A todo vapor

Terry Pratchett (1948-2015) dedicó más de tres décadas de su vida a dar forma al Mundodisco, en una magistral serie de novelas en la cual el autor británico demostró ser todo un maestro de la sátira. Más de cuarenta volúmenes componen una saga admirada por millones de lectores de todo el mundo, la cual hemos podido disfrutar en nuestro país de la mano de Plaza &Janés y Fantascy (con la excepción de “Los pequeños hombres libres”, publicada por Ediciones El Toromítico).

Las historias ambientadas en este peculiar mundo (que surca el espacio sostenido por cuatro elefantes a lomos de una inmensa tortuga) no sólo son ejemplos del mejor humor inglés, sino que también (sobre todo en los libros más recientes) sirvieron para que Pratchett expusiera su visión sobre temas tan controvertidos como el racismo, la esclavitud, el fanatismo religioso o la guerra, al tiempo que introducía paulatinamente reformas de todo tipo que fueron cambiando poco a poco la vida de sus habitantes. Ahora, en “A todo vapor”, el lector tiene la oportunidad de descubrir cómo afecta al Mundodisco la aparición de uno de los elementos clave de nuestra Revolución Industrial: el ferrocarril.

Viajeros al tren

El joven ingeniero autodidacta Dick Simnel ha conseguido domar la gran potencia del vapor de agua a presión y, tras no pocos problemas, ha construido la Traviesa de Hierro, primera locomotora en la historia del Mundodisco. Lógicamente, el lugar indicado para presentar su invención y lograr un merecido reconocimiento es Ankh-Morpork, la ciudad más importante del disco. Allí conseguirá el apoyo económico de Harry Rey, empresario enriquecido gracias al procesamiento de los residuos sólidos y líquidos de la gran urbe (en efecto: esos residuos).

Evidentemente, algo tan relevante para el progreso de la ciudad como el ferrocarril capta de inmediato la atención de lord Vetinari, el inteligente (y peligroso, muy peligroso) tirano de Ankh-Morpork, quien volverá a solicitar los servicios de Húmedo von Mustachen (pícaro profesional y, por avatares del destino, director del servicio de correos y del banco de la ciudad). Con la ayuda de un abogado troll y un buen puñado de entusiastas trasgos, las vías ferroviarias comenzarán a extenderse a lo largo y ancho de la ciudad estado y sus naciones vecinas. Pero no lo hará sin contratiempos, el mayor de los cuales resultará ser un grupo de enanos fanáticos (los grags) cuyas acciones pondrán en peligro tanto el progreso como la convivencia pacífica de las distintas razas que pueblan el Mundodisco.

Diferentes pero iguales

Al leer sus novelas, da la impresión de que Pratchett escribía con el objetivo de ir solucionando en su obra aquellos problemas de nuestra sociedad que más le irritaban. Y lo cierto es que, libro tras libro, el gran autor británico fue dedicándose con ahínco a construir un nuevo orden social, centrado en Ankh-Morpork pero extensible al resto del disco.

La Guardia de la ciudad se fue convirtiendo poco a poco, bajo el liderazgo del comandante Vimes, en todo un crisol multicultural y multirracial en el cual colaboran humanos, enanos, trolls, licántropos, vampiros, zombis e, incluso, seres tan inclasificables como el agente “Nobby” Nobbs. En su seno comenzó a gestarse también una revolución en defensa de la identidad femenina de las enanas (hembras y varones enanos son difíciles de diferenciar, puesto que ambos lucen luengas barbas), liderada por la aguerrida sargento Jovial Culopequeño.

Pero quizá los dos avances más importantes en lo que a la convivencia entre distintas razas se refiere sean los que tuvieron lugar al final de dos de las novelas más recientes de la serie: “¡Zas!” y “Snuff”. En la primera de ellas, la eterna enemistad entre trolls y enanos llegó a su fin, de modo que en “A todo vapor” se nos describen en varias ocasiones casos de amistades interraciales. En la segunda, los trasgos (seres de apariencia y olor desagradable, considerados tradicionalmente como alimañas) demostraron ser criaturas inteligentes, sensibles y muy trabajadoras, con lo cual se les reconocieron los mismos derechos que al resto de los habitantes del disco.

Un mundo en constante evolución

La aparición de las máquinas de vapor se suma a una serie de avances tecnológicos que llevan asomándose de forma más o menos evidente en las novelas aparecidas en la última década. Estos avances, sumados a los cambios de orden social, hacen suponer que Pratchett tenía la intención de conducir al Mundodisco hacia una modernización cuyos efectos, lamentablemente, ya no llegaremos a conocer.

El ferrocarril, el servicio mejorado de correos y la red de torres de “clacs” (trasunto de nuestros telégrafos), unidos a los logros económicos y sociales, han ido modificando poco a poco el perfil de una Ankh-Morpork que actúa como espejo en el cual se miran el resto de estados. El afán de Vetinari por convertir a su ciudad en un ejemplo a seguir, así como su apuesta por poner fin (por medio de la diplomacia, a poder ser) a las diversas rencillas entre razas o entre naciones vecinas, ha conseguido que el mundo sea un lugar más agradable y seguro. Un lugar, en cierto modo, mucho mejor que aquel en el cual nos ha tocado vivir.

Penúltima parada

“A todo vapor” es la cuadragésima novela de la saga del Mundodisco, y la última de la vertiente “adulta” de la misma. Todavía nos queda un libro por disfrutar, “La corona del pastor”, quinta entrega de las aventuras (enfocadas a un público de menor edad) de Tiffany Dolorido. Y ese será el final, ya que la hija de Terry Pratchett (la también escritora Rhianna Pratchett) ha declarado que no autorizará la escritura de nuevas novelas ni publicará obras inconclusas de su padre (decisión muy distinta a la tomada por otros hijos de autores famosos, como el controvertido Christopher Tolkien).

Los seguidores Pratchett disfrutarán en “A todo vapor” de un autor en plena forma, tan mordaz como siempre. Por supuesto, quienes no conozcan las obras anteriores del escritor inglés, no podrán disfrutar plenamente con una novela plagada de referencias. Por lo tanto, desde El Mar de Tinta les invitamos a que adquieran “El color de la magia” para visitar por primera vez el Mundodisco e iniciar un viaje maravilloso que, a buen seguro, jamás desearán que concluya.

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