La señora Parkington

Alcanzar una edad avanzada conservando intactas las facultades mentales puede resultar tanto una bendición como una carga. Por un lado, se cuenta con una amplia y valiosa experiencia que compartir con los demás. Por otro lado, en la memoria conviven buenos y malos recuerdos, y estos últimos pueden surgir de improviso para sumirnos en la melancolía.

Si entre esos recuerdos se encuentra el fallecimiento de un marido y de dos hijos en la flor de la vida, sólo un presente insatisfactorio podría hacer desear refugiarse en el pasado. Por desgracia para la protagonista de “La señora Parkington”, sus familiares (con una única excepción) le causan sentimientos que oscilan entre la indiferencia y el más absoluto rechazo. Por lo tanto, resulta comprensible que su mente tienda con frecuencia a recorrer los senderos de días, si no más felices, mucho más estimulantes cuanto menos.

Una gran dama

Susie Parkington tiene ochenta y cuatro años y es dueña de una fortuna enorme que sus parientes ansían heredar. Su inmensa riqueza fue conseguida por su difunto esposo Gus Parkington, un hombre hecho a sí mismo, con un talento innato para los negocios, escasos escrúpulos y una vena despiadada que le convertía en un adversario terrible incapaz de consentir el más mínimo ataque contra su persona.

Gus fue un titán, casi una fuerza de la naturaleza, y Susie supo estar a su altura prácticamente desde el momento en el cual la tomó como esposa. La señora Parkington es una gran dama, una mujer dotada de inteligencia, sentido común y sensibilidad. Sin embargo, entre sus descendientes (una hija, y varios nietos y bisnietos) tan sólo su bisnieta Janie cuenta con el amor y el respeto de la anciana.

En “La señora Parkington”, Louis Bromfield alterna capítulos situados en el presente (principios de los años 40 del pasado siglo, en los Estados Unidos) con diversos flashbacks que nos permiten conocer cómo Susie llegó a convertirse en la mujer que es. La anciana protagonista de la novela deberá lidiar con diversos problemas (una hija depresiva y adicta a los somníferos, un nieto político metido en un escándalo financiero de grandes proporciones), consciente de que sólo ella puede solucionarlos de manera satisfactoria, mientras no puede evitar preguntarse qué será de los suyos cuando ya no puedan recurrir a su ayuda.

Tiempos de gigantes

Gus Parkington, conocido como “el Mayor”, es un personaje ficticio basado indudablemente en alguno de los grandes millonarios estadounidenses conocidos por haber sacado el máximo jugo a la proverbial “tierra de las oportunidades”. Apellidos ilustres como Vanderbilt, Rockefeller o Astor  traen a la mente inmensas fortunas y un estilo de vida caracterizado por el derroche y la ostentación.

El Mayor Parkington representa, junto a todos sus socios y colegas, a una suerte de “nobleza” en una nación carente de aristócratas autóctonos. Son hombres y mujeres acostumbrados a gozar al máximo de la vida, asiduos a clubes exclusivos, hoteles lujosos y restaurantes selectos. Amasaron sus fortunas en un momento en el cual gozaban de una impunidad prácticamente absoluta para enriquecerse por cualquier medio a su alcance, y se convirtieron en una élite admirada y despreciada a partes iguales.

El mundo en el cual introduce a Susie su esposo le resultará a la joven recién casada tan extraño como atemorizante. Afortunadamente, el Mayor será lo suficientemente sensato como para presentarle a un par de mujeres que se encargarán de refinarla, de enseñarle a vestir y comportarse adecuadamente en todo momento, y de informarle sobre quién es quién en la compleja y dinámica alta sociedad neoyorkina. La habilidad con la cual la joven provinciana se transformará en una dama elegante y sofisticada satisfará plenamente a un hombre que necesita tener a su lado a alguien que refleje (e incluyo magnifique) su enorme éxito.

Louis Bromfield

El autor de “La señora Parkington” goza en su país de gran consideración, y sus obras le sitúan a la altura de escritores de su generación tan brillantes como John Steinbeck o F. Scott Fitzgerald. A pesar de no tratarse de un escritor conocido por el lector medio, gran parte de sus novelas han sido publicadas en nuestro país. Algunas de ellas, como “Vinieron las lluvias”, “Noche en Bombay” o “La selva”, cuentan con una edición muy reciente y todavía pueden conseguirse con facilidad.

Bromfield gozó de una gran popularidad en su día, hasta el punto de que una de sus obras (“Early Autumn”) fue galardonada con el Premio Pulitzer. Además, algunas de sus novelas más exitosas contaron con adaptaciones cinematográficas. Tal es el caso, por citar un par de ejemplos, de “Vinieron las lluvias” y “La señora Parkington”. Esta última fue dirigida por Tay Garnett en 1944, y en ella Greer Garson y Walter Pidgeon interpretaron, respectivamente, a Susie y al Mayor Parkington.

Un personaje inolvidable

Todo cuanto sucede en “La señora Parkington” gira alrededor de la extraordinaria mujer que da título a la novela. Con su retrato de Susie Parkington, Louis Bromfield dio vida a un personaje cautivador, una verdadera dama digna de respeto y admiración. Dotada al mismo tiempo de una gran fuerza proyectada al exterior y de una fragilidad interna capaz de despertar nuestra simpatía, la viuda de Gus Parkington se nos revela como uno de esos personajes rebosantes de humanidad que perduran en la memoria tras haber concluido la lectura de las obras en las cuales aparecen.

La impecable y elegante edición de Lumen, así como la magnífica traducción de Antonio Valencia, realzan el valor de una novela que, tal y como se comenta en su contraportada, tiene muchos puntos en común con obras de Edith Wharton como “La edad de la inocencia”. Desde El Mar de Tinta recomendamos “La señora Parkington”, sin reservas, y estamos seguros de que fascinará a lectores deseosos de sumergirse en una época tan compleja como atractiva, de la mano de una guía de excepción.

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