Oldboy

Imagínate que un día te despiertas encerrado en un pequeña celda. No tienes ni la mas remota idea de cómo has llegado allí, estabas tomando unas copas tranquilamente en una de las zonas de marcha de la ciudad y de repente estás  en un cuartucho minúsculo con una cama, una tele y una puerta de metal cerrada. Se oyen voces y sonidos al otro lado, pero cuando gritas para que alguien te saque de ahí, nadie responde.

La puerta tiene una rendija por donde te dan comida china dos veces al día para que no mueras de inanición, y eso es todo. Solos tú , la tele y la cama. Los días pasan convirtiéndose en meses y éstos en años. En tu reclusión tienes todo el tiempo del mundo para pensar en los motivos de este secuestro. No puede ser por dinero ya que no eres rico, y no puedes imaginar a nadie que te odie tanto como para hacerte esto. Tras muchísimo tiempo, unos hombres de la yakuza entran y te dicen que eres libre, no te dan ningún tipo de explicación de la causa de este encierro, ellos sólo son los carceleros. Te duermen con cloroformo y  cuando te despiertas puedes volver a ver la luz del sol, han pasado diez años.

Empieza la búsqueda

Este suceso increíble es lo que le pasa a Gotô, nuestro protagonista de «Oldboy». Los años de encierro han hecho mella en él y ahora es un hombre obsesionado con un único objetivo.  Encontrar a quien le ha encerrado y descubrir porqué lo hizo. Con las pocas pistas que tiene y la ayuda de Eri, una chica a la que conoce el día de su liberación y en cuya casa acabará pasando la noche, intentará reconstruir el puzzle que son sus recuerdos. Comenzará así la búsqueda de su cárcel y su captor.

Tras diez años comiendo la misma cocina china, Gotô conoce perfectamente su sabor. Ese va a ser su punto de inicio en la búsqueda. Aunque tenga que recorrer todos los chinos de la ciudad, piensa encontrar ese restaurante y conseguirá que le den la dirección en donde sirven comida todos los días. Poco a poco, un plan de acción se forma en su cerebro: va a encontrar a quien le ha encerrado, y cuando lo haga, se asegurará de que lamente haberlo hecho.

Pero desde la lejanía, una figura vigila a nuestro protagonista. El culpable de todo esto no está satisfecho, los diez años encerrado sólo es el comienzo del juego, un juego en el que por el momento él pone las reglas y tiene todas las cartas.

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Thriller de intriga en formato cómic

Así se irá desarrollando un tira y afloja de pistas encontradas, callejones sin salida y lucha de voluntades entre héroe y villano. Distintos personajes del pasado de Gotô irán haciendo aparición para ir desenmarañando una trama que se remonta a mucho antes del secuestro. A lo largo de esta tortuosa historia nuestro protagonista pasará por prácticamente todos los estados de ánimo. Gotô será presa de rabia, aceptación, desesperación o esperanza dependiendo de lo cerca o lejos que se crea de su objetivo final.

Según avance en su búsqueda de respuestas, la templanza del protagonista será puesta a prueba mientras las revelaciones se irán sucediendo en espiral hacia el inevitable final. Cogiendo la historia un ritmo ascendente que de una forma u otra nunca dejará a Gotô un solo momento de calma.

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Dibujo correcto para un magnífico guión

El dibujante Nobuaki Minegishi hace un trabajo muy correcto a los pinceles, dotando a la obra de un estilo no muy detallado pero sobrio y consistente, que encaja perfectamente con la dureza de la historia que cuenta. Merece mención especial el trabajo de los fondos. Ya sea para representar el interior de un bar, un amanecer en el puerto o el barrio de una ciudad.

Pero la fuerza de «Oldboy» no está en su dibujo, la trama se impone al situarnos en una situación tan increíble y desarrollarla con mucho acierto. Desvelando varios enigmas y planteándonos nuevas dudas a lo largo de una historia que nunca pierde fuerza, aunque tiene algunos momentos un poco lentos en su desarrollo. Todo irá ganando intensidad mientras se acerca al clímax final. Realmente es ese tipo de cómics que enganchan mientras los vas leyendo y acabas devorando sus más de 1.500 páginas de un par de sentadas.

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Edición y traducción no están a la altura de la obra

La editorial Debols!llo del grupo Random House Mondadori reedita «Oldboy», una obra que llegó al mercado español por vez primera hace diez años de la mano de la ya desaparecida editorial Otakuland. De hecho, Debols!llo reutiliza su traducción con un nefasto resultado. No es que la traducción sea errónea, pero se podría decir que es demasiado «formal», dotando a toda la obra de un tono de conversación muy neutro que no ayuda a aumentar la intensidad de la historia. Una traducción «de manual» y en la que se podría haber hecho un mejor trabajo de adaptación al castellano.

La edición no trae nada especialmente reseñable: tapa blanda sin sobrecubiertas y ningún extra. Edición de bolsillo con un buen precio, como todo lo que publica la editorial. Señalar que el cómic se ha espejado para poder leerlo al estilo occidental, una rareza en la publicación de manga actual, en la que prácticamente todas las obras se publican con el sentido de lectura original.

Un premio Eisner con varias adaptaciones al cine

Como curiosidad decir que la obra, ganadora del prestigioso premio Eisner,  fue adaptada al cine en 2003 por el coreano Chan-Wook Park en una cinta no muy fiel al original que se llevo gran cantidad de premios a lo largo de 2004.

Una nueva versión del manga verá la luz de manera inminente, esta vez dirigida por Spike Lee y con Josh Brolin como Gotô.

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