El Paciente

El periodista y escritor madrileño Juan Gómez-Jurado irrumpe en las librerías con el que será un éxito seguro. “El Paciente” sorprende y aprieta el corazón del lector con un relato en el que se mezclan intereses políticos, un eminente cirujano y un misterioso secuestrador. Una novela de ritmo frenético que ofrece emociones fuertes a lectores ávidos.

La editorial Planeta publicó el pasado enero la última novela de Juan Gómez-Jurado. Tras sus anteriores éxitos, “Espía de Dios” o “El emblema del traidor”, el autor se adentra esta vez en el mundo de la medicina ofreciendo una historia intensa que se desarrolla en el transcurso de tres días. Una verdadera contrarreloj en la que se miden las fuerzas un padre, cirujano de renombre y un maníaco con un oscuro objetivo: asesinar a su próximo paciente. El orden mundial pende de un hilo, pues ese paciente no es otro que el mismísimo presidente de los Estados Unidos.

Médico, paciente y padre

Para el Dr. Evans la vida no ha sido fácil. Ahora, desde su celda, reflexiona sobre los acontecimientos que le han llevado hasta allí. Huérfano, criado por un médico del que recibió su vocación, creía que la felicidad sería total tras casarse y tener a su hija Julia. Sin embargo, la trágica muerte de su esposa Rachel le sumió en un estado taciturno del que sólo Julia podía sacarle. Su alegría, su razón de vivir. Su niña.

Ella es el punto de partida de la historia. Un año y medio antes comenzó la pesadilla del doctor. Tras una larga jornada en el hospital, Evans llega a su casa más tarde de lo normal. Las luces están apagadas. La casa en silencio. Sólo al entrar en la cocina y ver un pequeño brick de zumo desparramado por el suelo se da cuenta de que algo no anda bien. Horrorizado corre a la habitación de su hija y la encuentra vacía. Busca también a la niñera, pero no hay ni rastro de ninguna de las dos. ¿Cómo pueden haber desaparecido de esa manera?

Sin entender nada, aterrorizado, comienza a marcar el número de teléfono de la policía. En ese momento suena su móvil. Un mensaje de texto le invita a encontrarse con un misterioso personaje en una cafetería, advirtiéndole de que bajo ningún concepto hable con la policía o su hija lo lamentará. Un individuo extraño y cruel: el Sr. White, le explica sus razones. En un plazo de sesenta y tres horas deberá llevar a cabo una delicada operación. El paciente deberá morir como consecuencia de la misma o de lo contrario será su hija la que muera. Ese paciente no es otro que el presidente de los Estados Unidos. El Dr. Evans se enfrenta a un verdadero dilema, un conflicto entre su ética profesional y su amor paternal. La decisión no es fácil. No puede dejar morir a Julia pero, ¿será capaz de asesinar a su paciente?.

Un americano en Madrid 

“El Paciente” goza de todas las características propias de un thriller norteamericano. Ritmo trepidante, personajes bien presentados y coherentes, persecuciones, secuestros, mujeres fuertes del Servicio Secreto. Y un presidente con una enfermedad terminal que necesita al mejor cirujano para someterse a una delicada operación. Todo muy “USA” con un resultado impecable.

Los personajes gozan de gran verosimilitud. Sus reacciones son tan humanas que transcienden el papel. Los conocimientos médicos presentados en la trama gozan de realismo, se insertan de forma natural. La humanidad se hace más patente gracias a los temas tratados, el amor fraternal, la enfermedad, el suicidio; temas candentes que son tratados sin ningún sensacionalismo, con gran serenidad. La carga emocional se vuelca en el personaje principal, el Dr. Evans, quien narra en primera persona su calvario. Pero sin dejar al margen los sentimientos de los demás personajes. Así, el lector conoce a la perfección porqué y cómo actúan, qué les mueve. Al final todo resulta ser un trepidante carrusel de emociones.

El suspense que crea mantiene el interés hasta el desenlace, que no defrauda. Resulta una lectura completa, entretenida e intensa. Sus seguidores no se verán defraudados. La lectura de “El Paciente” es intensa, lleva la acción al límite, unos límites muy reales. La experiencia de Gómez-Jurado en los medios de comunicación se aprecia en cada página, en cada frase. Y no deja indiferente a nadie.

Juzgar por la tapa

Juan Gómez-Jurado es uno de esos casos en los que un escritor es mejor considerado en el extranjero que en su propio país. Nadie es profeta en su tierra, reza el refrán. Y parece que, pese a todo, le ha ido muy bien. Tras cosechar numerosos premios y galardones con sus anteriores trabajos ofrece al lector algo nuevo y limpio. Presenta un gran rigor a la hora de tocar diferentes épocas, como la II Guerra Mundial en “El emblema del traidor” con enorme éxito. También trata diferentes temas de actualidad, como la masacre ocurrida en la Universidad de Virginia Tech en 2007 en la premiada “La masacre de Virginia Tech: Anatomía de una mente torturada”. Es un gran conocedor de los usos y costumbres estadounidenses, tal y como se refleja en sus novelas de temática contemporánea.

Pese al buen resultado de la novela, que predispone a una segunda lectura, llama la atención la escasa atención que parece haber merecido la presente edición. Una portada nada atractiva que podría echar por tierra el interés de algunos lectores. Pero que nadie se llame a engaño. Puede que Planeta no haya elegido precisamente la mejor presentación para “El Paciente”, pero el contenido es inmejorable.

Nada hay peor que juzgar un libro por sus tapas. “El Paciente” podría caer en el olvido debido a este desliz editorial, pero ya se está negociando su adaptación al cine (seguramente de la mano de un cineasta americano). Características óptimas para triunfar no le faltan. Hará reflexionar al lector sobre la vida, la muerte y la importancia que ambas tiene en nuestros días. Se planteará cuestiones en torno a las relaciones sociales, incluso entre éstas y los medios de comunicación de masas. Una novela actual de una factura excelente.

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