La Casa de la Muerte

Sarah Pinborough es una interesante autora británica prácticamente desconocida en España. Especializada en narrativa de horror y de corte fantástico ha firmado, entre otros, libros sobre invasiones llevadas a cabo por arañas alienígenas (“Breeding Ground” y “Feeding Ground”), revisiones de cuentos de hadas clásicos (“Poison”, “Charm”, “Beauty”) y, con el seudónimo Sarah Silverwood, la trilogía para jóvenes adultos “The Nowhere Chronicles”.

A día de hoy, por desgracia, tan sólo tres de las novelas de Pinborough han visto la luz en castellano: el díptico victoriano formado por “El segundo asesino” y “Los niños del río” (editadas ambas por Colmena Ediciones) y “La Casa de la Muerte”, volumen recientemente publicado por Alianza Editorial en su colección Runas.

Vivir y morir en la Casa

Inglaterra, en un futuro indeterminado. En una pequeña isla se encuentra la Casa de la Muerte, una vieja mansión reconvertida en residencia para un grupo de jóvenes afectados por una misteriosa afección degenerativa. Una vez que se detecta la presencia de la enfermedad en la sangre de un niño o adolescente, se le separa de inmediato de su familia y es trasladado a la Casa, donde vivirá de un modo similar a como lo haría en un internado. Allí, entre clases impartidas por profesores poco entusiastas y la vigilancia constante de la Supervisora y su grupo de enfermeras,  los jóvenes infectados aguardarán una inevitable muerte.

Toby, el narrador de “La Casa de la Muerte”, es el «jefe» del Dormitorio 4, compartiéndolo con otros cuatro jóvenes “Defectuosos”. Taciturno y solitario, aprovecha las noches para moverse libremente por la Casa mientras sus compañeros, tras ingerir una pastilla somnífera, duermen ajenos a todo. Su día a día transcurre de manera monótona, mientras aguarda el momento en el que se manifiesten los síntomas de la enfermedad y sea trasladado al ominoso sanatorio situado en una de las plantas superiores de la Casa de la Muerte.

Sin embargo, la rutina cotidiana de los jóvenes enfermos se verá sacudida por la llegada de nuevos internos. Entre ellos se encuentra Clara, una chica hermosa, vital, aventurera y soñadora que cautivará tanto a Toby como a Jake (el jefe del Dormitorio 7 y, por edad y carácter, el líder indiscutible de la Casa). Gracias a Clara, sentimientos casi olvidados resurgirán con fuerza en el corazón de Toby, quien se replanteará su existencia y volverá a apreciar el valor de la vida.

Los Defectuosos

Sarah Pinborough ha creado en “La Casa de la Muerte” a un interesante conjunto de personajes, a quienes consigue dotar de vida con breves pero precisas pinceladas narrativas. Por un lado están los integrantes del Dormitorio 4, los más cercanos a Toby. Louis es un verdadero niño prodigio, dotado de una mente hiperactiva y de una inteligencia fuera de lo común. Su mejor amigo es el pequeño Will, quien con sólo diez años es el interno más vulnerable y necesitado de afecto. Por su parte, Ashley es el hijo de un sacerdote y opta por refugiarse en la religión para sobrellevar sus penosas circunstancias (algo que pone de los nervios a sus compañeros de habitación).

Otros habitantes de la Casa son el ya citado Jake (antiguo miembro de una banda callejera), Daniel (obeso y aspirante a matón, siempre a la sombra de su admirado Jake), los gemelos Joe y Ellory, Albi (virtuoso saxofonista aficionado al jazz), y las únicas chicas internas, Harriet y Eleanor. El grupo se ampliará después con la llegada de Clara, acompañada por Tom, quien será asignado al Dormitorio 4 y supondrá una amenaza para el liderazgo de Toby.

Las relaciones entre todos los jóvenes que comparten  reclusión evolucionan según avanza el libro, y nos mantienen enganchados a la lectura con la certeza de estar siendo testigos de una serie de historias que destilan realismo. Y, si bien el fondo de la narración nunca deja de ser la sombra de la enfermedad, la novela de Pinborough es, por encima de todo, un canto al amor y a la amistad que surge entre un puñado de jóvenes condenados a morir cuando apenas han comenzado a vivir.

Una pequeña obra maestra

“La Casa de la Muerte” es una breve joya literaria, tan fascinante como inclasificable, llena de momentos que hablan a las claras de la maestría de su autora. Funciona, en cierto modo, como una novela de horror, pero también es un hermoso retrato de cómo la esperanza y la compasión pueden derrotar al miedo. Por encima de todo, nos ofrece una de las más conmovedoras historias de amor que hemos leído en mucho tiempo.

En un panorama literario saturado de títulos olvidables carentes de la más mínima calidad, novelas como la obra más reciente de Sarah Pinborough corren el riesgo de pasar desapercibidas. Y eso sería una verdadera lástima, ya que en El Mar de Tinta consideramos que nos encontramos ante una narración extraordinaria, capaz de atraer a todo tipo de lectores. Un volumen que el maestro Neil Gaiman calificó como “una historia maravillosa, contada honestamente”. Cinco palabras que resumen a la perfección el espíritu del que probablemente sea uno de los mejores libros de ficción publicados este año en España.

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