Disforia

Vivimos inmersos en una crisis global que no se limita exclusivamente al ámbito de la economía. Por ejemplo, los ciudadanos contemplamos día a día como los que nos gobiernan se ven envueltos en todo tipo de corruptelas, enriqueciéndose a costa de aquellos a quienes representan. Una situación que provoca indignación y ha servido para generar movimientos de protesta como el 15-M, así como diversas formaciones políticas a las cuales los partidos tradicionales suelen referirse como “populistas”.

Sea como fuere, lo cierto es que llevamos años asistiendo al desmoronamiento progresivo del  tan traído y llevado estado del bienestar. El desempleo, la pobreza, el hambre incluso, se han asentado en nuestra sociedad y millones de personas viven atrapadas en un pozo de desesperanza del que parecen condenadas a no poder escapar. Una situación dramática la cual, como no podía ser de otro modo, ha inspirado diversas obras literarias en los últimos años. “Disforia”, de David Jasso, es una clara muestra de cómo la cruel realidad puede generar estremecedoras pesadillas en papel.

Un apartamento en la montaña

Tomás y Esther son un matrimonio seriamente tocado por la dura crisis económica que afecta al país. Él se ha quedado sin trabajo, y ella se ha visto obligada a participar en un proyecto piramidal (una de esas “estafas legales” que permiten ganar dinero siempre y cuando embauques a unos cuantos seguidores online) para poder obtener algunos ingresos. Conscientes de que la vida fácil que llevaron en su momento nunca volverá, deciden pasar unos días con su hija Say en un apartamento que compraron en una tranquila zona de montaña, con la esperanza de rememorar tiempos más felices.

No obstante, alguien está decidido a perturbar el tranquilo fin de semana de la joven familia. Mientras en el exterior arrecia una fuerte tormenta de nieve, un desconocido llamará a la puerta del apartamento suplicando ayuda. A partir de ese momento, la vida de Tomás, Esther y Say se convertirá en una espiral de horror y violencia, una lucha desesperada por la supervivencia frente a alguien decidido a poner fin a sus vidas. Les aguarda un terrorífico viaje a lo largo del cual habrán de enfrentarse a la desesperación, tanto propia como ajena. Un viaje del cual será muy difícil retornar.

Las plazas de la Ida

La situación social descrita por David Jasso en “Disforia” resulta especialmente inquietante porque lo único que hace el autor es llevar al extremo ciertos aspectos de nuestro deprimente día a día. Así, cuando habla de una situación de corralito, de la existencia de un siniestro Gobierno de Consolidación, de la imposición de un toque de queda o de la proliferación de bandas violentas dedicadas a la extorsión y el saqueo, no nos resulta difícil imaginar una situación la cual, si bien todavía no se ha dado en España, sí que la padecen de un modo u otro algunas naciones no demasiado lejanas.

Uno de los conceptos más perturbadores introducidos por Jasso en la novela que nos ocupa  es el de las plazas de la Ida. Tomando como base los diversos movimientos populares que optaron en su día por “ocupar” espacios públicos para protestar por la mala gestión de los políticos, el autor zaragozano da forma a una idea estremecedora. En “Disforia”, las plazas de diversas localidades se han convertido en lugares a los cuales cada viernes, a las doce del mediodía, acuden personas de toda edad y condición para suicidarse como acto supremo de protesta. Un acto inconcebible desde nuestra perspectiva occidental, pero que sí se da de vez en cuando en sociedades orientales.

Un autor prolífico

David Jasso lleva ya unos cuantos años ofreciéndonos muestras de su gran talento con una regularidad digna de encomio. Si bien es más fácil seguirle la pista como autor de novelas (entre las mismas destacan “La silla”, “Feral” y “Día de perros”), su abundante producción de relatos resulta más difícil de acotar. Por citar tan sólo unas pocas, entre las antologías que cuentan con alguna muestra de su obra breve destacan “Aquelarre”, “Mariposas del oeste y otros relatos” y un par de las ya clásicas colecciones de relatos de zombis editadas por Dolmen.

Además, Jasso ha publicado cuentos en revistas como “Sable”, “Galaxia” o “Calabazas en el trastero”. En cuanto al apartado de galardones, el escritor aragonés ha ganado, entre otros, varios premios Ignotus en distintas categorías. Una trayectoria plagada de éxitos y refrendada por la crítica, lo cual justifica sobradamente que sea el segundo autor español en ver publicada una novela en la ya imprescindible Colección Insomnia de Valdemar.

El opuesto de la euforia

“Disforia” es una novela sorprendente, en la cual se combinan el angustioso enfrentamiento contra un psicópata impredecible, leves pinceladas distópicas y algún que otro elemento de corte sobrenatural. En ella David Jasso juega con el lector recurriendo con frecuencia al flashback y al flashforward, manteniendo nuestra atención hasta el punto de que resulta muy difícil (casi imposible, en realidad) hacer una pausa en la lectura.

La obra más reciente de Jasso (no recomendable para quien sufra de claustrofobia) es un libro redondo en el cual todas las piezas van encajando poco a poco, con precisión milimétrica, para dar respuesta a todas nuestras preguntas. Una novela que cuenta con personajes memorables (en El Mar de Tinta destacaríamos, sin duda, al imprevisible Nolasco) la cual logra, además, mantenernos en tensión prácticamente desde la primera página. Todo un manual para comprender en toda su amplitud qué es la disforia.

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