Los juegos del hambre

Tras el exitoso estreno de la película homónima dirigida por Gary Ross, no podíamos dejar escapar la ocasión de dedicar un espacio a esta trilogía de ciencia ficción juvenil. “Los juegos del hambre” se publicó en Estados Unidos en el año  2008 y aún hoy sigue causando furor en todo el planeta. Suzanne Collins da nueva forma a un tema ya clásico del género: las sociedades distópicas.

De la mano del sello Molino llega a España el primer título de esta trilogía.  Nos presenta una historia que va a la zaga de grandes títulos como “El Señor de las Moscas”, “Farenheit 451” o la japonesa “Battle Royale”. La autora norteamericana bebe de estas fuentes de la Ciencia Ficción para construir una novela juvenil cuando menos interesante.

La premisa de un futuro donde los gobernantes esclavizan a las comunidades, impidiéndoles prosperar y evolucionar para así preservar su control, es casi tan antigua como el mismo género fantástico. A lo largo de la historia del estilo futurista, encontramos múltiples obras (tanto literarias como cinematográficas) que desarrollan en sus argumentos todo tipo de sociedades distópicas.

Ante esta trayectoria de grandes novelas, podríamos imaginar que el libro de Suzanne Collins acabaría siendo un pastiche de diferentes títulos anteriores. No obstante, y aunque es cierto que “Los juegos del hambre” trae reminiscencias al lector conocedor del género, creemos que el mérito de Collins reside en que ha abierto una puerta para que las nuevas generaciones se interesen por la literatura de Ciencia Ficción.

El programa de televisión

El mundo en el que vive Katniss es “Panem”, un estado surgido de las cenizas de Norteamérica, controlado por una ciudad central llamada “El Capitolio” y dividido en distritos. Ella habita en el sector minero, el Distrito 12 y, tras la muerte de su padre, cuida de su hermana Primrose y de su madre de la mejor manera posible. Todos los años celebran el “Día de la cosecha”.  Por sorteo, se escoge a dos jóvenes representantes de cada distrito para participar en el mayor acontecimiento televisivo: Los juegos del Hambre.

Como recordatorio amenazador de la rebelión en el desaparecido Distrito 13, los dirigentes organizan este reality show desalmado y morboso. Los participantes son conducidos a un paraje inhóspito y, como si estuviesen en la arena de un anfiteatro natural, deben luchar para conseguir sobrevivir. Sólo uno de ellos puede salvarse y conseguir la gloria.

Durante el sorteo de este año, Prim sale elegida y Katniss, no pudiendo soportar la idea de que su hermana muera a manos de los otros tributos, decide presentarse ella misma voluntaria y ocupar su lugar. El espectáculo y la lucha por la supervivencia ha comenzado.

Un concurso a vida o muerte

La anterior trayectoria de Suzanne Collins como guionista de programas de televisión queda reflejada en esta novela, que gira alrededor del medio televisivo y su alcance. Como detalle destacable de la trama aparece la compleja organización de los juegos, la preparación de los concursantes, la importancia de caer bien a la audiencia y la necesidad de conseguir patrocinadores que faciliten el trabajo durante el tiempo que pasan en la arena.

El transcurrir de la narración incide especialmente en una élite brutalizada que mantiene a la sociedad bajo control. Les amenaza con robarles a sus hijos, obligándoles a ver cada edición sangrienta del programa para que nunca olviden.

Se atisba entre las páginas una crítica a nuestra sociedad actual, en la cual disfrutamos con programas de alto contenido morboso. De ahí la inquietud que transmite la lectura de “Los juegos del hambre”,  porque aunque Collins lo lleva hasta el extremo, parece incluso plausible que, en un futuro no muy lejano, el reality show se acabe combinando con los juegos que en la Roma Antigua eran el divertimento predilecto de la plebe. El gusto por la violencia, el odio y la sangre se retroalimenta de este modo,  dentro de sociedades cada vez más alienadas de los valores humanistas.

Narración rápida y adictiva

A diferencia de otras muchas sagas juveniles, «Los juegos del hambre» es una novela bien escrita. Suzanne Collins cuenta la historia en primera persona y en presente, siendo Katniss la narradora durante todos los acontecimientos. El uso del presente da ligereza a la lectura, y en esta ocasión, ayuda a que el lector sienta la tensión de la acción prácticamente continua.

La protagonista se descubre  a medida que la historia avanza como una luchadora nata, fuerte y decidida. El balance entre dosis de acción y psicología está muy equilibrado, dando lugar a una narración cautivadora que atrapará al lector desde las primeras páginas, obligándole a seguir leyendo para conocer la suerte de Katniss y los demás tributos.  La joven no resulta distante o fría como otras protagonistas de literatura juvenil, ya que Collins se ocupa de mostrarnos su lado más humano a través de continuos flashbacks que explican su historia personal, ayudando al lector a conocer mejor  la situación y los personajes, así como los sentimientos de la chica.

Aunque un tanto predecible, el desenlace del «Los juegos del hambre» resulta más que convincente. Inconcluso y prometedor, la autora mantiene la intriga para que el lector no pueda evitar preguntarse qué ocurrirá en las siguientes entregas.

Falta de profundidad

Aún sabiendo que, tras su lectura, los lectores más jóvenes se entusiasmarán (como llevan haciéndolo desde el 2008) en El Mar de Tinta echamos en falta un trasfondo más amplio. La trama creada por Collins se sostiene hasta el final, pero resulta un tanto superficial. Como lectores adultos y amantes del género de ciencia ficción, nos quedamos con ganas de ahondar más acerca de Panem, de la casta dirigente, del conflicto entre clases, así como de los pensamientos de Katniss acerca del mundo en el que habita, los cuales se esbozan ligeramente, pero no llegan a expresarse de forma precisa.

No obstante, damos un voto de confianza a la autora, pues no hay que olvidar que «Los juegos del hambre» es una novela pensada para un público juvenil y que, además, es tan sólo la primera parte de la trilogía. Suponemos y esperamos que en «En llamas» y «Sinsajo» se desarrollará convenientemente  la trama, dotándola de una mayor complejidad.

En conclusión, «Los juegos del hambre» es puro entretenimiento. Sobre este relato ya hemos leído un sinfín de críticas, algunas de ellas muy positivas. Nos unimos a éstas últimas. Los jóvenes que disfruten con esta novela, podrán en un futuro hacerlo con los grandes clásicos de la ciencia ficción, descubriendo otros títulos imprescindibles.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *