Olympe de Gouges

Mujer, escritora, revolucionaria e independiente. Con éstos materiales, cimentados en la Ilustración y la Revolución Francesa, tan sólo puede edificarse un personaje histórico digno de figurar en los memoriales. Sins Entido nos trae el homenaje en forma de novela gráfica que Catel y Bocquet hacen a ésta mujer de ideales adelantados a su tiempo. Afortunados nosotros que podemos disfrutarlo en ésta cuidada edición, siguiendo la tradición de la editorial de publicar obras muy personales pero con vocación de universalidad.

La occitana Olympe de Gouges, nacida Marie Gouze, es uno de aquellos actores secundarios de los grandes momentos de la Historia sin los que seguramente no sería la misma. En una época en la que la mujer era considerada poco más que parte del mobiliario del hogar, surgen por fortuna mentes despiertas que se rebelan contra el pensamiento establecido y colaboran activamente en forzar el cambio. Defensora de la igualdad entre hombre y mujer a todos los niveles, es conocida por ser la autora de la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”. Víctima del caos posterior a la Revolución Francesa, fue guillotinada en noviembre de 1793.

Catel y Bocquet vuelven a pintarnos un retrato excelente de una época capital de la Historia. La narración no tiene tiempos muertos y avanza casi sin que nos demos cuenta. Cada momento de la vida de Olympe ha sido seleccionado con acierto. Se intercalan hechos históricos conocidos con momentos íntimos sin que se frene el ritmo narrativo ni desvíe la atención del argumento principal. La estructura en capítulos breves agiliza la lectura. Además, la presencia entre ellos de una página de presentación donde sólo aparece la fecha y el lugar dónde transcurrirán, aporta una pausa necesaria para no asfixiar al lector en el vértigo de los acontecimientos y marcar los tiempos de lectura de ésta extensa obra.

Documentando

Es difícil ambientar correctamente una novela gráfica que transcurra en el pasado. Si situamos la historia en el presente o el futuro es mucho más fácil ya que las referencias están a la vista o podemos inventárnoslas directamente. Sin embargo, recrear correctamente un momento histórico requiere un enorme trabajo previo de documentación y estudio. Y así lo han hecho Catel y Bocqet.

Se ha cuidado cada detalle para darle la obligada verosimilitud. La ropa, el mobiliario, las calles de París, los lugares dónde transcurren los hechos históricos se ven retratados con una exactitud que se agradece. Sin embargo, no estamos ante una obra hiperrealista. No es necesario.

Y no lo es porque Catel Muller tiene una plumilla libre que huye de estrecheces, espontánea y anárquica. En ocasiones se atropella a sí misma llenando la página de trazados irregulares y líneas desordenadas. Otras veces mancha a discreción, oscureciendo las viñetas con saña. Y cuando considera necesario, rompe por completo y se limita a trazar líneas y esconder sombras, atendiendo exclusivamente a que la imagen contextualice y apoye el momento de la narración.

El spoiler feliz

El lector podrá reprochar que revientemos el final de la historia antes siquiera de poder leerla.  Pero es lo de menos.  La vida y obra de la auténtica Olympe está a disposición de todo el mundo en las enciclopedias.  El valor real de la obra de Catel y Bocquet está en cómo nos cuenta lo que es por todos conocido y lo que no.

La personalidad compleja de la protagonista y sus interacciones con su entorno familiar y profesional están diseccionadas con la precisión de un robot que montara microprocesadores. Cuando acabamos de leer la novela tenemos la sensación de haber conocido a Olympe. Creeremos compartir su recuerdo de niña, cuando su padre le hablaba del Parnaso o el día que estrenó su primera obra de teatro. Varias veces,  hechos de relevancia como la toma de la Bastilla se hacen notar después de ocurridos, por las referencias de los que participaron o las noticias y habladurías que originan. Pero estaremos presentes en momentos realmente importantes de la vida de la protagonista. Apreciaremos “Olympe de Gouges” por su destreza en el relato de lo cotidiano y la influencia en éste de los grandes momentos de la Historia.

Catel-Bocquet, sociedad productiva

Catell Muller es ilustradora y recibió el Premio del Público en Angoulême en 2004 por “Le sang des valentines”. Se declara admiradora ferviente de Claire Bretécher, lo que dice mucho a su favor.

José-Luis Bocquet es escritor, autor de una quincena de novelas y otros tantos guiones para cómics.

Su primer trabajo en común fue “Kiki de Montparnasse”, otra biografía de mujer excepcional que también publicó en España Sins Entido y que recibió el premio  Esencial Fnac del Festival Internacional de la B.D. de Angoulême en 2008. Olympe de Gouges es su segunda, y esperemos que no última, obra conjunta.

 

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