El monstruo encapuchado

Todo el mundo habla del terrible monstruo encapuchado. Tres valientes amigos se han propuesto encontrarle. ¿Será el monstruo tan terrible como aparenta? Steve Antony, autor e ilustrador de cuentos infantiles, invita a los más peques de la casa a vencer su miedo a lo desconocido. Con unas ilustraciones divertidas y una historia con muchas sorpresas, “El monstruos encapuchado” se presenta en las librerías para agradar a toda la familia.

Ediciones B ofrece una edición en cartoné que encantará a los niños. Dibujos a toda página, texto asequible y giros sorprendentes que divertirán a los lectores desde los cuatro años en adelante. Una buena propuesta a cargo de una editorial que últimamente se vuelca en la infancia con unas ediciones magníficas.

Que viene, que viene

Ramón ratón, Armando ardilla y Eric erizo son tres intrépidos amigos que no le temen a nada. Han oído hablar del temible monstruo encapuchado y están dispuestos a encontrarle.

Pero dar con un monstruo peludo en una gran ciudad no es tarea fácil. Además, todo el mundo está convencido de que es peligrosísimo. Nadie ha osado acercarse a él más de dos metros. ¡Se los comería de un bocado!

Con todo en contra, los tres valientes están dispuestos a correr el riesgo. ¿Quién dijo miedo?

Vencer el miedo

“El monstruo encapuchado” es un libro encantador. La historia y sus ilustraciones fluyen de manera natural aportando a la narración un aire mágico. Un álbum ilustrado concebido para mostrar a los niños que no hay que tener miedo a lo que se desconoce y menos aún a juzgar sin conocer. Aquello que, a primera vista, parece amenazante puede ocultar grandes sorpresas y sorprender positivamente.

La estructura del cuento es simple. El vocabulario, muy asequible, juega con la musicalidad de las palabras. Sin llegar a ser un cuento escrito en verso, la repetición de la estructura interna aporta cierto dinamismo que los más pequeños agradecerán. Esta fórmula, muy utilizada por pedagogos, facilita la comprensión a través de los juegos de palabras. 

Las ilustraciones, a cargo del propio autor, mezclan elementos lineales (como los edificios), caricaturas (los animales, el monstruo) y el propio color. En conjunto se consigue un dinamismo notable y un aspecto casi laberíntico con el que divertirse. Su sencillez aúna calidad y entretenimiento así que estamos seguros de su éxito como lectura para los más peques. Les gustará tanto si saben leer como si no. El tamaño de la letra permite que aquellos que se están iniciando en la lectura puedan también disfrutar de la historia a su ritmo. Indicamos el rango de edad a partir de los cuatro años, pero sin duda será también divertido para niños más mayores.

Dos en uno

Cada vez son más los autores de libros infantiles que se convierten en ilustradores de su propia obra. Esto, claro está, no se da sólo en la literatura infantil. Se conocen varios casos en los que ilustrar y escribir son una misma cosa. Es una opción loable y materializa a la perfección el estilo del autor.

En el caso de Steve Antony, su carrera se inició como ilustrador y pronto despegó como autor. En el Reino Unido es muy conocido gracias a su serie “Mr. Panda”, un simpático oso que corre mil aventuras y con el que ha obtenido muchos premios. Su estilo se caracteriza por un dibujo desenfadado, líneas cuidadas y colores suaves, sin estridencias. Estructura el texto en virtud del dibujo para integrar uno en otro, aportando cohesión. 

En “El monstruo encapuchado” juega al escondite con los personajes. El niño puede buscar al monstruo entre los edificios y a sus perseguidores, estableciéndose página tras página un juego que nos ha parecido muy ameno. Provoca la interacción entre el niño y el libro de forma natural. Qué mejor manera de interesarse por la lectura que aportando elementos lúdicos.

En nuestra opinión, “El monstruos encapuchado” tiene una gran capacidad de transmitir valores e ideas positivas. Supone una lectura alegre y desenfadada. Los lectores de cuatro años en adelante encontrarán la aventura entretenida y sorprendente; los adultos, una herramienta más para enseñar a los niños a lidiar con sus miedos y a no prejuzgar a los demás por su aspecto. 

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