Las aventuras de Bat Boy

Ya hemos hablado en un par de ocasiones del nuevo gurú del cómic Underground norteamericano. En su momento, Peter Bagge le levantó la tapa de los sesos a toda una generación de lectores de tebeos con “Odio”. Desde ahí, su carrera ha sido seguida por miles de entusiastas en todo el mundo. También, cómo no, cosechó su legión de detractores que no lo soportaban y tenían sarpullidos cada vez que una de sus viñetas asomaba entre las páginas de un libro o una revista. Nosotros, aunque alguna vez nos ha aburrido, nos situamos junto a los que gustan de su humor cafre y su dibujo feísta.

“Las aventuras de Bat Boy” nacieron y vivieron durante dos años en las páginas del “Weekly World News”. Era este un periódico satírico en el que abundaban las noticias paranormales y las cuchufletas varias. Permaneció en los kioskos desde 1979 hasta 2007, para refugiarse después como tantos otros en la cálida comodidad de la World Wide Web. El tono de la publicación se acoplaba con el que Bagge gustaba de dar a sus tebeos. Y siendo así no es extraño que su obra más extravagante viviera y medrara allí.

A Beyoncé le damos un cargo en el gobierno.

El Peter Bagge escritor vive entre la más despiadada caricatura y el proselitismo de su ideario político. A veces insinuado, en ocasiones panfletizado, siempre podemos encontrarlo. En “Bat Boy” se adapta a los cánones clásicos de la tira cómica en cuanto a la estructura. Brevedad en la exposición, compresión de tramas, viñetas recordatorio cada cierto tiempo y golpes efectistas a la que uno se descuida.

El guión resulta engorroso de reseñar por su propia deriva. Saltamos de la crítica política, la ridiculización del “todólogo” de tertulia televisiva o la pura chirigota a la censura social del final del tomo. Tomo que tiene una página repetida, al menos en la edición que manejamos, por cierto. Volviendo a la historia, más loca no puede ser. Un monstruito semihumano pasa de agente de la CIA a presidente de los EEUU. Designa como miembros de gabinete a famosas que le apetecen (justo para lo que piensan) y termina autonombrándose rey. Se siente uno siempre dentro de una lavadora en marcha. Bagge no te da respiro, y aunque bastantes de los chistes y las coñas pierden eficacia por demasiado localistas resulta un conjunto final ameno y divertido. Las bromas sobre Martha Stewart nos resultan tan ajenas como a un nativo de Alabama las que hacer pudiéramos sobre Txumari Alfaro. No es esto traba de todas formas para disfrutar de esta obra menor de Bagge que seguro gusta a sus incondicionales.

Elasticidad y caricaturas

Y ahora, a repetirnos. Peter Bagge tiene un estilo de dibujo personalísimo. Sus viñetas son fácilmente identificables de un vistazo. Tiene unas características únicas y peculiares que ha aprendido a moldear a demanda. Si en “La Mujer Rebelde” atempera el “feísmo” y la desproporción elástica de sus personajes, en “Mundo Idiota” se desmadra por completo. Juega con alegría y sin miedo con la expresividad facial. Distorsiona, exagera y magnifica rasgos para pintar sentimientos y situaciones. En “Bat Boy” equilibra como en “Odio” y la hipérbole gráfica aparece nada más que en contadas ocasiones.

La edición en rústica y apaisada que saca La Cúpula respeta el formato original y tiene el tamaño justo para apreciar el dibujo y la composición tan particular de Bagge. Si son de los que gustan de la obra del neoyorkino no se decepcionarán. Y si Peter Bagge les produce la misma sensación que el Capitán América de Rob Liefeld,  recomendamos una lectura reposada. Les acabará gustando. ¿Qué no? Pues seguimos tan amigos, oye.

Heredero de Robert Crumb

La obra de Peter Bagge comienza a ser tan prolija que se necesita bastante tiempo para comentarla. Baste decir que nació en 1957 y que su ascenso a los altares comiqueros viene desde el bombazo que supuso “Odio” y que tuvimos en España gracias también a La Cúpula. Las desgracias de Buddy Bradley y su troupe de fracasados le encumbraron como el natural heredero de Robert Crumb. Su producción abarca el “cómic sketch”  de “Mundo Idiota” o la burla del propio negocio en “Sudando Tinta” hasta sorprendentes inclusiones en el mundo de los superhéroes que fueron acogidas por los fans de forma desigual.

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