La abadía de Northanger

Recurrir a los clásicos si no sabes qué leer, es siempre una muy buena idea. Rara vez decepcionan, y proporcionan maravillosos momentos de ocio y entretenimiento. “La abadía de Northanger” es, sin duda, una magnífica elección: si bien no es tan conocida como otras obras de Jane Austen, no está escasa de calidad, ironía, buen gusto y originalidad.

La escritora británica nos brinda en esta corta novela de juventud un delicioso entremés, sátira irreverente donde Austen se burla, con sutil buen humor, de las novelas góticas (tan de moda en aquella época) y sus tópicos terroríficos.

De vacaciones a Bath

Catherine es la entrañable heroína de la historia: apacible, hija de una modesta familia numerosa, ingenua y bastante dada a dejarse llevar por su espíritu novelesco. Acompañada de sus amigos, los Allen, acude a Bath a pasar unas cuantas semanas, en busca de diversión.

Durante un baile, Catherine conocerá a Henry Tilney, un gentil caballero que la rescatará del tedio de no hallar rostros familiares entre la sociedad del lugar. Con él llegarán otras amistades, como la de Isabella Thorpe, y el resto de los Tilney. Tras su estancia en Bath, la joven protagonista será invitada a acompañar a la familia Tilney a su hogar, la antigua abadía de Northanger.

Allí, Catherine tendrá la oportunidad de dejar volar su fantasiosa imaginación: la abadía es el escenario perfecto para esconder antiguos secretos familiares… y la joven está bien dispuesta a descubrirlos, sin saber que el mundo ya es lo suficientemente aterrador y absurdo como para complicarlo aún más con misterios tenebrosos.

Inteligencia mordaz

Seguramente ya conocen la mayoría de las obras de la magnífica Austen, una de las autoras más ilustres de la literatura inglesa del siglo XIX. En El Mar de Tinta nunca nos cansamos de recomendar sus obras pues son verdaderamente magníficas. En “Orgullo y prejuicio”, “Juicio y sentimiento”, “Emma” o “Mansfield Park” hallamos una prosa excelente, tramas divertidísimas, agudeza intelectual y personajes carismáticos. Sin embargo, “La abadía de Northanger” destaca por ser, quizá, la obra más irónica y humorística de la escritora.

En ella Austen ataca sin piedad (pero con increíble buen humor) las costumbres, tradiciones y comportamientos de la sociedad de su época -tan hipócrita como absurda en su elegancia-, así como los gustos literarios del momento.

Durante el siglo XIX (período de la regencia, para ser más exactos) en Inglaterra se extendió la afición por las novelas tétricas y fantasmagóricas, de ritmo y vocabulario afectado. En “La abadía de Northanger”, Catherine se encuentra absorta en su lectura de “Los misterios de Udolpho”, título firmado por Ann Radcliffe.

Elegante mofa y befa

En esta obra, claro representante del género, Austen hace sutil burla de los tópicos y argumentos utilizados por los autores para suscitar terror en los lectores. En realidad, todo el libro en sí es una elegante sátira: tanto su afable protagonista, como el galán sacado de una novela sentimental, como los acontecimientos que se suceden, y las escalofriantes conjeturas que hace Catherine sobre la familia Tilney.

Austen utiliza en “La abadía de Northanger” al narrador omnisciente, y explica los hechos como si de una obra de teatro se tratase. Así, consigue con mayor éxito, dejar constancia del carácter humorístico del texto, entrelazando la historia con comentarios tan agudos como hilarantes, ridiculizando a los personajes y sus vicisitudes.

No pierde, en ningún caso, la elegancia y el buen hacer que nos cautiva en todos sus relatos, pero sin duda, Austen afila aquí más que nunca su pluma en pos de la crítica y la diversión.

Original y recomendable

Las obras de Jane Austen son perfectas para que los jóvenes lectores se aventuren con la lectura de clásicos. Del mismo modo “La abadía de Northanger” es una excelente recomendación para todo tipo de lectores, aficionados o no a la literatura inglesa. Como es más divertida y original que otros de sus títulos, también agradará a un público más amplio y heterogéneo.

Asimismo, la edición de Alba es impecable, con una traducción correctísima y un formato en rústica con tapa blanda muy asequible. Si buscan, por lo contrario, una edición más elegante, pueden optar a la publicada por la misma casa, en la colección Alba Clásica. Quisiéramos recomendar, además, la serie que la cadena de televisión BBC emitió, bajo el mismo nombre. Como todas las adaptaciones realizadas de las obras de Austen esta es, cuando menos, muy entretenida.

Para los lectores avezados que sientan curiosidad por leer las novelas góticas de las que se burla la autora en “La abadía de Northanger”,  prácticamente todas, incluida el “Udolfo” de la Radcliffe, las encontramos traducidas al castellano por la editorial Valdemar.

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