El festival de ballet

Para esta primavera, Mcmillan propone una serie de títulos muy atractivos enfocados a un público infantil de todas las edades (desde primeros lectores, hasta niños de 10-12 años). Entre el amplio catálogo, hemos escogido «El festival de Ballet», un álbum repleto de pop-ups para que las niñas a partir de 4 años en adelante jueguen, aprendan y comiencen a leer acompañados de un adulto.

Ante la avalancha de libros y cuentos con bellísimas y complejas ilustraciones (cargadas de simbolismo y con un estilo artístico muy acusado) a veces uno puede echar en falta aquellos libros menos pretenciosos, exclusivamente creados para los niños. Son estos más infantiles, con dibujos más tiernos y sencillos, y los autores utilizan sabiamente los colores planos, que estimulan al pequeño lector.

Las historias escogidas para este tipo de álbum ilustrado, adecuado para primeros lectores (4-5 años), suelen ser fáciles y rutinarias. Así el niño puede asociarlas con las actividades que llenan su día a día. Estas son, en general: el colegio, los juegos, la relación con la familia, la hora del baño, los hábitos como vestirse solo, comer… En definitiva, todas aquellas actividades que el niño va adquiriendo a medida que crece, absorbiendo todo tipo de conocimientos básicos mientras las realiza. Asimismo, este tipo de álbumes didácticos también presentan a los niños otros escenarios ajenos a su vida habitual como las vacaciones, la granja, el campo, el funcionamiento de diferentes servicios como el parque de bomberos, o los hospitales.

Las clases de danza clásica

En «El Festival de Ballet» la diseñadora e ilustradora profesional Rosalinda Kightley se centra en las actividades extraescolares para dar forma a su cuento. Estas actividades cada vez son más frecuentes, ya sea por el ritmo de vida que hemos adoptado o por la necesidad de que el niño se forme tanto intelectual como artísticamente. Aquellos talentos que se descubren y estimulen a edades tempranas pueden, con el paso de los años, abrir puertas a nuestros hijos. Además, ayudarles cuando llegue la hora de tomar decisiones en relación a su futuro profesional.

Kightley, siguiendo la tónica de sus anteriores álbumes ilustrados, ofrece una corta historia en la que una niña llamada Sofía es la protagonista. Sofía asiste por primera vez a una clase de ballet en la escuela de danza «Margot». Con interminable gracia y ternura, la autora utiliza las diferentes páginas del libro para mostrarnos lo que Sofía y las otras bailarinas principiantes van aprendiendo. 

Los dibujos (animados por múltiples pop-ups y pestañas) son mucho más importantes en este caso que el texto. Este, como sencillo hilo conductor de las imágenes, aclara los diferentes ejercicios impartidos por la profesora. Los primeros lectores aprenderán las distintas posiciones de ballet, deslizando con suavidad una pestaña para que Sofía coloque los pies y brazos siguiendo los cinco movimientos. También aprenderán lo que es un plié, un jeté, o las pirouettes, convenientemente explicadas y traducidas a través de paréntesis e imágenes.

 Descubriendo nuevos horizontes

Lo que llama más la atención del cuento -editado en cartoné y en formato mediano muy manejable- son, como indicábamos anteriormente, los diversos pop-ups y pestañas que otorgan dinamismo a las dulces y femeninas ilustraciones. La historia acaba con un magnífico festival de fin de curso en el que Sofía ha conseguido el papel principal. Después de una invitación (que se abre y se cierra como una postal) y la posibilidad de elegir el tutú de Sofía mediante una rueda, la última doble página es un desplegable muy vistoso que representa el escenario y que, mediante un sistema muy ingenioso de cuerdas, el lector podrá hacer que Sofía, de puntillas y rodeada de sus compañeras, gire y gire sin parar.

Destacamos de «El festival de ballet» su original formato y la manera simpática mediante la cual la autora acerca a los niños el interés por la danza, la música clásica y el mundo de las artes escénicas. Asimismo, el poco texto que encontramos en las ilustraciones aporta valores y enseñanzas muy positivas, como la importancia de la dedicación, el instinto de superación y sobre todo, la necesidad de que los padres estimulen a sus hijos abriendo nuevos horizontes donde el niño pueda crecer, aprender y sobre todo, disfrutar.

Pensado principalmente para niñas, la autora utiliza con profusión los colores rosas, azules y también detalles como las flores y los lazos. «El festival de ballet» es, sin duda, un álbum ideal para niñas con claras aptitudes artísticas.