La maldición de Hill House

¿Puede haber un escenario más subyugante que una casa encantada? Las historias ambientadas en mansiones tenebrosas son un clásico recurrente en la literatura de terror. La novela corta que rescatamos para la ocasión es un referente y ha sido fuente de inspiración para otras muchas obras. Hill House sigue, a día de hoy, despertando nuestros más arraigados temores.

Shirley Jackson escribió “La maldición de Hill House” en 1959. Aunque actualmente la Fantasía y el Horror estén más presentes en las librerías, conocer los clásicos originales del género es conveniente. Es posible que hayan visto ya esta historia versionada para la gran pantalla, pero les aseguramos que la novela es mil veces mejor.

Una extraña invitación

Cuando el doctor John Montague se entera de la existencia de Hill House no puede resistirse a investigar los fenómenos psíquicos que se le atribuyen al edificio. Ninguno de sus inquilinos ha durado más de dos días en la mansión y en cuanto el científico consigue el permiso de sus actuales propietarios para residir en la propiedad se pone manos a la obra. Invita a su experimento a personajes cuando menos peculiares, que ya han participado en manifestaciones paranormales sin saberlo, o con actitudes para ver más allá del plano terrenal.

Así se juntan, por primera vez, Eleanor, Theodora, Luke y el doctor Montague en la mansión Hill House. Dispuestos a pasar en la laberíntica casa una semana, intentando dilucidar cuál es el misterio que envuelve al edificio. Las puertas se cierran, se escuchan risas y golpes inexplicables… los muros de Hill House encierran misterios, historias trágicas y pesadillas. Cada uno de los personajes se verá afectado por el malvado influjo de la casa. ¿Hill House les dejará  marchar?

Atmósfera opresiva

Stephen King ha calificado a “La maldición de Hill House” como una de las mejores novelas de terror de todos los tiempos. La verdad es que, tras su lectura, podemos cuando menos estar de acuerdo con el escritor. Pese a que el relato de Jackson es contenido, la autora consigue imbuir al lector de la atmósfera opresiva en la que acontece la acción. Desde las primeras página nos mantiene en vilo y ya incluso en el viaje en coche hacia la mansión sentiremos la tensión angustiosa que precede al descubrimiento terrorífico.

Sin embargo, comparándola con otras novelas ambientadas en casas o edificios “encantados” (“La casa infernal” de Matheson o “El resplandor” de Stephen King, entre otras) en “La maldición de Hill House” no ocurre nada. Nada explícito, se entiende. Y de ahí estriba la maestría de Shirley Jackson: los personajes nos guían por las estancias de la casa, invitándonos a acompañarles en su investigación de corte victoriano. Nos detalla lo que pasa, pero es lo que no nos cuenta lo que nos asusta.

Una narración original

Otro punto más a alabar de Shirley Jackson: “La Maldición de Hill House» podría haber sido un libro fácil si Jackson no hubiese dispuesto la historia a modo de monólogos interiores. Todos los personajes son importantes, pero destaca Eleanor, la más insegura y acomplejada. Es su monólogo interior el que hila la historia, y es con Eleanor donde observamos los cambios que se producen en los habitantes de Hill House a medida que pasan los días.

Jackson juega magistralmente con la ambigüedad: ¿lo que está ocurriendo en la casa es obra de una mente desequilibrada? ¿realmente Hill House es un edificio maligno? La escritora deja que el lector deduzca y reflexione: en definitiva, sacando sus propias interpretaciones.

Debemos añadir también que el libro se lee de forma rápida y prácticamente de una sentada. El misterio cautiva y Jackson utiliza en todo momento un lenguaje llano, sin demasiadas florituras, que aumenta el tempo de la acción. “La maldición de Hill House” es un maravilloso homenaje a las historias de fantasmas victorianas, pero el lector de a pie no tendrá dificultades para sumergirse en la historia.

Versiones fallidas

Aunque encontramos influencias de la obra de Jackson en muchos otros títulos fantásticos, sólo hay dos adaptaciones de “La maldición de la casa Hill” a la gran pantalla. La primera película, dirigida por Robert Wise en el año 1963, es sin duda más fiel al libro. Un film, principalmente, de atmósfera perturbadora.

En cuanto a la versión cinematográfica moderna, de 1999, es un despropósito atroz. La cinta, que cuenta con Liam Neeson, Catherine Zeta Jones y Owen Wilson en su reparto, destripa la novela de Shirley Jackson para presentar una historia alejada del relato y tan previsible como absurda. Parece que empieza bien, pero a medida que avanzan los minutos el argumento se vuelve disparatado y poco creíble. Nada que ver con la novela psicológica de la autora americana.

Valdemar Gótica, joyas imprescindibles

Ya van siendo innumerables las ocasiones en las que, desde El Mar de Tintas, alabamos la exquisita labor editorial de Valdemar. Su colección de títulos de género fantástico y clásicos es magnífica y altamente recomendable, pero sin duda su colección Gótica está llena de obras imprescindibles.

La edición, como podrán comprobar en “La maldición de Hill House” es impecable, de tapa dura y papel satinado. Además, los prólogos y anotaciones que muchas veces acompañan a las obras son siempre esclarecedores e interesantes.

2 respuestas a «La maldición de Hill House»

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