22/11/63 Novela

Stephen King regresa con una nueva novela que se aleja, en cierto modo, del género al cual nos tiene acostumbrados. Plaza y Janés edita en rústica este título que da otra vuelta de tuerca al suceso que conmocionó el mundo: el asesinato del presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy.

Explica King en el epílogo del libro que la premisa de «22/11/63 Novela» surgió ya en 1972, nueve años después de que sonaran los tres disparos que acabaron con la vida de JFK durante su paseo por la ciudad de Dallas. En aquel momento, el escritor norteamericano trabajaba como profesor a jornada completa y la ardua tarea de recopilación de datos que suponía el relato le hizo desistir.

Publicada en su edición original el pasado año 2011, el argumento de «22/11/63» sigue siendo interesante y aún plantea muchas incógnitas irresolutas  medio siglo después: ¿Lee Harvey Oswald actuó solo o formaba parte de una conspiración en la que hubo más de un implicado?

La brecha temporal

King presenta como protagonista de esta «ficción histórica» a Jake Epping, un profesor de literatura recién divorciado, residente en Lisbon Falls (Maine). La mañana que precedía a las vacaciones de verano, Jake recibe la llamada de su amigo Al Templeton. Éste, dueño de un establecimiento de comida rápida que Jake frecuenta, le ruega que vaya a hacerle una visita ya que tiene que contarle algo muy importante.

Intrigado por el tono de urgencia en la voz de Al, Jake se acerca al restaurante. Enseguida nota a su amigo terriblemente desmejorado, Al parece estar muy enfermo. Éste le guía hasta la despensa y le indica que cierre los ojos y busque a tientas un escalón. Así, le descubre el secreto que ha guardado celosamente durante años: en el almacén de su dinner hay una puerta al año 1958.

Incrédulo y fascinado al mismo tiempo, Jake lo comprueba por si mismo y Al le cuenta el funcionamiento de la brecha. Al parecer, cada viaje es un reinicio y dura en el presente tan sólo dos minutos. Al principio, Al sólo lo utilizaba para fines ociosos y materialistas, como comprar carne de vacuno a un precio irrisorio. Pero con el tiempo, le explica a Jake, que una idea había germinado en su mente hasta convertirse en obsesión: pueden cambiar el pasado y salvar al presidente del disparo acontecido en el año 1963.

Salvar a JFK

Tras largas cavilaciones y mucho estudio y vigilancia, Al llega a la conclusión de que si el presidente Kennedy no hubiese fallecido durante su visita a Dallas, el mundo sería un lugar mejor. Martin Luther King tampoco hubiera muerto asesinado, no se habrían producido los conflictos raciales, se hubiese impedido el envío de tropas a Vietnam.

Pero el cáncer lo devora y sabe que, sin ayuda de Jake no podrá conseguirlo. Éste, intrigado y a la vez aterrorizado por la responsabilidad que de repente ha caído sobre sus hombros, decide aceptar el ruego de su amigo moribundo y embarcarse en una aventura fascinante que lo llevará de vuelta a la América de los 60.

Vertiginosa ficción histórica

Pese a que los viajes temporales han acompañado a la literatura de ciencia-ficción desde sus orígenes, Stephen King rescata ese viejo sueño. El autor lo modela a su antojo, dando forma a una novela con un argumento entretenido y perfectamente contextualizado.

Escrito en primera persona, el lector empatiza rápidamente con Jake Epping, siguiéndolo  en su arriesgada misión  hasta el desenlace del relato. King recupera su prosa rápida y sorprendente, contando una historia que, pese a su extensión, no decae y siempre nos mantiene en vilo, sabiendo que el autor no pondrá las cosas fáciles al protagonista.

Tal y como explica en el epílogo ya citado anteriormente, los datos proporcionados por King acerca de la vida de Oswald y su familia (centrados en su retorno a Estados Unidos tras su estancia en Rusia), son verídicos y provienen de distintas fuentes que el autor cita expresamente. Algunos de los sucesos que transcurrieron durante los meses anteriores a la visita de JFK fueron modificados para que coincidiesen con el eje argumental, pero en general, la obra destaca por su fidelidad a los hechos.

Asimismo, la misión de Epping se funde en un intrincado cúmulo de situaciones y encuentros que dan profundidad a la trama: las relaciones que éste entabla, sus vivencias durante los cinco años proporcionan múltiples perspectivas de la sociedad norteamericana de finales de los 50. «22/11/63» se convierte así, en una crítica severa a la mentalidad imperante de aquellos años, el ruralismo ancestral de sus gentes, el odio a los negros, las conductas sociales impuestas y, sobre todo, el fanatismo político.

Aunque no es muy habitual encontrar en la bibliografía de Stephen King historias de amor que resulten agradables y apasionadas, nos sorprende en esta ocasión con un romance que completa la trama principal. El enamoramiento de Jake Epping lo acerca al lector, mostrando así su lado más humano.

Terror social

Esta novela se aleja del género de terror más crudo que King domina. Sin embargo, en ella sigue habiendo un ligero tono inquietante, que enlaza con las múltiples posibilidades que los cambios en el pasado pueden provocar. Epping, como viajero temporal resulta una variable que provoca múltiples posibilidades de futuro.

El autor juega con teorías que en la actualidad, tratan series televisivas como la exitosa «Fringe». En ésta, se explica que cada traslación a un universo paralelo provoca cambios catastróficos en los otros mundos, generando consecuencias impredecibles.

El escritor introduce este concepto en su libro, explicando que cada reinicio (cada intrusión en la brecha temporal) desencadena lo que el llama «cuerdas»: detonante de variables que degeneran. De ahí el terror, la inquietud que destila la lectura de este libro. No es un viaje al pasado sin consecuencias, pues el pasado «armoniza» y no quiere ser cambiado.

«22/11/63» es una novela que no pasa desapercibida. Con un ritmo rápido y múltiples giros, provocará más de un respingo al lector.  Su trama compleja y cuidada no deja ningún cabo suelto y consigue un desenlace emotivo y adecuado. Tras una extensa bibliografía con muchos altos y bajos, la última novela de King destaca con creces y sigue los pasos de grandes títulos como «It»  (con el cual incluso se entrelaza la narración de los acontecimientos) o «Christine» (otra referencia clásica de los años 60).

 

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