que sí he evolucionado, aunque quien mejor puede decir eso es el lector porque posee una distancia con la obra de la que el autor carece. La verdad es que ese es el mayor premio para mí: poder mirar atrás y darte cuenta de que te estás perfeccionando, de que cada vez lo haces un poquito mejor, y a la vez de que aún te queda mucho por aprender. ¿Qué sentido tendría todo esto si no?

P: ¿Tiene ya algún nuevo argumento en mente para una futura novela? ¿Podría dar a los lectores de El Mar de Tinta alguna pista al respecto?

R: Tengo ahora mismo ocho historias anotadas en ocho cuadernos distintos en diferentes fases de desarrollo. La verdad es que me agobia un poco tener tanto que hacer y tan poco tiempo al cabo del día, pero como siempre digo, todo es cuestión de organizarse, y no sirve de nada darse prisa en acabar una novela si no estás segura de que podrás hacerles justicia a la historia y los personajes. Por el momento lo que sí puedo contarles es que hace tres semanas que acabé otro libro, y que en este momento está en manos de mi agente y de mi editora… ¡así que cruzo los dedos para poder darles buenas noticias pronto!

P: Ya como punto y final, nos encantaría que nos recomendara algún título que haya leído hace poco y le haya entusiasmado.

Hace unas semanas terminé “La señora Parkington” de Louis Bromfield y me encantó, y lo mismo podría decir de “La restauradora” de Amanda Stevens, que tiene un componente siniestro que a mí personalmente me entusiasma. Creo que cualquiera de esas dos novelas sería una recomendación segura.

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