Maldita seas, Casey

Este título de la editorial Edelvives pertenece al tipo de novelas que se leen en un suspiro, atrapando al lector hasta la última página. “Maldita seas, Casey” es una obra intensa y dramática, y denuncia las injusticias y errores que, demasiado frecuentemente, comete la raza humana. Una novela que tiene el buen gusto de invitar a reflexionar a los jóvenes lectores.

Ambientada en un pueblecito norteamericano llamado Galloway y escrita en primera persona, “Maldita seas, Casey” cuenta la historia de dos adolescentes que, tras la aparición del cadáver de una niña en el campamento de verano donde trabajaban como monitores, ven sus vidas truncadas.

Un asesinato, un sospechoso, un juicio

Jess, amiga inseparable de Casey, narra la historia de los acontecimientos de aquel verano fatídico desde su personal punto de vista: la aparición de la asesinada, lo sucedido días antes y hasta el juicio y su resolución.

El relato de Jess nos presenta a Casey, la principal sospechosa del asesinato de Stephanie, una de las niñas que pasaban el verano en el campamento. Su forma de ser, sus sueños y aficiones se desgranan a través de la protagonista, introduciéndonos también en la comunidad del pequeño pueblo y sus reacciones ante la desgracia.

La muchacha explicará su experiencia y sentimientos durante el proceso judicial, sola y e indefensa ante los chismorreos de la gente y la expectación generalizada.

Intimista y conmovedor

Descubrir la verdad sobre lo ocurrido la noche en que desapareció Stephanie obsesionará al lector a medida que avance la trama. No será fácil, ya que la angustia y el aturdimiento de Jess tras el apresamiento de su amiga se transmiten también en sus actos.

Es un relato en pasado, y la protagonista lo cuenta desde su arrepentimiento. Los titubeos de Jess ante la presión social, su situación familiar, el ansia por no estar sola y conseguir salir de su conmoción nos enseñan como uno puede acabar, sin pretenderlo, convirtiéndose en un cobarde desleal.

Deborah Ellis, la autora de este libro, conseguirá despertar algo más que curiosidad: el lector querrá rebelarse (junto a otros personajes del libro) contra las injusticias sociales, la maldad de las gentes y la pasividad ante las desgracias ajenas.

Una autora comprometida

“Maldita seas, Casey” no es la primera obra que Edelvives publica de Ellis y tras su lectura, entendemos por qué. Además de escribir con fluidez y plasmar historias originales y profundas, esta escritora canadiense se encuentra comprometida con múltiples frentes, como por ejemplo los movimientos pacifistas y la lucha por los derechos de las mujeres.

Esto se refleja en su trabajo, cuyas historias se inspiran en sucesos reales que ha presenciado en sus múltiples viajes alrededor del mundo. Este talante, justiciero y de elevada moral, lo encontramos también en el personaje de Casey, vilipendiada por sus congéneres hasta la saciedad por ser más lista y especial que la media. Por sobresalir en una sociedad retógrada y prejuiciosa.

Con esta obra, los jóvenes lectores comprenderán la complejidad del ser humano y sus múltiples facetas, y cómo, con frecuencia, se toman pésimas decisiones para no tener que enfrentarse a la opinión general ni al aislamiento que pensar diferente a veces conlleva.

También podrán extraer de la lectura las consecuencias que nuestras acciones (o en el caso de Jess, no hacer nada) y declaraciones pueden acarrear a terceras personas. Valores como la amistad, la integridad y por encima de todo las firmes convicciones resaltan en esta novela, como crítica hacia una sociedad cada vez más insensibilizada y egoísta.

¿Género olvidado?

Entre tanta fantasía, romances sobrenaturales y sociedades distópicas, es realmente agradable dar con títulos juveniles como el que ahora nos atañe. Aunque la resolución de asesinatos es un género con un público fiel y con bastante impronta en la literatura contemporánea, no tiene la misma repercusión en los libros para adolescentes.

“Maldita seas, Casey” sigue la senda del aclamado “Desde mi cielo” (llevado al cine por Peter Jackson el pasado año 2009), pero sin el almíbar que la obra de Alice Sebold destilaba. Este libro de Deborah Ellis es realista y dramático y, aunque los sentimientos tienen importancia en la historia, la autora no trata de proteger al lector con finales felices.

Esta historia de arrepentimiento, oportunidades desperdiciadas y falsos testimonios nos ha sorprendido gratamente. Desde  El Mar de Tinta creemos que aquellos que la escojan como próxima lectura no quedarán decepcionados. Además, la edición de Edelvives en tapa dura y papel de calidad aporta atractivo añadido. Otros títulos de la autora están disponibles en la misma editorial dentro de la colección Alandar y esperamos que el sello siga apostando por el trabajo de esta prolífica e interesante autora.

2 respuestas a «Maldita seas, Casey»

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