Martyrium

Hace algo más de un año, Vicente Garrido y Nieves Abarca nos sorprendieron gratamente con su debut novelístico, “Crímenes exquisitos”, un thriller trepidante y tremendamente adictivo que cosechó un más que merecido éxito. Fue en ese libro donde nos encontramos por primera vez con dos de los personajes más carismáticos de la literatura reciente en castellano: la inspectora Valentina Negro y el criminólogo Javier Sanjuán.

Ahora, ambos autores repiten con Ediciones Versátil para ofrecernos “Martyrium”, una novela tan intensa como la que la precedió, en la cual nos reencontramos con numerosos personajes de aquella. Por descontado, teniendo en mente a quien no haya disfrutado todavía de “Crímenes exquisitos”, trataremos de evitar en la medida de lo posible la presencia de spoilers en nuestra reseña. No obstante, es necesario hacer alguna que otra referencia a dicha novela. Así que ya saben: el que avisa no es traidor.

Muerte en la ciudad eterna

Un sacerdote enloquecido por el deseo viola y mata a una joven novicia, la cual resulta ser hermana del millonario Alessandro Marforio. Poco después, un demente asesino en serie, obsesionado con una particular visión artística del mundo, comienza a sembrar Roma de cadáveres dispuestos de modo que imiten ciertas obras maestras de la escultura sacra.

Mientras tanto, en Galicia va a celebrarse un juicio contra el empresario Pedro Mendiluce, acusado de trata de blancas (entre otros cargos). Ante la certeza de una condena inevitable, Mendiluce ordenará el secuestro en Roma de Marta, la hija de Rebeca de Palacios, una de las magistradas encargadas de juzgarle. Una tarea en apariencia sencilla que deparará más de un problema inesperado a Patrick Doyle, el peligroso sicario australiano encargado de llevarla a cabo.

La jueza pedirá ayuda a Valentina Negro, una vieja amiga que se muestra dispuesta a viajar a la capital italiana para intentar dar con el paradero de Marta. Al mismo tiempo, Marforio convencerá a un reticente Javier Sanjuán para que colabore con la policía en la búsqueda del ahora conocido como “Il Mostro” de Roma, quien cree que asesinó a su hermana. Así, Valentina y Javier, viejos amigos (y algo más) recorrerán las calles de la ciudad de las siete colinas con misiones bien distintas, hasta que el destino haga que sus caminos se vuelvan a cruzar inesperadamente.

Sexo y sangre

“Martyrium” es un libro al cual cabría denominar como “adulto” con todas las de la ley. Por un lado, la novela está plagada de escenas muy subidas de tono. El sexo, consentido o no, salpica sus páginas, de modo que cualquier lector con ideas puritanas probablemente se escandalizaría y no pasaría del primer capítulo. Ahora bien, la violenta sexualidad que emana de “Martyrium” forma parte intrínseca de la trama y encaja en la misma con medida precisión. Por lo tanto, quien se sienta incómodo leyendo descripciones muy gráficas de actos sexuales de todo tipo, haría bien en buscar un libro con menor carga lúbrica.

En cuanto a la violencia, también abunda a lo largo de la novela. No sólo contamos con dos asesinos sanguinarios incapaces de controlar sus impulsos y dispuestos a realizar verdaderas atrocidades con sus víctimas. También tenemos a personajes tan peligrosos como Doyle o la sádica Rajiva, seres despiadados que no vacilan en matar a quien suponga un estorbo para sus planes. La muerte es un elemento constante que se enseñorea de “Martyrium”, amenazando a todos los actores que participan en la tragedia desarrollada en el libro.

Mujeres poderosas

Uno de los aspectos más interesantes de la novela que nos ocupa es, sin  duda alguna, la cantidad de personajes femeninos “fuertes” presentes en la misma. Mujeres dotadas de una gran personalidad que, la mayoría de las veces, va acompañada de un físico impresionante. Son féminas poderosas, luchadoras incansables como Valentina, independientes y dominadoras como Rebeca de Palacios o Rajiva, manipuladoras y seductoras como la abogada Sara Rancaño, valientes e inquisitivas como la periodista Lúa Castro. Y la lista podría prolongarse con unos cuantos nombres más.

Evidentemente, algunas de las mujeres que aparecen en “Martyrium” serán víctimas (mortales o no) de las peligrosas situaciones en las que se ven envueltas. Ahora bien: queda claro que no son ni muñequitas de porcelana ni mujeres florero. Son hembras de rompe y rasga, personajes fascinantes tras cuyo desarrollo intuimos la mano firme de Nieves Abarca. Un elenco femenino sumamente atractivo, en suma, de un tipo que no resulta habitual encontrar en una novela.

¿Punto y seguido?

Vicente Garrido y Nieves Abarca conforman un equipo triunfador, una pareja tan bien avenida en lo literario como Douglas Preston y Lincoln Child, por citar un ejemplo de escritores de éxito que crean sus obras a cuatro manos. Con “Martyrium” han conseguido reavivar nuestra admiración por Valentina Negro y Javier Sanjuán, dos personajes fascinantes que merecen ver sus nombres inscritos con letras de oro en los anales de la novela policíaca española.

¿Habrá más novelas protagonizas por Negro y Sanjuán? Estamos convencidos de que será así, ya que la calidad del trabajo de Garrido y Abarca es sobresaliente y les ha granjeado ya un buen número de devotos seguidores. Desde El Mar de Tinta animamos a todo aficionado a los libros policíacos a que lea “Martyrium” (y “Crímenes exquisitos”, por supuesto), con la seguridad de que disfrutará de una experiencia inolvidable.

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