El libro que se sentía solo

El pasado mayo, Editorial Juventud sacó a la venta dos títulos que engrosan el catálogo de magníficos álbumes ilustrados del sello. “El libro que se sentía solo” es una historia cálida y sincera, que transportará al lector al maravilloso mundo de la infancia y los cuentos.

Sorprendiéndonos y superándose una vez más, la editorial barcelonesa lanzó en mayo este cuento escrito por Kate Bernheimer e ilustrado por Chris Sheban. Su sencillo argumento transmite  e inculca en los niños el amor por los libros.

Los primeros cuentos y libros que uno lee a edades muy temprana nos marcan, dejándonos un recuerdo vívido e intenso, probablemente, para el resto de la vida. Es en esta nostalgia por la que bucea la autora de “El libro que se sentía solo”, capturada en imágenes por la sutil delicadeza de Chris Sheban.

El cuento de hadas

Utilizando el encabezamiento clásico de los cuentos de hadas (“Había una vez”), Bernheimer narra la historia de un libro infantil de la biblioteca pública. De cubierta verde y marcapáginas de tela amarilla, en su portada aparece la ilustración de una niña bajo una seta, en un bosque.

El cuento es  muy popular entre los pequeños lectores pero, a medida que envejece, ejemplares más nuevos ocupan su lugar y el volumen cambia de ubicación: primero entre las novedades, luego en la sección de infantil y, por último, abandonado debajo de una mecedora.

El libro, al principio tan contento por el entusiasmo que muestran los niños tras leerlo, ahora se siente solo y abandonado. Pero cuando Alicia lo descubre y lo escoge, regresa la esperanza. Aunque el volumen está desvencijado y le falta la última página, la pequeña lo lee con su padre a la hora de dormir, bajo la luz de la luna, e incluso lo mete debajo de la almohada para soñar con él. El cuento no puede ser más feliz.

Pero una tarde, Alicia olvida renovar el préstamo y el libro desaparece, arrinconado por error entre los ejemplares destinados a la venta. ¿Conseguirá Alicia encontrarse con su amigo de papel algún día?

Lecturas mágicas

El texto de Kate Bernheimer es, indudablemente, un hermoso homenaje a la literatura clásica infantil. La escritora es una fervorosa amante de los cuentos de hadas y ha publicado varios ensayos sobre el género, además de muchas otras obras (tanto para adultos como para niños).

En este título, Bernheimer consigue transmitir con maestría y buen hacer el matiz mágico que uno puede hallar a través de la lectura, sobre todo cuando se es niño. La imaginación infantil se agudiza con cada historia, transportando al lector a mundos fantásticos cuyo hechizo permanece en el visitante mucho tiempo después de haber leído el desenlace.

Esto es lo que le ocurre a Alicia con el libro solitario, y por este motivo no se cansa de leerlo, tomando el viejo volumen como su cuento favorito, inventándose, las veces que haga falta, el final desaparecido.

Los personajes que rodean a Alicia y aparecen en la historia de Bernheimer son, principalmente, niños que encuentran en la lectura otro placer, del mismo modo que podrían encontrarlo jugando a la pelota o delante de una videoconsola. La autora normaliza así la actividad, resaltando la importancia de enseñar a nuestros pequeños que leer puede ser apasionante.

Amigos de papel

Resulta conmovedor el cariño que destila este álbum, concentrado en la figura de la niña que siente al libro como un cálido amigo. Pese a ser inanimado, ésta lo considera fuente de maravillas y, como tal, quiere cuidarlo y conservarlo cerca.

Los sublimes ilustraciones de Chris Sheban dan el toque perfecto a “El libro que se sentía solo”. Siendo esta una historia sencilla, muy cotidiana, Sheban implica al lector con unos dibujos suaves, rebosantes de matices y con un tono intimista.

La relación de Alicia con su libro preferido queda bellamente plasmada por la mano del reconocido ilustrador, transmitiendo con cada trazo -Sheban utiliza para ello acuarela, grafito, y lápices de colores sobre papel- el hechizo que emana del cuento de hadas, la emoción que siente la protagonista al leerlo.

Aunque resulta difícil escoger una de las ilustraciones de este álbum por su calidad y encanto, en El Mar de Tinta destacamos la que sirve de cierre para este cuento redondo. A doble página, con Alicia plácidamente dormida en su cama y rodeada de los personajes del libro que tanto le gusta, recoge el espíritu de todo el relato: los libros son ventanas creadas para soñar.

Gran labor editorial

La edición, llegada a España de la mano de Editorial Juventud, es un ejemplo magnífico del tipo de álbum ilustrado que podemos encontrar dentro de su amplio catálogo. Actualmente el género abarca muchos tipos de dibujo e historias y, en no pocas ocasiones, se olvida que el principal consumidor del cuento ilustrado es el público infantil.

Editorial Juventud sigue entregada a lanzar contenidos idóneos para los niños a los que van destinados, sin que por ello la calidad de los álbumes disminuya. Con “El libro que se sentía solo”, subrayan esta senda cuidadosamente trazada: el título de Bernheimer encandila y enseña, derrochando ternura y originalidad.

 

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