El camino de la magia

Todo lector de antologías sabe que, cuando incluyen relatos de distintos autores, lo más habitual es que la calidad de los mismos resulte irregular. Es fácil encontrar tres o cuatro historias excelentes, alguna mediocre (cuando no directamente mala) y un cuerpo principal de narraciones bien escritas pero fácilmente olvidables. No obstante, de vez en cuando cae en nuestras manos una recopilación que, si no llega a alcanzar la perfección, se queda al menos muy cerca de lograrlo.

Ese es el caso de “El camino de la magia”, treinta y dos relatos seleccionados por John Joseph Adams con excelente criterio para dar forma a la antología definitiva sobre magos, brujas, hechiceros y demás practicantes de las artes mágicas. Adams ha reunido un plantel de autores impresionante, y ha logrado dar forma a un libro donde la tradición y la modernidad se dan la mano, y en el cual los mundos más fantásticos conviven con el nuestro en perfecta armonía.

 Escenarios para la magia

Uno de los lugares clásicos para situar a un mago es un mundo fantástico, habitualmente una versión más o menos idílica del nuestro tal y como era durante la Edad Media, del cual la magia forma parte intrínseca. Así ocurre en “Árbol familiar”, de David Barr Kirtley, “El aprendiz de hechicero” de Robert Silverberg o “Los magos de Berfil”, de Kelly Link.

 También resulta habitual, de un tiempo a esta parte, situar a los magos en nuestro mundo moderno: un presente en el que la magia existe, aunque sólo unos pocos privilegiados son conscientes de ello. Muestras de esa corriente literaria, denominada urban fantasy, son “Traumas infantiles de los muertos”, de T. A. Pratt (protagonizado por su fascinante hechicera Marla Mason) o “La práctica Ereshkigal”, un relato en el que Jonathan L. Howard nos muestra al nigromante Johannes Cabal, que al igual que Marla Mason ya ha aparecido en unas cuantas novelas (lamentablemente inéditas en castellano). Y, por su originalidad al plantearnos la figura de un mago como funcionario del Ayuntamiento de Londres, destaca “Mago callejero”, de Simon R. Green.

Por último, no hay que olvidar las historias que transcurren en una versión ligeramente distinta de nuestra Tierra, un lugar donde la magia es practicada por unos pocos elegidos, pero no es un secreto al que el resto de los hombres sean ajenos. Tal es el caso de “John Uskglass y el carbonero cumbrio”, deliciosa historia en la que Susanna Clarke retoma escenarios y personajes de esa obra maestra moderna que es “Johnathan Strange y el Señor Norrell”.

 Aprendices y maestros

Otro elemento tradicional de las historias sobre magos es la figura del aprendiz, un personaje joven que entra al servicio de un hechicero, bruja o similar, con la esperanza de convertirse con el tiempo en un ser tan poderoso como su maestro o maestra. “El camino de la magia” ilustra tal relación en “El aprendiz de mago”, de Delia Sherman  y en la ya mencionada “El aprendiz de hechicero”.

También abundan las narraciones protagonizadas por magos sumamente poderosos, enfrentados a una amenaza terrible o a un destino cruel. El mago más famoso de todos los tiempos, el legendario Merlín, protagoniza “Solsticio de invierno”, de Mike Resnick, y poderosos hechiceros realizan proezas increíbles en “El tratante y la esclava”, de Cinda Williams Chima y en “Una palabra de liberación”, el relato en el que Ursula K. Le Guin presento su famoso Terramar.

Sorprendentes variaciones

La magia, como todo en el universo, evoluciona constantemente. Y, al hacerlo, se adapta a los tiempos modernos para infiltrarse en ámbitos en los cuales parece imposible, en principio, encontrarse con ella.

Jugando con esa posibilidad, algunos autores han vinculado a la magia con disciplinas bastante más prosaicas. Así, en “Contando las formas”, Yoon Ha Lee nos muestra un mundo en el que los hechizos se llevan a cabo por medio de complejas fórmulas matemáticas. Y en la original “Destierro de un clic”, los magos se valen de la informática para realizar sus conjuros, y la figura del hacker se equipara a la de los más poderosos hechiceros.

Los autores: un “quién es quién” de la fantasía moderna

La nómina de escritores que nos aguarda entre las páginas de “El camino de la magia” es impresionante, y en ella encontramos tanto a un buen número de “vacas sagradas” como a una serie de autores más o menos conocidos en el mercado anglosajón, pero que no le sonarán demasiado al lector español.

Entre los primeros, destacan nombres como George R. R. Martin, Neil Gaiman, Orson Scott Card, Marion Zimmer Bradley o Peter S. Beagle. Y en el segundo grupo tenemos a autores como Jeffrey Ford, C. C. Finlay, Rajan Khanna, Genevieve Valentine o Christie Yant, entre otros.

Sea como fuere, tanto los grandes clásicos como quienes llevan poco tiempo publicando sus obras dan lo mejor de sí mismos en los relatos que firman. Tenemos, pues, una amplia variedad de voces que aportan visiones muy distintas de lo que entienden por narraciones mágicas, pero en todos los casos lo hacen con una calidad sobresaliente.

John Joseph Adams: de profesión, sus antologías

La figura del antólogo, no demasiado popular en nuestro país (con honrosas excepciones, por supuesto), tiene una importancia capital en el ámbito literario inglés y norteamericano. John Joseph Adams es, a día de hoy, uno de los recopiladores más interesantes del país de las barras y las estrellas, y su nombre en la portada de un libro suele ser garantía de calidad.

En España, además de la obra que nos ocupa, Minotauro ha publicado “Zombies” y “Zombies 2”, quizá las antologías más representativas de Adams. Sin embargo, el editor norteamericano también ha compilado colecciones tan interesantes como “Wastelands” (sobre escenarios post apocalípticos), “By Blood we Live” (con historias protagonizadas por vampiros), “The Improbable Adventures of Sherlock Holmes” o  Under the Moons of Mars: New Adventures on Barsoom” (que ofrece nuevas historias ubicadas en el planeta Marte imaginado por Edgar Rice Burroughs).

En El mar de tinta tenemos la impresión de que, antes o después, contaremos con nuevas ediciones en castellano de las interesantes antologías de John Joseph Adams. Esperamos no equivocarnos.

Una antología imprescindible

En resumidas cuentas, “El camino de la magia” es una de las mejores colecciones de relatos que hemos tenido la oportunidad de leer en mucho tiempo. No sólo reúne a más de treinta autores con un talento indiscutible, sino que consigue ofrecer un amplio abanico de visiones (a cual más interesante) sobre el tema que trata.

El único aspecto negativo que podemos comentar no afecta a la calidad literaria de la antología, sino a la edición de la misma. Lamentablemente, el libro está plagado de errores tipográficos y ortográficos que, en determinadas ocasiones, se vuelven ciertamente molestos.

No obstante, el esfuerzo que requiere por parte del lector superar esta pega vale la pena, ya que en muy pocas ocasiones se tiene la oportunidad de disfrutar con una obra tan llena de magia, tanto en lo argumental como en lo estilístico.

Ningún aficionado a la literatura fantástica debería dejar escapar este libro.

 

 

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