El hombre que pudo reinar

El nombre de Rudyard Kipling suele evocar aventuras en una India bajo el dominio inglés. No en vano, la obra por la cual es más recordado a día de hoy (gracias, sobre todo, a su adaptación animada por parte de la factoría Disney) es “El libro de la selva”, colección de relatos entre los que figuran los ocho que narran la historia de Mowgli.

Entre el resto de obras más o menos conocidas del gran autor británico, se incluyen novelas como “Capitanes intrépidos” o “Kim”, y poemas como “Gunga Din” o “Si” (uno de los poemas ingleses más conocidos a nivel internacional). Además, Kipling también escribió numerosos cuentos y novelas cortas, de las cuales “El hombre que pudo reinar”, recientemente editada por Nórdica Libros, es quizás la más aclamada.

Dos hombres decididos

Un periodista inglés (trasunto del propio Kipling) que ocupa un puesto sumamente aburrido en la India conocerá a dos suboficiales británicos quienes, tras abandonar el ejército, se dedican a sobrevivir por medio de los más diversos trapicheos. Cansados de vagar sin un objetivo claro, el dúo formado por Daniel Dravot y Peachy Carnehan elabora un ambicioso plan: viajar hasta la remota Kafiristán con el objetivo de convertirse en los soberanos del lugar. Sorprendentemente, la suerte contribuirá a que logren cumplir su objetivo, aunque no tardarán en descubrir que gobernar a un pueblo apoyándose en las supersticiones y la credulidad del mismo es algo que implica numerosos riesgos.

Fernando Vicente 1

Inspirándose en las hazañas de James Brooke (ciudadano inglés que llegó a ser el primer rajá blanco de Sarawak, en Borneo) y en las aventuras del estadounidense Josiah Harlan (a quien se le concedió el título de Príncipe de Ghor a perpetuidad, tanto para él como para sus descendientes), Rudyard Kipling construye una narración que ejemplifica a la perfección el modo en el cual los británicos se consideraban a sí mismos como un pueblo capaz de lograr cualquier objetivo que se propusiesen. Una forma de pensar que llevaba implícita la consideración de los habitantes de sus colonias como meros salvajes, necesitados de una mano firme que rigiera sus destinos.

Kipling y el cine

Probablemente muchos lectores habrán disfrutado en alguna ocasión con la versión cinematográfica de “El hombre que pudo reinar”, rodada por el maestro John Huston en 1975. En ella, acompañaban a Christopher Plummer (en el papel de Kipling) dos actores británicos de renombre universal: Michael Caine (como Carnehan) y un Sean Connery en estado de gracia, interpretando a Daniel Dravot con una intensidad memorable.

El hombre que pudo reinar Cine

La relación del séptimo arte con la obra de Rudyard Kipling no se limita a la película de Huston y a las diversas interpretaciones de las aventuras de Mowgli, si bien esta se lleva la palma. No hay que olvidar que, a la versión animada de los estudios Disney, hay que sumar varias adaptaciones en imagen real, como las de 1942 (Zoltan Korda), 1994 (Stephen Sommers) y la nueva versión de 2016, que combina imagen real con un impresionante trabajo infográfico.

Los guionistas cinematográficos han recurrido en unas cuantas ocasiones más a Kipling en busca de inspiración. El resultado es una serie de películas, dotadas de ese irrepetible encanto del cine clásico, protagonizadas por algunos de los más grandes actores del Olimpo hollywoodiense. Entre ellas destacan “Capitanes intrépidos” (que le valió un Óscar a Spencer Tracy), “Gunga Din” (con Cary Grant y Douglas Fairbanks Jr.) y “Kim de la India” (con el inolvidable Errol Flynn).

Fernando Vicente

Como ya hemos mencionado, esta excelente edición de “El hombre que pudo reinar” cuenta con un buen número de ilustraciones firmadas por Fernando Vicente. Pintor e ilustrador, el artista madrileño compagina sus colaboraciones en prensa diaria y revistas con la realización de portadas para libros y, de cuando en cuando, acepta encargarse de embellecer con su arte libros de todo tipo (desde “Peter Pan” a “Mansfield Park”, pasando por “El enfermo imaginario”, “Momo” o “Drácula”).

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Vicente aporta una gran cantidad de imágenes a este pequeño e imprescindible volumen, y en ellas refleja con maestría el espíritu de la narración de Kipling. Utilizando una paleta de colores cálidos de un brillo intenso, el artista opta por ofrecernos una interpretación personal del texto, en lugar de tomar como referencia la película de Huston. Así, sus versiones de Kipling, Dravot y Carnehan se adecúan más a las descripciones realizadas por el escritor y aportan una fidelidad a las mismas muy de agradecer.

Una edición impecable

Nórdica Libros nos tiene acostumbrados a publicar pequeñas joyas literarias dignas de coleccionista. En esta ocasión, nos ofrecen “El hombre que pudo reinar” en una edición en cartoné con lomo en tela, tan sólida como manejable. Un pequeño gran volumen digno de figurar en un lugar destacado en nuestras estanterías.

Leer a Rudyard Kipling siempre es un gran placer (no en vano obtuvo el máximo reconocimiento a su obra cuando recibió el Premio Nobel de Literatura en 1907), y ese placer se magnifica cuando lo hacemos en una edición tan cuidada. Desde El Mar de Tinta recomendamos encarecidamente esta novela corta que sorprenderá gratamente a quien todavía no la haya disfrutado, y fascinará con su espléndido apartado visual a quien ya la leyera en su día.

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