Los muertos viajan deprisa

En 2012, Nieves Abarca y Vicente Garrido unieron fuerzas para escribir “Crímenes exquisitos”: unos de los mejores debuts literarios que hemos tenido ocasión de leer en los últimos años. A partir de entonces, ambos autores nos han ofrecido una nueva entrega de las aventuras de la inspectora Valentina Negro y el criminólogo Javier Sanjuán con puntual cadencia anual.

No obstante, el pasado 2015 concluyó sin la habitual entrega de la serie, así que los numerosos seguidores de la misma aguardábamos con impaciencia la aparición del cuarto volumen. Afortunadamente, Abarca y Garrido no son George R. R. Martin y la demora no ha resultado excesiva. Ya tenemos a nuestra disposición “Los muertos viajan deprisa”, de nuevo de la mano de Ediciones B.

Cuentas pendientes

Una joven autora es brutalmente asesinada en el Tren Negro, que conduce a un grupo de escritores hacia la Semana Negra de Gijón. Meses después, un nuevo horrible crimen tiene lugar en el marco de la primera edición de otra Semana Negra, celebrada en esta ocasión en A Coruña. ¿Existe alguna relación entre ambos asesinatos, además del hecho de que las víctimas compartieran la condición de novelistas? Ese es el misterio que habrá de resolver la inspectora Valentina Negro con la colaboración de Javier Sanjuán, ocasional compañero de investigación con quien comparte mucho más que tareas policiales.

De forma paralela, dos enemigos de la inspectora Negro sellarán una alianza con el objetivo de vengarse de quien les encarceló. Tras cumplir una breve sentencia, el empresario Pedro Mendiluce moverá los hilos necesarios para ayudar a escapar de prisión a Marcos Albelo, violador en serie apodado “el Peluquero”. La misión de Albelo, tras recibir un nuevo rostro y una nueva identidad, será acabar con Marta de Palacios (hija de la jueza que logró que condenasen a Mendiluce) y con Valentina, y para cumplirla contará con los considerables recursos de su multimillonario benefactor.

Semanas y novelas negras

La Semana Negra de Gijón, mencionada al principio de “Los muertos viajan deprisa”,  se creó en 1988 y, por lo tanto, se trata del festival literario centrado en el género negro decano en nuestro país. Ahora bien, como suele ser habitual con las buenas ideas (sobre todo cuando funcionan), la cita gijonesa cuenta con un buen número de imitadoras a lo largo y ancho de nuestra geografía. Tal proliferación de eventos (en Aragón, Barcelona, Castellón, Getafe, etcétera) da pie a que Nieves Abarca y Vicente Garrido jueguen con la idea de que A Coruña cuente con unas jornadas (ficticias, al menos por el momento) de características similares.

Además de ironizar con la proliferación de Semanas Negras por toda España, Abarca y Garrido también dedican unas cuantas páginas a expresar su opinión sobre la calidad de las novelas de género policíaco que, de un tiempo a esta parte, parecen saturar librerías físicas y virtuales. Así, ponen en boca de uno de sus personajes (Paco Serrano, crítico literario) algunas interesantes reflexiones sobre la abundancia de clichés en la literatura negra actual, la densidad narrativa (“ser denso no es sinónimo de buen escritor”) y la manía por parte de algunos escritores de evitar las oraciones subordinadas, entre otros defectos comunes.

Sobre plagios y homenajes

Además de disparar a quemarropa contra los escritores mediocres, los autores de “Los muertos viajan deprisa” también realizan un ataque frontal contra el mayor pecado que puede cometer un creador: el plagio. Así, en esta novela tendrá el lector ocasión de conocer a más de un narrador sin escrúpulos dispuesto a apropiarse de obras ajenas. Una situación que existe prácticamente desde el nacimiento de la imprenta  la cual, lamentablemente, ha salpicado a más de un novelista en nuestro país.

En cuanto a los homenajes, es este un apartado ineludible en las obras firmadas por Abarca y Garrido. Si bien esta vez las referencias no son tan fundamentales para la trama como en ocasiones anteriores (“Crímenes exquisitos”, “Martyrium”), en “Los muertos viajan deprisa” abundan las citas literarias (Alejandro Dumas, Robert Louis Stevenson, Jim Thompson, Bram Stoker), y los diversos fragmentos de canciones de The Smiths contribuyen a dotar a la novela de una excelente banda sonora.

Siempre hacia adelante

Novela tras novela, Nieves Abarca y Vicente Garrido no dejan de sorprendernos gratamente con tramas absorbentes cada vez mejor presentadas. A estas alturas, Valentina, Javier, Lúa Castro, Manuel Velasco, Rebeca de Palacios y demás personajes recurrentes, son viejos conocidos con quienes siempre resulta agradable reencontrarse (aunque sea en circunstancias luctuosas). Y, por supuesto, los autores aprovechan cada novela para presentarnos nuevos protagonistas tan interesantes como el inspector Ignacio Bernabé o Enrique Cabanas, ex convicto por asesinato reconvertido en escritor.

“Los muertos viajan deprisa” es una excelente novela negra que combina hábilmente la investigación criminal con las relaciones entre los diversos personajes que pueblan sus páginas (sobre todo la que une a Valentina y Javier, tan compleja como fascinante), añadiendo toques truculentos y una pizca de sexo para aderezar la lectura. Como no podía ser de otro modo, Abarca y Garrido han escrito una novela que cuenta con todos los rasgos que definen el tipo de ficción que a ellos les gusta. En definitiva, en ella encontrará el lector una buena muestra de la mejor narrativa policial patria, la cual recomendamos desde El Mar de Tinta sin reserva alguna.

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