Mírame bien

El sello editorial Lumen ya tiene en su haber un buen número de biografías y memorias de personalidades ilustres e interesantes. A esta ya amplia colección se suma ahora la autobiografía de Anjelica Huston: un relato apasionante y bien escrito que se balancea, sutil, entre la nostalgia y la superación personal.

Hija del aclamado y genial director de cine, John Huston y de la bailarina Ricky Soma, Anjelica Huston se hizo un merecido hueco en el mundo del cine, tras trabajar durante años como modelo. El suyo no ha sido un camino de rosas. En este volumen, la actriz norteamericana nos narra su historia desde su niñez, un viaje lleno de entrañables y vívidas anécdotas que entusiasmarán y conmoverán al lector, tanto si es cinéfilo como si sólo siente curiosidad por el personaje.

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Dos volúmenes

El libro, tal y como se editó, contiene dos partes diferenciadas. “Una historia sobre mí” y “Mírame bien”. En la primera parte, la más interesante según nuestro punto de vista, Anjelica Huston presenta a su familia y la casa familiar donde se trasladaron, tras el enamoramiento de John Huston con Irlanda. Su infancia, un tanto extravagante y acomodada, estuvo marcada por la genialidad de la figura paterna, la infelicidad de su madre (por las eternas infidelidades de su marido)  y su relación con su hermano mayor, Tony, así como  los amigos y personalidades del círculo social de sus progenitores. Éstos últimos harían de la infancia de Anjelica un cuadro pintoresco e interesante: artistas, escritores, cineastas, guionistas, fotógrafos, actores… un sinfín de nombres reconocibles para el lector.

Asimismo, también nos contará en esta primera parte su juventud en Londres, tras la separación de sus padres. Los primeros pinitos en el cine (bajo la dirección de John Huston), su deseo de hacer carrera como modelo y sus primeras relaciones importantes: con el fotógrafo Bob Richardson y, más tarde, con el actor Jack Nicholson.

En el segundo volumen, ya encontramos a una Anjelica Huston madura, decidida a triunfar (tras años de alejamiento del sector) por sus propios medios en el cine. Sus trabajos más importantes, su paso por la pequeña pantalla y su evolución como directora. También nos habla de su fallecido marido, el escultor Robert Graham.

Una vida apasionante

Las autobiografías, en general, suelen ser del agrado de los lectores. Si además sus autores son gente con personalidades polifacéticas, complejas, talentosas y con pasión por vivir, como es el caso, el entretenimiento está garantizado. En “Mírame bien” encontramos de todo un poco y Anjelica Huston consigue el equilibrio perfecto: escoge con detalle los acontecimientos a narrar, y los condimenta con reflexiones intimistas sobre sí misma y el entorno que da forma a su vida.

Así, el lector cinéfilo ve satisfecha su curiosidad sobre el círculo social hollywoodiense en el que la Huston se movió desde su más tierna infancia, y descubre facetas de la actriz que, probablemente, hayan pasado desapercibidas o sean menos conocidas, como sus trabajos como modelo. También aquellos ávidos de romance podrán indagar en las relaciones personales de la actriz con nombres tan famosos como Jack Nicholson, y los motivos por los que su relación se vino a pique.

Con todo, el libro es lo que dice ser: un paseo por los recuerdos de una mujer que, por haber nacido en el seno de una familia como la de los Huston, no podía sino tener una vida apasionante, llena de anécdotas interesantes para el ciudadano de a pie. Asimismo, observamos un trasfondo reivindicativo: siempre a la sombra del gigante que fue su padre, la actriz quiere hablar con voz propia sobre su vida, su trabajo, sus éxitos y fracasos.

Personalidad de armas tomar

Creemos que “Mírame bien” gustará tanto por su atractivo contexto (¿quién puede resistirse al glamour de la alfombra roja?) como por la intensa personalidad de su autora. Anjelica Huston nos enseña su instinto de superación sin tapujos: vilipendiada por la crítica tras su primera aparición cinematográfica, consiguió hacerse un nombre a través de la moda pese a su rostro anguloso y poco convencional. Con el tiempo, consiguió dejar  atrás sus miedos  e inseguridades para realizarse como actriz, hasta la consecución de una estatuilla Oscar como mejor actriz de reparto.

Se la reconoce, entre líneas, como mujer culta y leída, ávida de nuevos conocimientos, deseosa de realizarse y dar lo mejor de sí. Divertida y sincera, nos abre las puertas a su cautivadora forma de entender la vida, el trabajo y las relaciones sociales.

Buen sabor de boca

Pese a lo interesante de la narración, en algunos puntos la lectura puede hacerse pesada, ya por la forma de divagar (común, por otra parte, en las autobiografías)  como por los cambios un tanto abruptos de tema y circunstancias. Aún así, “Mírame bien” resulta una obra edificante, que arroja nueva luz sobre una época y una personalidad tan intensa como cautivadora.

Mención aparte merece la labor de la editorial, tanto en traducción, como en maquetación y encuadernación, dando lugar a un volumen muy sugerente, sazonado con algunas fotos en blanco y negro, también en color, de la actriz en diversos momentos importantes de su vida y carrera. No dudamos que “Mírame bien” dejará satisfecho a los cinéfilos y amantes de las figuras de la vida pública.

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