El Mundo Resplandeciente

Decir que Margaret Cavendish (1623-1674) fue una adelantada a su época es quedarse muy corto. Esta mujer, que ostentó el título de duquesa de Newcastle en pleno siglo XVII, es una auténtica punta de flecha en la historia del feminismo. Su novela más singular, “El Mundo Resplandeciente”, fue una de las primeras obras firmada por una mujer en toda Europa.

Bajo la apariencia del relato fantástico, esta novela se basa en la creación de un mundo idílico donde priman la cordura y el debate filosófico frente al fragor de las armas. Una utopía, a fin de cuentas, gobernada con mano firme por quien no duda en autodenominarse Margaret I, reina de su propio reino.

Mundos imaginados en pleno siglo XVII

Resulta muy difícil determinar a qué género concreto pertenece esta novela. “El Mundo Resplandeciente” es una aventura de ficción que nos narra el viaje onírico de una mujer hasta el reino de Paraíso. La mujer se convierte en el líder de este feudo misterioso, poblado de hombres-oso, hombres-gusano, hombres-mono y todo tipo de notables seres con los que discute de filosofía, ciencias, religión, política y demás campos del saber humanístico.

[quote]Los habitantes  de este mundo eran hombres de distintos tipos, formas, disposiciones y humores, y cada uno tenía su profesión según fuera la más adecuada. Los hombres-oso serían sus filósofos experimentales, los hombres-pájaro sus astrónomos, los hombres-mono sus químicos y los hombres-zorro sus políticos; los hombres-araña sus matemáticos, los hombres-loro sus oradores y lógicos etc…[/quote]

Por encima de todos ellos, como reina soberana, la mujer. Semejante prodigio de ingenio y fantasía resulta excepcional, más si tenemos en cuenta el árido entorno en el que floreció.  Sin embargo, resulta vital señalar al lector desprevenido que “El mundo resplandeciente” no es un libro en absoluto ligero: pesan sobre él varios elementos que convierten la lectura en una tarea en ocasiones ardua y dificultosa.

Ciencia y proto-ciencia ficción

El primero de estos elementos y el de mayor peso, es su abrumadora carga de contenido teórico y científico. No exageramos si afirmamos que prácticamente el 70% de la novela se va en doctas disquisiciones, tan eruditas como enmarañadas. Si a esto le añadimos la abrumadora brecha que suponen los cuatro siglos que nos separan de Cavendish, la lectura puede tornarse árida. Sólo aquellos muy versados en ciencia y filosofía del siglo XVII podrán seguir el hilo de las discusiones con cierta fluidez.

Sin embargo que esto no desanime a los lectores atrevidos. Una vez superados (o asimilados) estos escollos, el libro resulta tan sorprendente como imaginativo, y no nos extraña que muchos tilden a Cavendish como una de las madres de la ciencia ficción… o mejor, dicho, de la “proto” ciencia-ficción. Muchas de sus escenas son dignas de un escenario steampunk.

[quote]Tenían una tecnología extraordinaria, como la máquina que creaba aire y emitía viento con gran fuerza. Este artilugio, cuando reinaba la calma, situaba el viento detrás de los barcos y, durante la tormenta, delante. Podía golpear y romper las olas tan altas como campanarios. Y tan pronto como se abría una brecha las atravesaban, siendo el viento artificial más poderoso que el natural (…) [/quote]

La extraordinaria Margaret

Destacada investigadora, escritora y filósofa del siglo XVII, la duquesa llegó a publicar hasta diez libros sobre filosofía natural y fue la primera mujer en entrar en la prestigiosa Royal Society de Londres, para terminar sus días sepultada con honores en la Abadía de Westminster.

Una dama sin duda excepcional, que logró introducirse en el territorio vedado de la política, las ciencias y las letras. Y no sólo eso, sino que logró hacerlo con tal desparpajo y singularidad que su nombre ha pasado a la posteridad, si bien son pocos los que conocen hoy su obra. Por ello la editorial Siruela relanza este texto histórico a las librerías españolas con la esperanza de que vuelva a atraer, como ya lo hizo hace siglos, a lectores de todo tipo.

[quote]Mi mente puede expresar tanto coraje para luchar como Héctor y Aquiles ( …) Pero en el mundo que he creado he preferido la paz antes que la guerra, el ingenio a la política, la honestidad a la belleza. Y si algunos quisieran ser mis súbditos, pueden imaginarlo y serlo en su fantasía. Y si no pueden soportar ser súbditos, pueden crear sus propios mundos y gobernarse a sí mismos como les plazca… pero les advierto que no sean injustos usurpadores y me roben el mío.[/quote]

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