Cocina sin tonterías

Juan Eslava Galán y su hija Diana aportan la sapiencia del padre y la sabiduría culinaria de la abuela Emilia y publican en Planeta un delicioso manual de cocina tradicional que hará la delicia de gastrósofos (como el propio Eslava), gourmets o simplemente curiosos.

Dado lo tradicional de muchas de estas recetas, la decoración del libro es claramente vintage, con estampas tradicionales de la vida cotidiana española, cuando teníamos menos cosas, éramos más humildes y comíamos las delicias de toda la vida. Cada receta, además, incluye una foto de cada receta, ya sea aún en manos de Diana o ya emplatado.

Mens sapiens in corpore sano

El gracejo de la prosa de Eslava Galán se pone al servicio de la gastronomía. Así, cada receta nos desvela una historia, propia o relacionada con el plato, contada con esa chispa que gasta el autor. Seguidamente nos explican el plato (especificando los ingredientes en el lateral, generalmente de forma sencilla, foto incluida. Recetas sencillas pero llenas de sabor.

Después, hay una sección que abunda aún más en la erudición, con el título de ¿Sabías que… Pueden ser toques que se le pueden dar a la preparación o datos afines al origen del plato. Así, cumple el doble fin del poeta latino Horacio: instruir deleitando, aunque en este caso el deleite venga también por el sentido del gusto.

 ¿Cómo se ordena esta cocina?

Cada recetario se ordena según criterio del autor. Y los Eslava, desde que encontraron el tesoro de la abuela, han querido cubrir todos los palos y ocasiones, que no se quede ninguno sin contemplar. Así, empezamos con apartados tradicionales: uno para ensaladas, verduras y entremeses y otro para sopas, potajes, pastas y arroces. Hacemos sitio a las proteínas: tras los pescados y mariscos llegan las carnes, y tras éstas los huevos y tortillas. Y un buen apartado de postres no puede faltar, pues siempre hay quien come pensando en el dulce que cierra la colación.

Tras esto, varios apartados más funcionales: uno de salsas, los desayunos (pues no todo el mundo es afín al café con tostada, a veces el cuerpo pide calorías), menúes para celebraciones (quedar bien es importante), un breve tratado sobre las sobras, un curioso apartado de comida basura (pero buena, añaden) para adictos a esta alimentación de cualquier edad, donde hace chascarrillos sobre cierto coronel que le reveló su receta originaria de Kentucky y otras bromas del estilo para atreverse con estos platillos sin subastar del todo la salud. Finalmente, un apartado dedicado a cómo hacerse con un buen fondo de despensa.

El Mar de Tinta cocina

Por lo mucho que nos reímos con la historia que contaba Juan Eslava y por lo bien que pintaba la receta sobre el papel, elegimos el albondigón cisterciense, aunque el nuestro de menor tamaño que el de los monjes de la historia. Así, juntamos todos los ingredientes que conforman el citado albondigón y lo maceramos un ratito.

0002a Albondigón

Pasados unos minutos, configuramos las bolas de carne y las pasamos por harina.

0002b Albondigón

Las doramos en una sartén (y tiene que ser sartén, porque en una cazuela se hacen inmanejables los citados albondigones). En una cazuela preparamos la salsa, unimos los albondigones y dejamos cocer media hora todos los ingredientes juntos. Finalmente servimos uno por persona debidamente fileteado y regado con la salsita.

0002c Albondigón

Y a la debida escala, comprendemos plenamente a los monjes que dan origen a la leyenda que en el libro se remata tras la explicación de esta receta.

0002d Albondigón

LO MEJOR LO PEOR
  • Recetas accesibles.
  • Ingredientes sencillos.
  • Se queda abierto en la página que necesitamos consultar.
  • Una edición muy bonita, con estampas publicitarias antiguas e imágenes populares.
  • Ameno allende lo culinario.
  • En algún caso cita algún ingrediente en la lista y luego no indica cómo se incluye en la receta.