Kitty Peck y los asesinos del Music Hall

Kate Griffin debuta de la mano de Siruela con este femcrime ambientado en la época victoriana. Kitty Peck, una joven costurera de music hall, se convierte en agente encubierta para averiguar el paradero de cuatro jóvenes desaparecidas de los principales espectáculos de Londres.

“Kitty Peck y los asesinos del Music Hall” ha entrado con fuerza en el mundo editorial. Esta novela de ambiente victoriano ha sido aplaudida por los críticos y lectores. Una obra imprescindible para los amantes del thriller histórico.

Desaparecidas en la bruma

Londres, 1880. Los barrios menos favorecidos de la ciudad se convierten en escenario lúdico para las clases acomodadas. Los Music Hall son la atracción del momento. Todas las noches acude lo mejor y lo peor de la city, bien lo sabe Lady Ginger. Ella maneja el trasiego de clientes y dinero en los barrios pobres. Nada escapa a su control. Hasta ahora.

En sus establecimientos están desapareciendo muchachas sin dejar rastro. Su número asciende a siete y la Señora, que así le llama todo el mundo, está preocupada. Nadie puede entrar en su mundo y hacer lo que quiera con su gente sin recibir un castigo ejemplar. Eso es algo que la costurera Kitty Peck no olvida. Hace un año Lady Ginger hizo desaparecer a su hermano Joey en las frías aguas del Támesis por no pagar una deuda.

La Señora ha decidido que esa cuenta pendiente será saldada a través de la costurera. La joven se convertirá de la noche a la mañana en parte de un espectáculo de variedades que actuará de local en local. Su misión: recabar información sobre las chicas desaparecidas. Colgada a siete metros de altura en una jaula de metal dispondrá sólo de unos días para encontrar alguna pista y evitar que otra chica se disipe como la bruma.

Suburbios londinenses

Presentar un buen escenario siempre ayuda al desarrollo de una historia. Londres ha sido telón de fondo en innumerables novelas, sobretodo el Londres victoriano. “Kitty Peck y los asesinos del Music Hall” se suma a la miríada de escritores y escritoras que han confiado en la urbe británica más inspiradora para desarrollar sus historias. El principal no podía ser otro que Conan Doyle, tal vez el primigenio en asomarse a tan excepcional escenario y meternos el miedo en el cuerpo.

¿Dónde está entonces la originalidad de Kate Griffin? Pues en demostrar que incluso una ciudad tan manida como Londres se merece una revisión y una segunda visita, esta vez a los bajos fondos. La descripción de los suburbios victorianos es minuciosa, detallista. Un deleite para la vista y la imaginación. El lector puede asomarse al Londres más truculento y saborear lo prohibido, casi palparlo. Goza de gran viveza y personalidad.

Los personajes, algunos un tanto estereotipados como el gordo jefe del music hall en el que trabaja Kitty, son interesantes. Lady Ginger, la opiómana que gobierna el mundo del espectáculo suburbano, resulta sobrecogedora y atractiva a un tiempo. Lucca, entrañable amigo de la protagonista y personificación del hombre renacentista. Todos ellos interesantes y muy bien descritos. Lástima que la heroína de la historia resulte anodina. Un personaje capaz de oscilar de forma pendular entre el heroísmo y la ñoñería resulta sorprendente. Aún así la novela merece una lectura atenta y ofrece un lúdico entretenimiento.

Una pluma elegante

El debut de Kate Griffin no podía haber sido mejor. Su obra goza de buen ritmo, es entretenida y su pluma ágil y bella. Las descripciones son estupendas y los personajes entrañables. Algo muy femenino y exquisito. Y, peso a todo, hay espacio para la sordidez. No una sordidez burda, sino de una dolorosa delicadeza.

La historia es sólida, pero un tanto descabellada al final. La trama se resuelve recurriendo a finales de culebrón de sobremesa, cosa que desdibuja el perfecto acabado del libro. Con una presentación tan cuidada, un ritmo vertiginoso y una historia original es chocante semejante desenvoltura. Como también lo es la inexacta traducción del título que puede llevar a confusión. En inglés su título es “Kitty Peck and the Music Hall murders”, los asesinatos nada tienen que ver con los asesinos, que no lleve esto a confusión.

Este lapsus en la traducción es sólo eso, un lapsus. Se puede disfrutar igual, con título o sin él, de este plausible debut literario. Una época anterior llena de misterio y arte no puede pasar desapercibida. Londres desde una perspectiva diferente, pero siempre interesante y espectacular. Una novela muy recomendable que no defrauda.

Una respuesta a «Kitty Peck y los asesinos del Music Hall»

  1. es una buena novela pero hay partes en que las acciones de kitty no van mucho con su personalidad, por ejemplo cuando la drogan y violan, ella solo pensaba en la gran resaca que tenia y lo muy cerdo que era el tipo pero no demuestra el dolor de haber perdido su virginidad en una violacion, senti muy fria esa parte de la historia.

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