Ocúltame entre las tumbas

En 1989 Tim Powers publicó “La fuerza de su mirada”, una original y sorprendente novela en la cual exponía que el extraordinario talento literario de autores como Lord Byron o Percy Bysshe Shelley se debía a la influencia de unas extrañas criaturas: los nefilim. Esta obra, cuyo principal protagonista era el atormentado Michael Crawford, sería la primera parte del denominado como “ciclo de los poetas malditos”.

Unos cuantos años después, Powers revisitó a los nefilim en el relato “Tiempo de sembrar piedras”, publicado en castellano por Ediciones Gigamesh en la antología homónima. Y ahora, también de mano de la editorial barcelonesa, llega a las librerías españolas “Ocúltame entre las tumbas”, la más reciente entrega de la serie, en la cual las míticas criaturas se pasean por el Londres victoriano.

La sombra de Polidori

1845. La familia Rossetti vive bajo la perniciosa influencia del “fantasma” de John William Polidori, hermano de la esposa del patriarca Gabriele Rossetti. Es Christina, la hija menor de Gabriele, quien más debe lidiar con la asfixiante presencia de su difunto tío, después de impregnar con su sangre cierta diminuta estatuilla en la cual parece habitar la esencia de Polidori. No obstante, tras llevar a cabo con la ayuda de su hermana Maria una ceremonia destinada a liberar el espíritu del fallecido doctor, el acoso padecido por Christina parece llegar a su fin.

Diecisiete años más tarde, la acción de la novela se traslada a la bulliciosa capital del Imperio Británico, en la cual conoceremos a John Crawford (hijo de Michael Crawford) y a Adelaide McKee, una extraña pareja reunida por su común conocimiento de la existencia de entes sobrenaturales que acechan a nuestro alrededor. Sus caminos se cruzarán con los de los hermanos Rossetti (William y Dante Gabriel, además de las ya mencionadas Christina y Maria) y con el del misterioso Edward Trelawny (protagonista de “Tiempo de sembrar piedras”). Todos deberán unir fuerzas para enfrentarse a un cada vez más poderoso Polidori quien, en colaboración con el espíritu de la terrible Boadicea, planea desencadenar un horror inimaginable en la populosa urbe atravesada por el Támesis.

Dramatis personae

En “Ocúltame entre las tumbas” conviven personajes reales con creaciones surgidas de la fértil imaginación de Tim Powers. Entre estas últimas destacan los ya mencionados John Crawford (veterinario de profesión) y Adelaide McKee (valerosa mujer de complejo pasado y numerosos recursos). Junto a ellos, tendrá una gran importancia a lo largo de la trama su hija Johanna, pieza fundamental para que Polidori y Boadicea puedan llevar a cabo sus planes.

En lo que a los personajes históricos se refiere, estos abundan en las páginas de la novela que nos ocupa. Además de encontrarnos con el polémico poeta Algernon Charles Swinburne y con Edward Trewlany (quien fuera  amigo de Percy Bysshe Shelley y de Lord Byron, y en el libro actúa como puente entre los humanos y los nefilim), destacan sobre todo los “villanos” de la historia. John William Polidori fue amigo y médico personal de Byron, y a su pluma se debe el relato “El vampiro”, una de las fuentes de inspiración de Bram Stoker para su obra maestra “Drácula”. Su aliada en “Ocúltame entre las tumbas” es Boadicea, reina guerrera que acaudilló a varias tribus britanas contra el dominio romano en el siglo I d. C.

Por último, los hermanos Rossetti tienen una importancia capital en el desarrollo de la narración. Dante Gabriel Rossetti (destacado poeta y pintor) fue el más famoso de los cuatro, fundador junto con John Everett Millais y William Holman Hunt de la Hermandad Prerrafaelita. Christina también adquirió fama como poetisa, y William Michael fue escritor y crítico, si bien no obtuvo el mismo reconocimiento que sus hermanos. Por último, Maria Francesca, a pesar de algún que otro coqueteo con las letras, es más recordada por su ferviente catolicismo (llego a ser ordenada monja) que por sus logros en el ámbito literario.

Sobre los nefilim

Para encontrar el origen de estas extrañas y poderosas criaturas, es necesario remontarse a escritos tan poco fiables como la Biblia y diversos textos de similar antigüedad, pertenecientes tanto al judaísmo como al cristianismo. Como suele ser habitual en estos casos, las versiones sobre la verdadera naturaleza de los nefilim son diversas, pero básicamente cabría considerarles como una suerte de seres gigantescos los cuales, en principio, serían el fruto de la unión entre ángeles caídos y mujeres humanas. No obstante, las interpretaciones son variadas, y no debemos olvidar que nos movemos por el pantanoso terreno de la mitología.

Lo que realmente nos interesa es la caracterización de los nefilim que Powers presenta en sus obras del ciclo de los poetas malditos. Según el autor estadounidense, estas criaturas son una especie de parásitos vampíricos los cuales, a cambio de la sangre de sus víctimas, ofrecen a estas dones como salud y, sobre todo, capacidad creativa. De este modo, los nefilim actúan como una suerte de musas, y su influencia intensifica los dones artísticos de quienes caen bajo su influjo.

El mejor Powers

Con una carrera de casi cuarenta años a sus espaldas, Tim Powers sigue demostrando libro tras libro que es un escritor con un estilo muy personal y una imaginación desbordante. Autor de obras tan relevantes como “Las puertas de Anubis” (una de las primeras novelas de la corriente steampunk), “En costas extrañas” o la ya mencionada “La fuerza de su mirada”, Powers mantiene intacto a día de hoy un sobresaliente talento que se percibe en cada una de las páginas de sus obras.

“Ocúltame entre las tumbas” alberga, tras la sugerente cubierta ilustrada por el gran  Enrique Corominas, un mundo plagado de magia, horror y poesía. Toda una odisea victoriana, servida con mano maestra por un autor en plenitud creativa, la cual recomendamos desde El Mar de Tinta a todos los aficionados a la fantasía adulta. Les garantizamos que no les decepcionará.

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