El misterio de la vaca

Francisco Roldán Santías publicaba en el año 2013 su primera obra, «Despertar natural», con Círculo Rojo. Ya en aquel entonces transmitimos a nuestros lectores un claro entusiasmo por esta novela en nuestra reseña. Ahora la fórmula se repite con otros matices, pero sigue funcionando a la perfección. Tirso del Castillo regresa en “El misterio de la vaca” para alimentar el ansia lectora de aventuras gamberras y desenfrenadas.  Es un placer tenerle de vuelta entre nuestras novedades.

De dónde demonios saca Roldán tanta situación descerebrada es todo un misterio. Con todo, nos congratula sobremanera que este abogado ejerciente y profesor de derecho mercantil en la Universidad Complutense de Madrid haya puesto su imaginación incandescente, su sentido del humor y la genialidad de sus personajes al servicio de la narrativa de ficción. Con cada nueva novela, el lector tiene asegurado un buen rato de diversión y carcajadas hasta la última página.

De vuelta a las andadas

Para quienes hayan llegado a “El misterio de la vaca” tras la lectura de “Despertar natural”, los acontecimientos de esta última entrega, así como los personajes de la misma, no les resultarán desconocidos. Roldán retoma la historia unos cuantos años después de la trama de misterio, con un Tirso del Castillo un tanto más relajado en su vida personal y su ridículo trajín diario.

Poco le durará al abogado de Madrid esta fase zen cuando le propongan llevar un caso que en principio parece un chollo por la minuta y el objetivo altruista: defender a un oncólogo con la cura milagrosa del cáncer de páncreas en su poder frente a una gran corporación. Pero tras la audiencia previa, Tirso comenzará a pensar que algo en este caso huele a chamusquina: una juez demasiado diligente, un letrado contrario que parece estar sirviéndole en bandeja el éxito… El abogado volverá, una vez más, a encontrarse envuelto en un misterio que le llevará a situaciones casi surrealistas mientras intenta, con sus maneras chapuceras pero no carentes de genio, esclarecer qué demonios está pasando.

Con esta premisa, el autor nos tiende un anzuelo tan apetitoso que es imposible resistirse a no morderlo. Roldán utiliza a la perfección los golpes de efecto típicos de cualquier novela de misterio que se precie, pero aporta también originalidad alejándose con sus escenas descerebradas de los clichés más manidos.

“Tarantinadas”

Las tramas de Roldán se mueven siempre entre dos aguas, que el autor navega con inteligencia y desparpajo: sus casos (siempre relacionados con la abogacía) son reales, se antojan tan verosímiles como la vida misma. Para aquellos que entiendan de leyes, suponemos que su estilo resuelto y lo bien que construye todas las escenas específicas del mundo jurídico será más que satisfactorio. Al resto de los mortales, nos queda el buen sabor de boca de intuir que el autor sabe lo que se cuece en bufetes y juzgados. Algo nada desdeñable en un universo literario de autores que pecan, en innumerables ocasiones, de hablar sin saber o lo que es peor, sin documentarse primero.

Sus personajes, sin embargo, ya son otro cantar. Roldán consigue amalgamar en sus interesantes historias  a un buen número de individuos a cada cual más grotesco, empezando por el picapleitos que las protagoniza. De moral  un tanto huidiza, ególatra, jeta, promiscuo, vago y pendenciero, Tirso del Castillo sigue siendo un crápula encantador, con destellos de inteligencia y honradez que obligan al lector a empatizar con él.

El estilo del escritor sigue la tónica que ya nos entusiasmó en su primera novela. Utiliza la primera persona para los capítulos protagonizados por Tirso, y la tercera para el resto. Da forma a una obra coral muy vistosa y sobre todo, de tempo desenfrenado. Los capítulos son cortos y tan visuales que parecen salidos de una película de acción. Vamos a permitirnos hacer un símil, por su brillantez en los diálogos y la rapidez con la que se desarrollan los acontecimientos, con los films de Quentin Tarantino. Como el cineasta, Roldán pasa del lenguaje educado y políticamente correcto al más puro estilo barriobajero en una décima de segundo, construyendo escenas hilarantes que rozan el surrealismo, y un estilo pulp que encantará a los fans del género. No se deja amedrentar por convencionalismos absurdos o juicios de lectores hipersensibles y presenta un argumento descarado, irónico, y lo más importante, tremendamente divertido.

Talentos patrios reales

En definitiva, “El misterio de la vaca” es una novela excelente, ligera en su lectura y redonda en cuanto a trama y desarrollo. Políticamente incorrecta (muy loable en los tiempos que corren), pero  perfecta para disfrutar y echarse unas risas.  Sólo le encontramos un ligero defecto: que sea tan breve. Roldán vuelve a dejarnos con la miel en los labios y ganas de más.

No podemos terminar esta reseña sin lamentar que autores con tamaño talento deban recurrir a la autoedición para hacerse un hueco en el panorama nacional literario. En un momento en que parece que vuelve a revalorizarse el talento patrio, es una lástima que novelas como las de Roldán se pierdan entre la inmensidad de publicaciones, más o menos mediocres, por las cuales los grandes monstruos editoriales hacen sus apuestas más altas.

Creemos sinceramente que tanto “El misterio de la vaca” como el anterior “Despertar natural” son lecturas muy entretenidas y que tendrían buena acogida entre el gran público. Esperamos que en un futuro así sea y poder seguir disfrutando de más títulos de este talentoso autor.

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