Como el perro y el gato

Gilles Legardinier lleva ya unos cuantos años dedicado a la escritura de una serie de novelas que cuentan con un elemento en común fundamental: un cambio radical que se produce en la vida de sus protagonistas. En “Mañana lo dejo”, una joven empleada de banca decidía abandonar un trabajo en el cual no se sentía nada cómoda. Por su parte, en “Días de perros”, un empresario multimillonario abandonaba su hogar londinense para empezar a trabajar como mayordomo en plena campiña francesa.

Y ahora, en “Como el perro y el gato” (curiosa versión del título original “Ça peut pas rater!”, algo así como “¡No puede fallar!”), nos encontramos con una mujer que también ve cómo su vida da un giro de 180 grados, aunque en este caso no ha sido ella quien ha decidido que se produzca tal situación. No obstante, Marie es un personaje 100% Legardinier, así que las circunstancias adversas no harán sino fortalecerla.

Hasta las narices de los hombres

Tras haber convivido durante años con su novio Hugues, Marie se entera de que éste le es infiel con una mujer mucho más joven que ella. Una vez descubierto el pastel, la relación se rompe y, como el hogar que compartían pertenece a Hugues, la protagonista de “Como el perro y el gato” tendrá que buscar un nuevo sitio donde vivir, además de lidiar con el mal trago de la ruptura. Una serie de duros golpes que harán que la pobre Marie acabe prometiéndose a sí misma no querer volver a saber nada de los hombres nunca más.

Afortunadamente, una amiga de su hermana va a ausentarse durante un año y le cede a Marie su lujoso apartamento de forma completamente desinteresada. La mudanza a su nuevo hogar supondrá el inicio de una nueva vida y de nuevas amistades, entre las que destaca el señor Alfredo, el conserje del edificio. Al mismo tiempo, la situación en la fábrica de colchones donde trabaja Marie comenzará a complicarse, y será ella quien asumirá el reto de enfrentarse a su insufrible jefe, el señor Deblais  (y a su inseparable secuaz Notelho), para defender los derechos de sus compañeros.

Amigos y familia

Una vez separada de Hugues, Marie se da cuenta de que ha estado viviendo sometida a los caprichos de un ser banal, inmaduro, egocéntrico y cargado de inseguridades. Decidido a anular por completo a su compañera, Hugues fue moviendo hilos para lograr que esta se distanciara de sus amigos y de su familia, de modo que fuese él mismo quien ocupase el centro de la existencia de Marie. Algo de lo que ella, cegada por el amor, no fue consciente hasta que Hugues no la apartó de su lado.

Sin embargo, todas las manipulaciones de su ahora ex pareja no consiguieron que Marie se distanciara de las mujeres más importantes de su vida: Émilie (su mejor amiga y compañera de trabajo) y su hermana Caroline. Émilie será su principal apoyo moral en los primeros momentos tras la separación, y la fuerza de su amistad hará que participe incluso en los descabellados planes de venganza ideados por su amiga. Por su parte, su hermana Caroline, junto con su esposo y sus hijos, representan aquello que Marie siempre anheló: una familia estable y bien avenida en la cual el amor y el respeto presiden la convivencia diaria.

Miedo a la soledad

En el epílogo de la novela, Gilles Legardinier realiza una declaración que resume en pocas palabras el modo en el cual el escritor francés encara la vida:

[quote]“Creo sinceramente que no estamos hechos para vivir solos. Nunca me ha gustado nada (…), salvo la idea de no tener a nadie a quien amar.”[/quote]

Con un par de frases el autor de “Como el perro y el gato” justifica la en cierto modo contradictoria actitud de Marie a lo largo de la narración.

Porque lo cierto es que la posibilidad de encontrar un nuevo amor se encuentra en la columna vertebral del libro, sobre todo desde el momento en el cual Marie comienza a recibir cartas de un misterioso admirador. Ella, al igual que Legardinier, no está hecha para vivir sola. Y, aunque acaba compartiendo vivienda con un gato “secuestrado”, no se ve a sí misma como la típica solterona rodeada de felinos domésticos. La ilusión no tarda en volver a la vida de Marie, y la esperanza de encontrar un alma gemela con quien compartir el día a día hará que le resulte más fácil olvidar el pasado.

Otra joya de Legardinier

Los libros firmados por Gilles Legardinier garantizan varias cosas al lector. En primer lugar, personajes de carne y hueso, con los cuales resulta muy fácil identificarse. En segundo lugar, un tono humorístico que oscila entre leve y francamente hilarante, y aporta momentos absolutamente inolvidables (como la fiesta de disfraces, por ejemplo, en la novela que nos ocupa). Finalmente, un final feliz que nos deja plenamente satisfechos y hace que, una vez concluida la lectura, estemos deseando la publicación de la siguiente obra del escritor galo.

“Como el perro y el gato”, publicada por Planeta en su colección Planeta Internacional cumple con creces todo lo anteriormente expuesto. Legardinier vuelve a ofrecernos una novela amable, optimista y positiva, en la cual aporta valores muy necesarios para un mundo que se está convirtiendo en un lugar cada vez más oscuro. En El Mar de Tinta hemos disfrutado enormemente con su lectura, y recomendamos esta obra a quien desee disfrutar de un rato ameno y agradable acompañando a una Marie que le cautivará desde la primera página.

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