Hilos de colores

La editorial Nórdica nos ha sorprendido gratamente con un álbum infantil hermoso en contenido y envoltorio. Una maravilla cuyo texto e ilustraciones corren a cargo de la autora, Elena Ferrándiz, cuya obra se caracteriza por el uso de las metáforas poéticas. “Hilos de colores” habla sobre el paso del tiempo, la memoria y el amor desde un caleidoscopio de emociones y colores. Puro deleite para toda la familia.

Nórdica no ha escatimado en detalles para ofrecer un cuento hermoso y atractivo, con una letra agradable para lectores precoces e ilustraciones que cubren la página al completo. Merece la pena sólo por su belleza visual que, estamos seguros, no pasará desapercibida.

Una niña y su abuela

Una pequeña anónima está a punto de descubrir la historia de su abuela a través de un libro que ella misma ha elaborado. Su título, “Hilos de colores. Memorias para mi nieta”, es una referencia a las relaciones que ha ido poco a poco llenando su vida, enlazándose entre sí a modo de vestido de colores.

Pero en un momento dado, ese vestido comienza a agujerearse, a perder hilos y con ellos, los recuerdos.

Los hilos de la memoria

Hace mucho tiempo, una niña aprendió desde pequeña a tejer un vestido con todos los colores que teñían su mundo.

Hilos de colores” nos ha cautivado con su sencillez, su poesía y su emoción. Palabras rítmicas llenas de una hermosa melancolía, acompañadas por ilustraciones igual de conmovedoras. Elena Ferrándiz consigue que algo tan triste como el olvido en las personas mayores (sea por enfermedad o edad) se transforme en una oportunidad para compartir y amar.

La pequeña protagonista se deja llevar por el cariño. Lee el libro que su abuela hizo para ella, un viaje a través de los recuerdos, y concluye que lo que queda de ella, esos hilos que aún se mantienen, lo hacen a través del amor. Mensaje positivo, sin moralina, pero con mucho corazón, para niños y adultos.

Mención aparte se merecen las ilustraciones, tan oníricas como el texto, pero fáciles de entender para un público menudo. Sus colores y dinamismo son un claro reclamo para el lector que no se conforma con un simple dibujo infantil. Son, en sí mismas, poesía en movimiento.

Para crecer

“Hilos de colores” está orientado hacia un público infantil, pero es indudable que, al igual que las ilustraciones de Benjamin Lacombe (de quien hemos recomendado varios títulos en El Mar de Tinta), son altamente apreciadas entre los adultos. Es un álbum ilustrado que gustará a unos y otros. Los niños disfrutarán con la prosa, rica en colorido y matices sonoros, pero también disfrutarán de la historia en sí misma. Es una buena oportunidad para explicar a los más pequeños la importancia de los mayores, el cariño que se les debe.

Sin caer en sensiblerías gratuitas, Elena Ferrándiz muestra una realidad que viven muchas personas. Su soledad, su angustia. Cierto es que estos matices es muy posible que no sean visibles para los niños; sin embargo, su relectura, una vez crezcan, resultará provechosa. “Hilos de colores” ofrece diferentes interpretaciones, todas ellas positivas, que se valorarán según crezca el lector. En este sentido, desde El Mar de Tinta, lo recomendamos como lectura para todas las edades. Cualquier lector que se asome a la obra de Elena Ferrándiz, encontrará una lectura conmovedora, artística y agradablemente ilustrada. Que lo disfruten.

 

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