Pesadilla a 20.000 pies y otros relatos insólitos y terroríficos

Pesadilla a 20.000 piesLeer relatos resulta siempre socorrido cuando se dispone de poco tiempo libre. Además, en las narraciones breves el genio y la calidad del autor se ve fácilmente comprometida: tienen que conseguir cautivar al lector más rápido y eso nunca es sencillo. Valdemar ha realizado una impecable labor recopilando en un volumen cuentos del magnífico Richard Matheson. El disfrute, con esta antología de ficción y terror, está más que asegurado.

Antes que Stephen King, estaba Richard Matheson. Y antes de Richard Matheson, estuvo Lovecraft y así hasta los cuentos de horror victorianos, conformando una larga lista de autores sobresalientes que todo amante del género debería catar. Con una introducción firmada por King, el talento de Matheson y su aportación a la literatura fantástica queda clara y si conocen su obra, indiscutible.

Perturbar y sorprender

Conocido por títulos como “Soy Leyenda” o “La casa infernal”, la bibliografía de este autor norteamericano es muy extensa, proliferando en ella los relatos. En “Pesadilla a 20.000 pies” nos encontramos con un compendio de veinte historias muy diferentes entre sí, demostrando la versatilidad de su pluma.

Si ya conocen algo del trabajo de Matheson sabrán que su inclinación a tratar de perturbar al lector con sus narraciones es la marca de la casa. Y si deciden escoger este recomendable volumen, descubrirán que el escritor consigue si no horrorizar, dejarnos inquietos: Richard Matheson suscita estados de ánimo, y no precisamente agradables, que permanecen mucho después de haber cerrado el libro.

No nos da tregua, esbozando en sus personajes caracteres tan dispares, tan desequilibrados y escenas tan enloquecedoras que pondrán en jaque a los nervios más templados.

 Explorando posibilidades

Los veinte cuentos que componen “Pesadilla a 20.000 pies” son excelentes y mantienen el interés del lector en todo momento. Las historias ideadas por Matheson nos sumergen en ambientes y escenarios tan diferentes como  inquietantes y cautivadores.  Las historias, casi todas ambientadas en su país de origen, presentan a protagonistas cotidianos, gente normal en situaciones que rozan lo sobrenatural.

Pese a su particular y marcada personalidad, en algunos de estos relatos, las influencias de autores anteriores y en los que Richard Matheson se inspira son claras. Destaca, en este aspecto “Los hijos de Noah”, ambientado en Maine y con evidentes tintes lovecraftianos. Además, el autor alimentará nuestra fascinación por lo “anormal” con comportamientos paranoides (“Pesadilla a 20.000 pies”,  “Legión de conspiradores” o “Una casa enloquecida”), alucinaciones, muñecos vivientes, presencias fantasmales (“Vestido de seda blanca” es, siendo muy breve, especialmente perturbador)  o extraños mensajes entre los programas de televisión incitando a perversidades inimaginables (“A través de los canales”) que, con seguridad, pondrán la piel de gallina a más de un lector.

Lo que hace tan fascinante estas narraciones es la manera en la que el autor los escribe: su prosa cambia, a merced de las necesidades de cada una, y su genio para moldearla es sobresaliente. Asimismo, el conocimiento que de los miedos,  debilidades, represiones sociales y neuras de la raza humana tiene Matheson lo convierte en un narrador de historias magnífico.

Adelantado a su tiempo

Todos los cuentos datan de 1950 a la década de 1960 y cabe decir que, como todos los escritos de Matheson, han envejecido muy bien. Tal vez se deba a la imaginación desbordante del autor: las historias narradas trascienden épocas y siguen siendo actuales, extrapolables al presente.

El lenguaje directo, dúctil y de tempo rápido utilizado por el escritor le ha servido para cosechar fama mundial, desde sus inicios. Su trabajo ha trascendido al mundo del cine, siendo guionista de múltiples y aclamados films (“El diablo sobre ruedas”) y de series televisivas como “La dimensión desconocida”. También muchas de sus obras han sido adaptadas a la gran pantalla: “Soy leyenda”, “Acero puro” o “El increíble hombre menguante”, entre otras.

Aunque algunos de estos films son altamente recomendables (y muy entretenidos), en El Mar de Tinta preferimos sin atisbo de duda la obra original. Pues es donde el genio de Matheson, su capacidad para cautivar al lector, asombrarle y horripilarle hasta la fascinación, se manifiesta en todo su esplendor.

El  terror actual, reconocido así por escritores como Stephen King en el prólogo del volumen, bebe de muchas fuentes, pero sin lugar a dudas se inspira y recrea en  Richard Matheson, utilizando de nuevo (con sabiduría o sin ella) lo que el autor ya nos regalaba hace seis décadas. Siendo un reconocido maestro del género, se merece un lugar privilegiado en cualquier biblioteca de aficionados al Horror.

Valdemar o el buen gusto en la edición

Si en algo destaca Valdemar dentro del mundo editorial de nuestro país es por sus encuadernaciones exquisitas. Además de tener un gusto impecable a la hora de publicar títulos, las traducciones son excelentes y el diseño de sus libros siempre cuidado.

La colección a la que pertenece “Pesadilla a 20.000 pies y otros relatos insólitos y terroríficos” es la joya de la corona. Los tomos de “Valdemar Gótica” en tapa dura, papel de calidad y sugerentes portadas harán las delicias de los lectores más exquisitos. Es cierto que los precios de esta colección son elevados, pero en El Mar de Tinta señalamos que merece la pena darse el capricho literario, si se tiene posibilidad y medios.

En cuanto a Richard Matheson y sus relatos insólitos… no se lo piensen demasiado. Su lectura les resultará fascinante, sorprendente y perturbadora. Lo que solamente las buenas historias de terror consiguen.

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