El séptimo niño

La editorial Maeva renace de sus cenizas con una inquietante novela danesa. El séptimo niño, obra debut del periodista Erik Valeur, ha tenido un enorme éxito en su país. Con más de cien mil ejemplares vendidos, llega a España esperando una acogida igual de calurosa. Un intenso trhiller en el que la libertad de prensa, los secretos políticos y el pasado de un orfanato entrecruzan sus existencias bajo la sombra de una amenaza nacional.

Un thriller de manufactura danesa con un excelente ritmo narrativo y una historia con un sorprendente punto final. La literatura danesa aporta cada vez más y mejores autores cuyo estilo está  empezando a ser imitado por otros escritores. Todo lo que viene del frío está siendo acogido de forma apabullante. «El séptimo niño» es una perfecta oportunidad para disfrutar de una original obra escrita con minuciosidad y talento.

Los mejores hogares están junto al mar

Magna Ladegaard, cofundadora del hogar infantil Kogslund, se prepara para recibir un homenaje tras años de dedicación a los más inocentes: los niños abandonados. Más de cincuenta años proporcionando hogares felices a pequeños que, de otra manera, hubiesen corrido peor suerte. Como su hija adoptiva, Marie, cuya deformación congénita sólo le proporcionó el repudio por parte de sus progenitores. Cuarenta años más tarde ha conseguido un hogar, el mejor según Magna pues se encuentra junto al mar, el propio orfanato.

Los preparativos para el evento se ven pronto enturbiados por la llegada de un misterioso anónimo. Sin remitente, pero con una revelación que puede poner en peligro el futuro de Kongslund. Se acusa al centro de ocultar hijos ilegítimos de personalidades danesas. Esta misma acusación en forma de misiva es enviada al secretario personal del presidente, Orla Berntsen y a un periodista, Knud Tasing.

Tanto Magna como el político niegan los hechos, pero Tasing decide indagar sobre ello y descubre que no son los únicos que han recibido el extraño mensaje. También Peter Trost, la estrella del canal nacional y el abogado Severin Nielsen, especializado en casos de extranjería. Lo que a primera vista parece una siniestra coincidencia pronto da pie a una exhaustiva investigación cuyo resultado es más que inquietante. El autor de los anónimos conoce un nexo común entre todos ellos: el orfanato de Kongslund. Son niños abandonados y adoptados por familias influyentes. Seis niños que compartieron cuna bajo el mismo techo. Pero, ¿quién es el séptimo niño al que hace referencia el anónimo?

El equilibrio de los elefantes sobre tela de araña

La famosa canción infantil de los elefantes que se balancean sobre la tela de araña sirve de hilo conductor (nunca mejor dicho) en “El séptimo niño”. Y resulta muy conveniente pues los temas en los que ahonda, la soledad, el abandono, la orfandad, se asocian con la infancia. Son ingredientes que perfilan unos personajes cuya infancia no ha sido fácil. El autor conoce de primera mano la soledad que envuelve a los niños abandonados, pues él mismo pasó parte de su infancia en un hogar infantil.

En su novela existe un esfuerzo más que notable por tocar la fibra sensible del lector y conseguir su empatía hacia esos niños cruelmente abandonados a su suerte. El giro interesante es mostrar a esos niños ya adultos convertidos en personas emocionalmente tullidas y algo degeneradas. El resultado de una infancia infeliz es una vida adulta llena de desasosiegos e incapacidades emocionales. Son personas que no pueden encajar en la sociedad y cuyo destino ya está fijado de antemano por unos hilos invisibles. Erik Valeur consigue crear una atmósfera claustrofóbica  con unos personajes oscuros y desalentadores que destacan en una trama sencilla pero muy bien definida y desarrollada.

Los secretos, que abundan en la historia, se balancean sobre la trama como los elefantes de la canción, todos al mismo son y permaneciendo en un equilibrio precario. Hasta que éste se pierde desvelando al lector, poco a poco y tan sutilmente que sorprende gratamente y aportan una corriente de aire fresco a la historia. Los diferentes personajes, su pasado y su presente, se desvelan “por capas”, paulatinamente. Este desarrollo puede frenar la trama en algunos capítulos, ralentizándola. Merece la pena hacer un ejercicio de paciencia y llegar hasta el final.

Ave fénix

Renacer de las cenizas era sencillo para el ave mitológica. En los tiempos que corren que este proceso sea imitado por una editorial es más que loable. Maeva pasó una época oscura y ahora regresa con redoblado interés. “El séptimo niño” es un espléndido espaldarazo para la editorial y un deleite para el lector.

La agilidad mental de Erik Valeur, su insistencia en el detalle sin ser pedante y la cercanía de su pluma dan como fruto una novela muy interesante y entretenida. Si bien también puede resultar oscura y negativa. No parece interesarle los finales felices o la solución sencilla a los problemas personales de sus personajes, los abandona a su suerte. Pese a tener un final redondo, donde los flecos de la trama quedan bien sujetos, puede quedar en el lector una sensación de engaño. La narración promete mucho al principio, se espera un  gran secreto (que lo hay), pero todo parece desinflarse al final. Que no se lleve nadie a engaño, la trama es sencilla pero su desarrollo es lo más interesante y cautivador.

Es necesario darle una oportunidad a una novela que, tanto en su continente como en su contenido, es intrigante. La intensidad de las emociones, las frustraciones y la perfecta plasmación del periodismo de investigación la hacen más que recomendable. Un estilo diferente que proporciona un suspense original.

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