La lluvia mágica

La editorial Edimáter presenta un nuevo cuento repleto de hermosas ilustraciones y valores positivos. Esta historia, perfecta en este lluvioso mes de abril, relata un asombroso acontecimiento que cambiará la vida de todo un pueblo. “La lluvia mágica” es una lectura indicada para niños a partir de 3 años.

Los cuentos infantiles ayudan al menor a familiarizarse con el hábito de leer. Son, frecuentemente, la puerta por la que nuestros pequeños acceden al mundo de la literatura.

Suelen ser los padres, docentes o familiares los que escogen los cuentos que luego ofrecerán al niño y, desde El Mar de Tinta, nos gusta señalar la importancia que esa elección tiene. Sin duda alguna, los cuentos y álbumes ilustrados que seleccionemos deben ser llamativos, vistosos y sobre todo divertidos. De este modo, se despierta el interés en el menor. Pero también es fundamental elegir historias que eduquen al niño y le aporten valores positivos.

“La lluvia mágica”, siguiendo la filosofía de Edimáter, entra dentro de esta categoría de cuentos con “utilidad”, más allá del entretenimiento inherente a cualquier relato infantil.

Un fenómeno metereológico extraordinario

En Vallealto no para de llover. La lluvia cae incesantemente desde hace cuatro semanas y no parece que tenga intención de escampar. Ana y Pablo empiezan a estar ya hartos de tanta agua, que les impide salir a la calle a jugar. Incluso sus padres empiezan a tener  los nervios de punta.

Los dos hermanos se acuestan esa noche con la esperanza de que a la mañana siguiente el sol brille y el tiempo sea espléndido. Cuando suena el despertador, Pablo se levanta y se dirige al cuarto de baño. Algo extraño le sucede, pues le pica mucho la cara y al rascarse nota algo diferente que no puede comprender.

Al mirarse en el espejo su sorpresa no puede ser mayor: ¡Tiene cara de rana! Pablo, asustadísimo, trata de lavársela a ver si se despierta de la pesadilla, pero la transformación es real. El niño sabe que la lluvia es la causante de su desgracia y no puede evitar  pensar que a partir de ahora  todo el mundo se burlará de él por ser diferente.

Desesperado, llama a su madre en busca de ayuda y descubre que ¡ella también tiene cara de rana verde!

Transformación colectiva

Cuando descubren que toda la familia se ha convertido en rana verde, el padre realiza una llamada al médico del pueblo. Éste le informa que lleva recibiendo llamadas de alarma toda la mañana: todos y cada uno de los habitantes de Vallealto han sufrido el espantoso cambio.

Pese a que al principio las reacciones son de angustia y preocupación, al final, los vecinos del pueblo deciden que no merece la pena preocuparse. Al fin y al cabo, todos se encuentran en la misma situación y deciden que lo más sensato es seguir con su día a día.

La vida continúa en Vallealto como si nada hubiese pasado, y poco a poco, los lugareños van olvidando sus antiguos rostros, normalizando el hecho de que tienen caras de rana.

El primer día que Pablo y Ana vuelven al colegio, nada  parece salirse de la rutina, salvo por las caras de rana de todos sus compañeros y del equipo de profesores. A mitad de la clase de matemáticas la puerta del aula se abre y aparece Beatriz, que se ha retrasado. Todos se quedan con la boca abierta al comprobar que la niña no tiene la cara verde como los demás, sino de rana roja.

Tolerancia y respeto

El rechazo que la familia de ranas rojas provoca en Vallealto, donde todos son verdes, así como el miedo a lo que las otras personas puedan pensar si nos relacionan con alguien tachado de “diferente”, es más que común en nuestra sociedad. La autora de este precioso cuento, María Domínguez Márquez, hace un buen uso del argumento para explicar (de una forma sencilla y simplificada), la importancia de ser respetuosos y tolerantes con las personas que sean diferentes a nosotros, ya sea por raza o condición.

Es la obra de Domínguez un alegato antirracista, con el que los niños podrán asimilar valores como la integración y la solidaridad, tan importantes en estos días que corren. Asimismo, el álbum incluye un apartado dónde se engloban todas las ideas que el pequeño lector puede aprender de la historia: lo más importante de las personas está en el interior y no en los rasgos físicos; hay que hacer por los demás aquello que nos gustaría que nos hicieran a nosotros; debemos recordar que las personas que abandonan su país y se instalan en otro lo hacen por necesidad, y a veces resulta duro; entre otras indicaciones educativas.

Ilustraciones magníficas

Las ilustraciones que Marina Seoane ha creado para “La lluvia mágica” son el complemento que convierte este álbum en una verdadera delicia. Realizadas por la artista (a bolígrafo la línea y a ordenador el color, mezclándolo con texturas y filtros) son un ejemplo perfecto de combinación de técnicas artesanales y modernas.

No por ello menos elaborados, el resultado son unos dibujos armoniosos, llenos de dinamismo y matices. Los protagonistas convertidos en ranas, cobran vida de la mano de Seoane en composiciones con fondos suaves que contrastan con la piel verde y los llamativos atuendos. Los detalles de los escenarios (el mobiliario, las cortinas, el material escolar) están dibujados con un gusto exquisito, y ofrecen al lector la posibilidad de demorarse a disfrutar en cada página.

La historia de Ana y Pablo, así como de la rana roja y diferente  divertirá a los pequeños lectores, enseñándoles una importante lección: tolerar los rasgos raciales y culturales distintos a los nuestros hace de este mundo un lugar mejor.

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