La casa mágica de la señora Asworth

Recomendamos un título interesante de la editorial Espasa que, sin ser novedad, nos ha convencido. “La casa Mágica de la señora Asworth” fue el debut literario de Eva Pérez Rodríguez en el año 2012. Y desde entonces no ha parado de publicar libros juveniles, depurando su estilo y aportando frescura.

Entre sus páginas se respira tal amor por los libros y su mundo, que pronto se olvidan los pequeños fallos y se disfruta de la magia y el encanto de la señora Asworth.

Madrid, punto de encuentro

Empieza un aburrido verano en Madrid para Katia y su hermana mayor Berta, quien ha perdido su trabajo y se encuentra en una situación económica precaria. Para ayudar con los gastos, Katia accede de mala gana a trabajar en la librería El dragón Rojo. Allí conoce a Tomás, un chico espabilado y a su jefa, una mujer malhumorada y taciturna. Lo que en principio parecía un trabajo sencillo, pronto se transforma en otra cosa con la llegada de un extraño cliente: la señora Asworth. Esta encantadora dama vive en una de las mejores zonas de Madrid y siente debilidad por los libros raros. Su excentricidad llama poderosamente la atención de Katia.

Para ayudarla a conseguir dinero fácil, Tomás envía a Katia a casa de la señora Asworth con una de sus últimas adquisiciones. Allí, el mundo de Katia ya no volverá a ser el mismo cuando descubra su secreto: la señora Asworth es una bruja y necesita su ayuda para equilibrar la balanza entre el poder y la realidad de la joven.

Magia

-Está bien-dijo, cogiéndola en sus manos.

¿Qué era lo peor que podía pasar? A fin de cuentas, pensó, ya debía estar delirando. Seguramente se le había caído encima el armario con la serpiente marina de Victoria, provocándole una lesión cerebral. 

 “La casa Mágica de la señora Asworth” aúna muchos elementos interesantes. Es una historia sobre magos, brujas y un terrible poder. También muestra el paso a la madurez de una adolescente, encontrando un lugar en el que darse y ser feliz. Y es, sobre todo, una estupenda carta de amor hacia los libros, las librerías y su atmósfera.

La descripción de la ciudad de Madrid que ofrece Pérez Rodríguez destila magia y encanto, al igual que el mundo fantástico en el que se adentra Katia. Pero, sin lugar a dudas, el espacio más brillante y con entidad propia es la librería El Dragón Rojo, casi un protagonista más en esta historia de conocimiento propio y héroes inopinados.

El estilo directo de la autora se ve agilizado por el uso de un lenguaje cercano, casi coloquial, que evidencia algunos fallos de reiteración de ideas o descripciones. Tomando como punto de partida la consideración de la novela como emulación de un clásico cuento de hadas, estas reiteraciones estarían más que justificadas. Describir a una mujer como un ser increíblemente hermoso una y otra vez es una herramienta para presentar al personaje. Y no son éstos los únicos rasgos curiosos que ofrece “La casa mágica de la señora Asworth”. Las continuas alusiones a obras y personajes de ficción son pequeñas huellas que seguir y entender en profundidad la historia. Enriquecen la narrativa y son un guiño cómplice al lector atento.

Todo ello envuelve una historia que, pese a ser un poco lo de siempre: joven desconocida se convierte en héroe y salva los papeles encontrando el amor en el camino, no deja de ser entretenido. Especialmente por la forma de contarlo. Lineal, con elementos mágicos aquí y allá, personajes comunes pero correctos y bien perfilados. Un empleo del tiempo, la pausa y la emoción, muy equilibrados.

Lo real y lo deseado

Existen muchos libros sobre magos, brujas, fantasía sin límites en un mundo habitado por seres mágicos. Relatos infantiles que, poco a poco, calaron en el ideario adulto. Ese ejercicio se observa en la novela de Eva Pérez Rodríguez. El bagaje de una vida lectora se resume en este título, en el que convive la magia de los clásicos, la intriga y unas pequeñas dosis de romance, las justas para no empalagar.

El resultado es una opera prima atractiva y divertida. Esos guiños a los clásicos son una delicia, así como algunos personajes que parecen salidos de las páginas de Cornelia Funke o Michael Ende. “La casa mágica de la señora Asworth” recorre toda una infancia y juventud llena de buenas lecturas y deseos: las de su autora. Que lo disfruten.

 

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