La espía de los Tudor

Como ya hemos comprobado en otras ocasiones (“El constructor de Pirámides”, “El espíritu del lince”), el surtido catálogo de Ediciones Pàmies en Narrativa Histórica brinda la oportunidad a los lectores de ahondar en la Historia de diferentes épocas, civilizaciones y episodios trascendentales. Con “La espía de los Tudor” la escritora Kate Emerson se traslada al siglo XVI, invitándonos a disfrutar de los entresijos y misterios que envuelven a una de las dinastías reales más famosas.

Magníficamente ambientada, esta novela de Emerson destaca por ser la primera de una serie de novelas históricas con un objetivo común: todas ellas tienen como protagonistas a personajes reales cuyas vidas han sido poco conocidas, eclipsadas por los acontecimientos de la época en la que les tocó vivir.

Este es el caso de Jeanne Popyncourt, nacida en Bretaña. Tras la muerte del rey Carlos VII de Francia en extrañas circunstancias, su madre, una de las damas de la reina Ana, decide abandonar precipitadamente el país, arrastrando a Jeanne con ella.

Nueva vida en Inglaterra

Huyendo así, sin tiempo para despedirse de nadie y alojándose en posadas alejadas de los caminos principales, madre e hija llegan a Inglaterra donde el tío de Jeanne, sir Rowland Velville, las ayuda a conseguir un sitio en la corte.

Tras una audiencia con el monarca Enrique VII, todo queda arreglado para ambas: Jeanne pasaría a formar parte de los niños de honor, y su madre entraría a servir en el séquito de damas de compañía de la reina Isabel de York.

Aprovechando su origen francés y el dominio de la lengua, la joven Jeanne (ahora Jane) entablará relación con los hijos del rey, ayudando a las princesas a mejorar su conversación en el idioma extranjero. Jane, poco a poco, se irá adaptando a la vida en la guardería real del palacio de Eltham, alejada de su madre y rodeada de su “nueva familia”: el príncipe Arturo, el príncipe Enrique y sus dos hermanas, Margarita y María; así como todos los pupilos de Enrique VII, como William Compton  o Harry Guildford.

Con ritmo narrativo rápido, Emerson plasma las impresiones de Jane ante el modo de vida de la corte, las atenciones que los niños reales recibían y el carácter de cada uno de ellos.

La corte de los Tudor

Jane irá creciendo, cercana a los príncipes y, sobre todo, a María y Margarita. Tras el enlace de Margarita con Jacobo IV de Escocia, su relación con la más pequeña de los Tudor se intensifica, pasando a ser, una vez abandonada la guardería real, una de las damas de su séquito.

Jane participará entonces, activamente, de la lujosa vida llevada por la familia real: mascaradas, bailes, justas, partidos de tenis, cacerías… los divertimentos se suceden, sin reparar en gastos y para placer tanto de los nobles como de los propios monarcas.

Tras la muerte de Enrique VII y del heredero al trono, Arturo, su hermano Enrique pasa a ser Rey de Inglaterra como Enrique VIII. Tras casarse con la que viuda de Arturo, Catalina de Aragón, el monarca sigue el ejemplo de su progenitor, llevando una vida colmada de comodidades y magnificencia. Jane, en medio de esa vorágine de acontecimientos, tendrá la oportunidad de codearse e intimar con algunas de las personalidades más importantes de la época.

Pese a la fastuosidad de la corte inglesa, la situación política internacional no puede ser más inestable. Los conflictos con Francia parecen no tener fin y, en una de las innumerables batallas, cae prisionero el duque de Longueville, Luis de Orléans.

Trasladado a Inglaterra mientras se negocia su rescate, Jane iniciará una tórrida relación con el francés y, Enrique VIII, aprovechando la ocasión, obligará a la dama a espiar al duque para conocer así los planes de la corona francesa.

Perfecta ambientación

La autora encuentra el equilibrio perfecto entre el argumento ficticio y la contextualización real. A través de la historia en primera persona de Jeanne Popyncourt, el lector podrá hacerse una idea general del convulso panorama político de la época, con dos de los imperios más importantes de Europa enfrentados.

En relación a las alianzas, Emerson explica en su novela la importancia de los matrimonios concertados, que podían significar el fin de guerras y confrontaciones, así como sustanciosos intercambios de divisa y riquezas. Esto queda fielmente reflejado en el caso de María Tudor, la hermana pequeña de Enrique VIII, casada por poderes con Carlos de Castilla y, cuando fue necesario, ofrecida en matrimonio al rey Luis XII de Francia.

“La espía de los Tudor”, hace hincapié en la posición débil de las mujeres en su rol social: intercambiadas como cualquier otra mercancía, pertenecían primero a sus padres, y una vez casadas, a sus esposos. María Tudor, princesa y por tanto, privilegiada, consigue tras su matrimonio concertado con Luis XII, casarse a su elección con Charles Brandon, duque de Suffolk.

Cabe señalar que todos los caracteres que aparecen en la novela existieron. Explica la propia autora en una breve nota al final del libro que procuró ajustarse tanto a los hechos históricos reales como a los personajes, interviniendo sólo aquellos que verdaderamente formaron parte de la corte de los Tudor.  La historia personal de Jeanne y su misterioso pasado, pese a ser invención de la autora, se ve arropada por una época apasionante de la Historia, repleta de personalidades significativas.

Además, Emerson incluye un interesante “Quién es quién” de la dinastía Tudor, un breve glosario histórico con datos e información de cada uno de los personajes, incluida la auténtica Jeanne Popyncourt. También invita al lector a consultar las fuentes históricas en las que se basó para idear el argumento de “La espía de los Tudor”, aportando los títulos y los autores de las diferentes obras.

Entretenimiento asegurado

Como primer volumen de la serie dedicada al siglo XV-XVI, “La espía de los Tudor” resulta un comienzo muy digno y recomendable. Bien escrita y de ritmo rápido, interesará al lector amante del género desde las primeras páginas. Para aquellos menos acostumbrados a la novela histórica, también puede ser llamativo, pues su trama incluye mucho misterio, romance y una protagonista carismática.

Emerson descarta el vocabulario farragoso y cultivado típico de la época, optando por  un lenguaje más actual, que convierte a la novela en una distracción ligera y apta para todos  los públicos. La edición de Pàmies, diseñada en tapa blanda y con una portada atractiva y vistosa, hace  de “La espía de los Tudor” un agradable entretenimiento. De argumento equilibrado y ritmo trepidante hasta el desenlace, no dejará indiferente a los lectores.

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