La leyenda de Sleepy Hollow

Washington Irving es conocido por célebres obras románticas como “Cuentos de la Alhambra”, “Rip Van Wickle” y “La leyenda de Sleepy Hollow”. En El Mar de Tinta nos complace recomendar este último relato breve, publicado entre 1819-1820. Alba Editorial lo  recuperó en junio de 2010 en una edición exquisita, acompañada por las magníficas ilustraciones de un grande entre los grandes: Arthur Rackham.

Es muy posible que el nombre de Sleepy Hollow suene a nuestros lectores por la adaptación cinematográfica que  realizó Tim Burton en 1999. Sin embargo, el cuento ya era parte del folklore norteamericano y se ha convertido en una pieza de referencia dentro de la literatura fantástica. La película se empapa de la estética ideada para el relato por Rackham y también de los tintes de la literatura gótica, pero la narración original de Washington Irving poco tiene que ver con el argumento del film.

Una tierra que incita a soñar

Ichabod Crane es un individuo flacucho y glotón, con tendencia a elucubrar sobre magia negra y terroríficas apariciones. No es para menos, pues el valle de Sleepy Hollow, y la  pequeña ciudad de Tarrytown donde habita, es el lugar idóneo para creer y avivar todo tipo de visiones fantasmagóricas.

Antiguo asentamiento de holandeses, los lugareños de Tarrytown son tranquilos, muy dados a las leyendas y cuentos tétricos. Ichabod, que desempeña su labor en la comunidad como maestro de escuela, se deja llevar por sus ensoñaciones mientras dedica su tiempo a enseñar a los niños, vivir a costa de sus familias, leer libros de hechicería y tratar de conquistar a la hermosa Katrina Van Tassel.

Esta dama, hija única de un terrateniente rico, es la flor más codiciada del valle, e Ichabod Crane deberá pelear arduamente contra los otros mozos que la pretenden. Cuando el padre de la muchacha le invita a una fiesta en su “castillo”, Crane ve el cielo abierto. Sin embargo, en los bosques de la región vaga el Jinete sin Cabeza, el espectro de un mercenario alemán dispuesto a perseguir a cuántos se atrevan a interponerse en su camino.

Diversión, ironía y prosa magnífica

Aquellos lectores que de antemano conozcan la obra de Washington Irving, podrán observar de nuevo la maestría con el que el escritor detalla a los personajes y el entorno. “La leyenda de Sleepy Hollow” es un relato breve,  en el que Ichabod Crane destaca por ser el protagonista indiscutible. A través de Crane, al que Irving nos retrata de forma hilarante e irónica, descubrimos al resto de la comunidad de Tarrytown y sus costumbres, detalladas en descripciones impecables, con una prosa hermosa y llena de lirismo.

Destacan sobremanera los fragmentos que Irving dedica a los paisajes. Es en estos párrafos donde encontramos realmente el ambiente gótico que tan bien supo captar Arthur Rackham en sus ilustraciones.

Los que se enfrenten a la lectura buscando una escalofriante historia de fantasmas puede que se sientan un poco decepcionados, pues el componente “fantasmagórico” del cuento está más soterrado de lo que cabía esperar. El Jinete sin Cabeza es sin duda la misteriosa pieza de la exquisita narración, formando parte de las costumbres folklóricas de la región cerca del río Hudson. Pero prima ante todo el encanto de la prosa y el buen humor de Irving Washington.

La nota del autor, incluida en la presente edición, pone la guinda a este cuento: en ella Irving nos plantea unas moralejas tan lógicas como divertidas, muy acordes con el tono de la narración y poniendo en duda todo lo relatado anteriormente.

Ilustraciones hermosas

Arthur Rackham empezó trabajando en la revista Punch, y más tarde se haría famoso como ilustrador de clásicos como “Peter Pan y Wendy”, los cuentos de hadas de los hermanos Grimm o “Los viajes de Gulliver”.

Con su estilo tan característico, recrea a la perfección la atmósfera mágica y misteriosa del texto, presentándonos a un Ichabod Crane muy acorde con la descripción que de él hace el escritor norteamericano.

Su suave y cuidada paleta de colores, así como las entrañables criaturas oníricas que incluye en sus dibujos, hacen de “La leyenda de Sleepy Hollow” una joya de la literatura fantástica, como cualquier otra obra en la que la maestría de Rackham esté presente. Las hermosas escenas de época, se combinan con paisajes agrestes, llenos de brujas y gatos negros, tan típicos de la tradición norteamericana.

Edición de lujo

La obra, publicada por Alba dentro de su colección de “Alba clásica”, es el resultado de una labor de edición magnífica. Tanto las ilustraciones, como por la encuadernación en tapa dura y el papel sedoso, hacen de éste un capricho perfecto para regalar o autorregalarse. En El mar de Tinta queremos destacar la excelsa labor de esta editorial, que ha hecho del mimo y la elegancia con la que cuidan sus publicaciones, el sello de la casa.

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