Matilda

El sello Alfaguara siempre ha tenido el buen gusto de incluir en su catálogo  juvenil un buen número de clásicos. Los de Roald Dahl son sin duda imperecederos, divertidísimos y recomendables para despertar en los más pequeños el amor por la literatura. Este año, la editorial celebra el 30º aniversario de una niña que ha robado el corazón de miles de lectores alrededor del mundo: un pequeño ratón de biblioteca con una fuerza y un talento incomparable. No pierdan la oportunidad de regalar(se) esta nueva edición de “Matilda” a tapa dura.

Si bien todos los libros que el autor galés escribió para el público infantil son deliciosos, “Matilda” lo guardamos en nuestra estantería de favoritos.

Una niña muy especial

Aquellos que no hayan leído esta novela, es posible que conozcan su argumento por la versión cinematográfica dirigida por Danny Devito en 1996. Les pondremos en antecedentes. Nacida en el seno de una familia mediocre, Matilda brilla con la fuerza de un pequeño sol. Mientras sus padres y su hermano menor se autoinflingen lobotomías televisivas a todas horas, la benjamina de la familia Wormwood ya habla con perfección a los 3 años y, a los 4, aprende a leer sola con los pocos libros que encuentra en su casa.

Llevada por su curiosidad innata y teniendo en cuenta que en su casa nadie le presta mucha atención, Matilda aprende el camino hacia la biblioteca del pueblo, donde la señora Phelps le abre las puertas a un mundo mágico que la hace sentirse menos sola.

Cuando ingresa en la escuela, el talante sensible de Matilda la ayudará a hacer amigos con facilidad y ganarse el afecto de sus compañeros. Su profesora, la señorita Honey, enseguida comprende que tiene en su clase a un prodigio. Pero su afán por ayudar a la niña a superarse se verá frenado por una amenaza: la aterradora y enajenada directora del centro, la señorita Trunchbull.

[quote]A veces se topa uno con padres que se comportan del modo opuesto. Padres que no demuestran el menor interés por sus hijos y que, naturalmente, son mucho peores que los que sienten un cariño delirante. El señor y la señora Wormwood eran de ésos. Tenían un hijo llamado Michael y una hija llamada Matilda, a la que los padres consideraban poco más que una postilla.[/quote]

Novelas de iniciación

Igual que otros clásicos de la literatura juvenil pueden resultar más pesados a la hora de leerlos, los libros de Roald Dahl tienen una gran cualidad: sus historias son atemporales, divertirán a los niños del día de hoy igual que lo hicieron con los niños de generaciones pasadas.
Asimismo, todos y cada uno de ellos están cargados de valores útiles para que nuestros pequeños los adopten, sin por ello perder la frescura y originalidad de una trama llena de situaciones disparatadas. Se alejan de la moralina condescendiente que habitualmente encontramos en los textos para niños: las historias de Roald Dahl son inteligentes y tremendamente divertidas, aunque contengan reminiscencias un tanto dickensianas en sus escenarios. El autor nos recuerda que los niños pueden ser pequeños, pero no por ello tontos. Acercarles a textos divertidos y «canallas» no les va a confundir, sino que les ayudará a entender la la lectura como una fuente inagotable de entretenimiento. 

Al ser obras cortas, y estar todas ellas ilustradas, son perfectas para que el niño dé el salto del álbum/cuento ilustrado a la novela. Enfrentándose por fin a textos más complejos, mejorará la comprensión lectora y se habituará a la lectura en solitario. La presente edición de Alfaguara tiene una tipografía de letra muy ancha y, acompañado de las ilustraciones del gran Quentin Blake, es el trampolín perfecto para que el niño se zambulla en la literatura infantil de calidad.

Mensaje poderoso

La historia de “Matilda” es divertida, fresca y original. Hará reír a carcajadas a nuestros pequeños y, si deciden acompañarles en la lectura, los adultos encontrarán también una crítica potente a la sociedad. Desafortunadamente, treinta años después de la publicación de “Matilda”, muchas de los problemas sociales que apunta el autor siguen siendo de actualidad. Vivimos  inmersos en un mundo donde se premia la mediocridad, la ley del mínimo esfuerzo y se hace apología de la ignorancia. Matilda es un faro de luz para todos aquellos niños que, por no tener las mismas inclinaciones que los demás, han sido en algún momento tildados de raros.

La afición a la lectura en edades tempranas escasea (también en edades no tempranas) y ha sido desterrada a favor de la inmediatez de la televisión, las redes sociales y los teléfonos móviles. Inculcar en los niños el hábito de leer es, cuando menos, importante para su desarrollo intelectual.

Además, en “Matilda” encontraremos conceptos como la solidaridad, la humildad, la sensibilidad y el respeto hacia el prójimo. Profundizando un poco en la doble lectura, también extraemos una crítica contundente al acoso escolar o lo que hoy día llamamos “bullying”. Del mismo modo, Matilda se suma a la lista de heroínas inteligentes y decididas de la literatura infantil, como Pippi Calzaslargas o las protagonistas de «Mujercitas«. En definitiva, esta novela alberga una buena colección de valores que calarán hondo en los lectores, mientras se divierten con la desternillante historia.

Conmemoración perfecta

La presente edición, a tapas duras, con faja y manteniendo las ilustraciones originales de Blake es sencillamente perfecta. Desde El Mar de Tinta recomendamos encarecidamente que elijan “Matilda” como próxima lectura en familia. Aseguramos risas y diversión a raudales.

Cabe mencionar que todos los ingresos por derechos de autor de los libros de Dahl van destinados, en su totalidad, a su fundación, que además de interesarse pòrtemas relacionados con la alfabetización infantil, investigan  también en los campos de la neurología y la hematología.

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