El fantasma de la ópera

En nuestro empeño por recomendar títulos clásicos que puedan entusiasmar a nuestros lectores jóvenes, traemos en esta ocasión una obra excepcional de la mano de la editorial Anaya. La fascinación por esta peculiar novela ha sido tal que de ella se han realizado con indiscutible éxito múltiples adaptaciones cinematográficas y musicales. El texto original de Gaston Leroux sigue, a día de hoy, lleno de gótico encanto y misterio.

De la extensa bibliografía del escritor y periodista Gaston Leroux tal vez sea ésta, “El fantasma de la ópera”, su obra más conocida. Disfrutando ya de reconocimiento durante su carrera, Leroux publicó sus novelas de aventuras y misterio por entregas, en distintos periódicos parisinos. De ese corte folletinesco está impregnada esta obra que ahora nos atañe.

Fantasmagoría

Ambientada en un edificio emblemático de la ciudad de París, este título narra una historia romántica e inquietante en forma de investigación. Es el propio autor quien presenta el extraordinario caso, realzando así la posible veracidad de lo contado.

Los empleados de la Ópera de París, desde la Prima Donna hasta los tramoyistas aseguran que la existencia del Fantasma está más que probada. Todos y cada uno aseguran haberle visto u oído, y los rumores se extienden como la pólvora, incluso entre los directivos.

La muerte de uno de los empleados de la Ópera será el detonante de una serie de sospechosas defunciones. Mientras éstas suceden, la cándida soprano Christine Daaé  ha estado recibiendo clases secretas de canto, impartidas por un  personaje al que ella llama su “Ángel de la Música”. La situación de la muchacha se complicará cuando descubra el verdadero rostro de ese ángel, arrastrando tras de sí al vizconde Raoul Chagny.

Misterio en un escenario gótico

Publicada en 1910, “El fantasma de la ópera” tiñe sus páginas de romanticismo tardío. Los escenarios tenebristas, recargados incluso en la imaginación del lector, así como la personalidad apasionada de los dos protagonistas principales hacen de este libro una joya de la novela gótica. La calidad de la prosa de Gaston Leroux, igual que la forma en la que presenta la historia, dan al libro una originalidad que no pasa de moda.

La trama de misterio que Leroux ideó para su novela sigue cautivando, sin importar si se conoce la historia de las adaptaciones o  se han leído resúmenes. La obra es tan completa, está tan bien construida e hila de manera tan soberbia los acontecimientos, que no puede dejar indiferente al lector.

Las incógnitas sobre el Fantasma nos acompañan hasta el mismo desenlace, en medio de un triángulo amoroso perturbador. Los textos de la investigación nos transportarán hasta la Ópera de París, a primeros de siglo, y entre sus cuatro paredes se suceden prácticamente todos los acontecimientos. La atmósfera opresiva de sus incontables recovecos y sótanos se palpa a medida que la lectura avanza.

Conocimiento de causa

Que el texto de Gaston Léroux convenza tanto se debe, en parte, a que retrató un mundo que él frecuentaba con asiduidad. Amante de la ópera, conocía el edificio de París y su historia además de la organización de las funciones y de sus principales actores.

Estos pequeños detalles, se plasman perfectamente en su texto, aportando al lector los toques de veracidad que cualquier historia de intriga (tanto si tiene matices sobrenaturales o no) debe contener, asegurándose así su atención.

Las descripciones del escenario, el sistema de trampillas o las obras que en él se interpretaban transmiten el entusiasmo del escritor por el género operístico. El resto de material utilizado para dar forma a “El fantasma de la ópera” es soberbio, contando, como anteriormente indicábamos, con unos personajes principales carismáticos, inmunes al paso del tiempo.

Erik y Christine

La angustiosa y enajenada historia de Erik el Fantasma y Christine Daaé ha fascinado al público hasta nuestros días. Sobre todo el personaje masculino, apuntalado como uno de los caracteres trágicos más destacados de la literatura de principios del siglo XX.

La atracción que la diva experimentará hacia nuestro enmascarado individuo comienza por su pasión por la música. Erik utilizará su voz para seducir a la muchacha, sumiéndola en una relación tormentosa. Entre la pasión prohibida y el terror más puro se han convertido, con el paso de los años, en una de las parejas literarias más conocidas.

De “El fantasma de la ópera” se han realizado múltiples adaptaciones a la pequeña y gran pantalla. El musical, del mismo nombre, con partitura de Andrew Lloyd Webber, cosechó magníficas críticas y también de él se realizó una película, en el año 2004. Ambas obras reflejan la atmósfera romántica de los escenarios ideados por Léroux, si bien el argumento se distorsiona un poco, siendo el original más complejo.

En esta ocasión, es más que probable que se llegue al libro a través de las películas o el musical. Sin embargo, recomendamos no dejar pasar la oportunidad de conocer más a fondo la historia de Erik y Christine pues la novela es excelente, además de precursora del género policíaco y una excelente crítica de la sociedad parisina de principios de siglo.

Edición para jóvenes lectores

La edición escogida por El Mar de Tinta viene de la mano  del sello Anaya, dentro de la colección “Tus libros selección”. Ésta recoge una amplio compendio de títulos clásicos, pensados para un público adolescente y con uso didáctico.

Además de contar con unas traducciones muy cuidadas (en este caso a cargo de Mauro Armiño), el volumen incorpora una presentación con datos del autor y un interesante apéndice con anécdotas sobre la obra. Durante la lectura, el lector dispondrá de múltiples notas a pie de página y en los márgenes, con definiciones de términos o breves apuntes que esclarecen las citas utilizadas por el autor.

A un lector voraz podrán entorpecerle, pero a los adolescentes de hoy en día les servirá de mucha utilidad y ampliarán su vocabulario. El esfuerzo de las editoriales como Anaya por acercar al público joven obras imprescindibles de la literatura es loable y necesario: los títulos clásicos son tan apasionantes como la novela juvenil contemporánea.

Breve apunte

Los libros pertenecientes a esta colección están ilustrados. Sin embargo, en “El fantasma de la ópera” la calidad de los dibujos no es tan sublime como la de los textos que acompañan. En blanco y negro y de trazos simples muy particulares, pasan casi desapercibidos frente a la apasionante historia.

A sabiendas que estos libros podrían considerarse (prácticamente) material exclusivo escolar, Anaya ha optado por un formato manejable y poco llamativo, perfecto para el uso en clase.

Ojalá en un futuro podamos disfrutar de una edición de lujo a tapa dura e ilustraciones en color, pues la obra es merecedora, sin lugar a dudas, de una encuadernación más cuidada.

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