El manual de juego

Hay hombres para quienes uno de los principales objetivos en la vida es encontrar a la mujer con la cual pasar el resto de sus días. Así, dedican todo su esfuerzo a dar con la fémina adecuada y, cuando creen haberla hallado, procuran conquistarla para, con suerte, tener la oportunidad de conducirla al altar con la intención de amarla y respetarla hasta que la muerte les separe. Si es usted uno de esos hombres, “El manual de juego” no es su libro.

Si resulta ser un tipo que lo único que busca es llevarse a la cama a cuantas más mujeres hermosas mejor, la obra firmada por Barney Stinson (y Matt Kuhn) debe convertirse en su libro de cabecera desde ya mismo. Ningún otro volumen disponible en el mercado contiene tantas estratagemas ingeniosas capaces de conseguir que, hasta el macho en celo menos dotado para el ligue, corone con éxito cada noche. (Sí, hablamos de sexo).

Destino: la cama (pero no para dormir)

En “El manual de juego”, Barney Stinson comparte con la humanidad (bueno, con aproximadamente la mitad de la misma, ya me entienden) más de setenta y cinco técnicas de seducción, desarrolladas a lo largo de muchos años de intenso estudio en el complejo arte del ligue. Ante tan amplio abanico de posibilidades, resulta prácticamente imposible que ningún varón, por torpe que sea, no halle al menos una capaz de otorgarle la recompensa anhelada.

Como el bueno de Barney es consciente de que no todos los mortales estamos a su altura, “El manual de juego” se divide en cuatro partes según el nivel de dificultad de las “jugadas” en él planteadas: principiantes, aficionados, expertos y guerreros de fin de semana. Así, tenemos desde la “SNASA” hasta “El buceador”, pasando por técnicas como “El aniversario de la muerte de mi esposa” o “El príncipe Akeem”. Un listado tan variado  que el éxito está garantizado.

La historia interminable

El 19 de septiembre de 2005 se coló en los hogares norteamericanos un joven arquitecto llamado Ted Mosby. El mismo Ted narraba a sus hijos, en el año 2030, la historia que daba título a la telecomedia que protagonizaba: “Cómo conocí a vuestra madre”. Lo que nadie sospechaba es que tal narración se extendería a lo largo de nueve temporadas, durante las cuales Ted, su mejor amigo y legendario colega de por vida Barney,  sus buenos amigos Marshall y Lily, y su interés amoroso y posterior amiga Robin, iban a convertirse en una parte importante de las vidas de millones de telespectadores.

Carter Bays y Craig Thomas, creadores de la serie, supieron dar vida con gran habilidad a cinco personajes con personalidades bien distintas y características muy diferenciadas. Un grupo de amigos que, en la tradición de otras telecomedias como la legendaria “Friends”, ofrecen semana tras semana comedia disparatada aderezada con ciertos elementos dramáticos (más presentes en los guiones según la serie iba acumulando temporadas).

Pero, por mucho que el narrador de la historia sea Ted Mosby, el verdadero protagonista de la misma es un joven atractivo, carismático, siempre elegante y con una cuenta corriente rebosante de dólares. Un hombre a quien se podría definir con tan sólo una palabra: sublime. Porque, seamos sinceros, ¿qué resulta más interesante? ¿Las desventuras amorosas de Mosby o la emocionante y envidiable vida de Barney Stinson? Pues eso.

Neil Patrick Harris

¿Recuerdan a Doogie Howser, protagonista de la serie “Un médico precoz”? Pues Neil Patrick Harris le dio vida a lo largo de 97 episodios, algo que bien podría haberle encasillado o sumido en una espiral de drogas y alcohol como les ha ocurrido a tantos jóvenes actores norteamericanos. Sin embargo, Harris siguió trabajando tanto en televisión como en cine (uno de sus papeles más recordados por los aficionados a la Ciencia-Ficción es el del Coronel Carl Jenkins en “Starship Troopers”), a la espera de que el esquivo éxito decidiera volver a fijarse en él.

Y el reencuentro se produjo con “Cómo conocí a vuestra madre”, serie en la que el actor brilla en todo su esplendor y, además de dejar clara su extraordinaria vis cómica, es capaz de cantar y bailar con soltura si la ocasión lo requiere. De hecho, últimamente Harris es uno de los presentadores de entregas de premios más valorados, como demuestran sus intervenciones en galas como las de los Premios Óscar o los Premios Tony.

La sabiduría de Barney

Cuando la Naturaleza bendice a un hombre con múltiples dones, resulta tentador caer en el egoísmo y disfrutar del asombro que provocan los logros personales en aquellos a quienes el destino les ha repartido peores cartas. Barney Stinson, sin embargo, es una persona generosa que tiene muy clara la importancia de compartir con el prójimo sus valiosos conocimientos.

Por esa razón, hace algún tiempo hizo público “El código de los colegas” por mediación de la editorial Timun Mas. Ahora, dicha editorial vuelve a cubrirse de gloria al ofrecer a las masas ávidas de conocimiento “El manual de juego”, un volumen que no debe faltar en el hogar de todo hombre deseoso de dejar de ser un fracasado en materia amorosa. Una obra maestra de la cual grandes amantes como Casanova, Don Juan o Julio Iglesias se sentirían sin duda orgullosos.

(Nota de El Mar de Tinta: A pesar de haberlo intentado en numerosas ocasiones, no nos ha resultado posible evitar que el señor Barney “Sublime” Stinson editara el texto de la presente reseña. Confiamos en que los lectores de la misma serán capaces de detectar qué partes han sido “retocadas” por el legendario señor Stinson. Quien, por cierto, tiene un gusto impecable a la hora de vestir y jamás ha grabado en video, por mucho que se rumoree lo contrario, ninguna de sus múltiples y extraordinarias proezas sexuales).

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