El joven Sherlock Holmes: La sanguijuela roja

Con el consentimiento de los herederos de Sir Arthur Conan Doyle, en el año 2010, Andrew Lane presentaba una nueva serie cuya narración se centra en los años de adolescencia del archiconocido detective, Sherlock Holmes, en la década de 1860. De la mano de Siruela, podemos disfrutar ahora de la segunda parte de esta saga, cuya nueva aventura nos ha sorprendido gratamente.

Como algunos lectores asiduos recordarán, “El joven Sherlock Holmes: La nube de la muerte” pasó sin pena ni gloria por la redacción de El Mar de Tinta. De trama un tanto floja, no conseguimos reconocer en el joven inglés al brillante detective. Nos pareció un buen libro para lectores adolescentes, pero que no alcanzaba ni por asomo la genialidad de los relatos originales de Conan Doyle.

En busca de John Wilkes Booth

Sin embargo, tamaña ha sido nuestra sorpresa al descubrir que el argumento de esta nueva entrega es, cuando menos, mucho más interesante y entretenido. Sherlock Holmes sigue pasando el verano en casa de sus tíos, recibiendo lecciones prácticas de su tutor, Amyus Crowe, un norteamericano que, tras su talante amistoso, esconde más de un secreto.

La llegada inesperada de Mycroft, y una escucha a hurtadillas, desvelarán a Sherlock que John Wilkes Booth, el asesino del presidente Abraham Lincoln, sigue vivo y posiblemente en suelo inglés. Así, comenzará una nueva aventura trepidante para Sherlock, que le llevará a cruzar el océano hasta Estados Unidos. El adolescente y sus amigos se verán envueltos en una peligrosa trama política, donde ficción e historia se dan la mano.

Descubriendo a Sherlock

Si en el primer libro los rasgos que caracterizarían al Holmes adulto apenas se vislumbran (salvo que empieza a interesarse por el boxeo y el uso de la lógica), en “La sanguijuela roja”, sí que podemos reconocerle ya.

Andrew Lane sigue utilizando un lenguaje bastante coloquial para nuestro gusto, pero la mayor complejidad de la trama, así como su originalidad, sirve para equilibrar la novela. Además, pone en funcionamiento los engranajes que encajan con el personaje de Doyle. Por ejemplo, nos cuenta cómo Sherlock empieza a tocar el violín, o de cómo se interesa por los tatuajes y su procedencia. Del mismo modo, también se atisba la simpatía que siente por la independencia de los Estados Unidos, preferencia que el lector conocedor de la obra de Doyle sabrá que manifiesta en uno de sus relatos.

Además del atractivo que supone descubrir el origen de las idiosincrasias del personaje, Lane hace un buen trabajo con los escenarios y el contexto histórico. Hila con aparente facilidad sucesos históricos tan importantes como la guerra de Secesión, la resistencia de los estados del Sur de Norteamérica contra el nuevo estado confederado, el asesinato del presidente Lincoln y las conspiraciones que los altos mandos realizaban para volver a hacerse con el poder. Imbrica en este fascinante período a un Sherlock cuyas convicciones son limpias y justas, quien aprenderá poco a poco, lo turbio y fascinante que resulta el mundo de la política.

Grata sorpresa para El Mar de Tinta

Aunque el primer volumen de la serie “El joven Sherlock Holmes” nos decepcionó sobremanera, en esta ocasión rompemos una lanza a favor del escritor, pues consigue con “La sanguijuela roja” un libro enormemente entretenido, que estamos convencidos encantará al público joven.

Si bien seguimos opinando que el original de Doyle no tiene parangón, esta segunda entrega es más que digna, y la trama se va complicando de una forma que augura interesantes aventuras futuras.

El Sherlock de este volumen sigue siendo vivaz y emocional, como corresponde a un adolescente inmaduro de 14 años, pero nos convence y vemos en él al investigador en el que acabará convirtiéndose. El resto de personajes también resultan interesantes (incluidos los villanos) y el añadido de que la historia se sitúe en varios países también aporta dinamismo e interés a la trama.

Diversión prometedora

A sabiendas de que esta saga está destinada a un público joven, el autor incluye una nota al final del volumen en la que aporta datos sobre la novela, sus intenciones a la hora de ir mostrando las peculiares habilidades de Sherlock Holmes, además de indicar los libros consultados durante la escritura y los acontecimientos y personajes que sí son reales.

De este modo, el lector adolescente aprenderá lecciones básicas de Historia universal al tiempo que se divierte. En definitiva, “La sanguijuela roja” cuenta con nuestra aprobación como secuela: resultará divertida para los amantes del personaje, y una buena novela de misterio y acción para los que le conozcan por primera vez.

 Confiamos en que los próximos títulos de esta serie no desmerezcan y sigan siendo tan amenos como este último. 

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