Moira

En una cuidada adición, Automática editorial publica la mejor novela de Julien Green. Un viaje al lado oscuro de la mente humana donde el deseo y el encorsetamiento social convierten a su protagonista, Joseph Day, en un ser atormentado y peligroso. “Moira” es una estupenda novela entre el género negro y la novela de terror.

Joseph Day, protestante criado en una familia estricta y puritana, ingresa en la universidad para profundizar en la comprensión de las Sagradas Escrituras. Su aspecto físico y su carácter mojigato pronto le convierten en la comidilla de todos los chismorreos. Pero algo oscuro crece en su interior. Un deseo incontrolable parece arraigarse en lo más profundo de su ser. Algo está a punto de estallar, algo que cambiará su forma de ver el mundo. Para siempre.

Nueva vida, nuevo ambiente

Tras crecer en una estricta familia bajo el yugo de un padre autoritario, el protagonista acude a la universidad con el fin de estudiar griego, latín e historia. Corre el año 1920, momento de reflexión social en el que se han conseguido ciertas libertades, que el joven Day contempla como venidas del mismísimo infierno.

Sus primeros días en la facultad son terroríficos. Los chicos hablan sin pudor, el libertinaje campa a sus anchas y el nombre de Dios es mancillado por doquier. Se siente como pez fuera del agua, pero su deseo de convertir a todas aquellas almas perdidas le hace seguir adelante. Entabla amistad con dos estudiantes más, el tímido Simon y el templado y maduro David. Uno y otro tratan de ayudarle para encajar más entre el resto de estudiantes. Pero en Joseph poco a poco surge un sentimiento dificil de explicar. Una sensación de soledad y desasosiego que le impide ver más allá del pecado.

El encuentro con Moira, hija de la patrona de la casa de estudiantes en la que se hospeda, recrudece sus bajos instintos. La belleza, liberalidad y sensualidad de la muchacha confunden a Joseph y despiertan en él una atracción incomprensible para su retraimiento. Cuerpo y alma divididos en un torbellino interior que desencadenará algo peligroso. La bestia dormida amenaza con despertar de su largo letargo.

Cambios y permanencias

Julien Green (1900-1998) nació en Francia, en el seno de una familia protestante americana. Su educación, afortunadamente para él, no fue tan estricta como la del protagonista de “Moira”, pero sí profunda y completa. Su dilatada carrera literaria está plagada de alusiones a la eterna lucha entre el deseo carnal y la vida interior. Sin ser moralista (no persigue la conversión del lector, a pesar de que él mismo se convirtió al catolicismo), su obra recoge temas interesantes y universales. El sexo, el deseo, la amistad, el amor, el odio: todo cabe en la obra de Green y todo tiene su lugar.

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“-¿Por qué no me mira a los ojos?- preguntó Moira-. Parece usted un niño culpable.

Él no dijo nada. Ella continuó balanceándose y volvió a preguntar:

-¿Tiene miedo, señor Day?

-¿Miedo? ¿Miedo de qué?

-Pues de usted.

Esta respuesta lo alcanzó como un guantazo en pleno rostro, y sintió que enrojecía. Ella añadió casi en voz baja, como alguien que habla en la oscuridad:

-De mi no, claro.

-Yo no tengo miedo de nadie- dijo Joseph con un gesto”.

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En “Moira” el lector conocerá a Joseph, un chico al que los cambios sociales de los años veinte le quedan grandes. Su timorata educación religiosa y el choque con la desenvoltura y jovialidad de sus compañeros, hacen que a su alrededor no vea más que destellos de Sodoma y Gomorra. No sabe lidiar con sus emociones y sentimientos. Es un ser marginado y solitario que se autocondena a la destrucción. Moira actúa como detonante del proceso, pero no es, ni mucho menos, la causante. La dualidad entre ambos personajes representa no solo dos formas de sentir y ver el mundo, sino las personificaciones de lo que fue (el puritanismo y la sociedad rigorista del siglo XIX) frente a lo que será (la libertad, la alegría y la despreocupación de los años veinte del siglo pasado). De este modo, “Moira” se convierte también en una novela alegórica de gran profundidad.

La perfecta descripción de la psique humana, del entorno y los personajes, demuestran que Green conocía a la perfección su oficio. Frases breves, interludios de gran intensidad, crean un estilo perfecto y limpio. Su manejo del lenguaje es asombroso. Y sus descripciones, bellísimas. Recuerda en todo momento el estilo lírico de los escritores del siglo XIX. Esta perfección y profundidad le valieron el título de mejor escritor en lengua francesa del siglo XX. “Moira” es el resultado final, esplendoroso y sin mácula.

Hacia el lado oscuro

Lo más llamativo de “Moira” dejando de lado los aspectos religiosos, es la sencillez y lucidez con la que Julien Green lleva a sus personajes a la locura. Joseph parece un joven formal y atento, calmado incluso. Y poco a poco, esa calma se va transformando en otra cosa. El mal, que ya estaba presente en él, se despierta.

Estos caminos a la perdición son un tema recurrente en la carrera de Green. Puede verse claramente en “El viajero sobre la tierra”, también publicada por Automática en una estupenda edición. En esta novela la locura tiene, como en “Moira”, tintes religiosos. Un tema recurrente que obsesionaba a Green. Ese lado oscuro, ese terror hacia lo que se es capaz de hacer en un momento dado. Un terror que desencadena el horror alrededor.

Ese “volverse al lado oscuro” también fue explotado por otros escritores. Por ejemplo, Agatha Cristie lo utiliza en “Maldad bajo el sol” (1941) o más claramente en “Hacia cero” (1944). Ambas son novelas detectivescas “negras”, pero también hacen concesiones al terror. “Moira” es una novela perfecta en la forma y en el fondo, tan rigorista en unos aspectos como desenvuelta en otros. Una historia desencarnada, tremenda y a la vez tan atractiva, que cautiva al lector desde el principio. Sofisticación en estado puro: sólo para lectores exigentes.

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