Patricia Brent, solterona

El catálogo de la editorial Dépoca puede ser pequeño, pero cada uno de sus títulos resulta ser una joya literaria digna de atesorar. Lo mismo ocurre con su nuevo título: “Patricia Brent, solterona” es una comedia de enredos deliciosa escrita con la acostumbrada elegancia británica de primeros de siglo XX. No se la pierdan.

Herbert George Jenkins se une a la lista de escritores de comedia ligera de tono costumbrista que tanto nos gustan en El Mar de Tinta. Conocido también por su labor como editor, su obra se ha mantenido inédita en España hasta la fecha. Nos congratulamos de que el sello editorial  Dépoca haya escogido este título para iniciarnos en la obra de Jenkins.

Compuesta y sin novio

Patricia Brent es una jovencita de 24 años que vive en Londres y trabaja como secretaria al servicio de un político en alza. Su vida resulta más bien monótona, teniendo que ordenar las ideas de su incompetente pero afable empleador, y soportar los chismorreos insulsos de sus compañeros de pensión.

Éstos últimos la consideran un fracaso y digna de lástima, pues no se le conoce pretendiente. Harta de ser el blanco de tanta condescendencia, Patricia aprovecha una de las deprimentes cenas de la pensión para soltar una bomba de relojería: está comprometida, nada más y nada menos que con un teniente.

Enredos llevados con mucho humor

El anuncio de nuestra protagonista, por supuesto, es una enorme mentira. Pero una vez dicha, Patricia tendrá que fingir que el compromiso es real, aunque tenga que salir a cenar sola al Quadrant. Que dos de las arpías de su pensión la sigan para espiarla no estaba en los planes: será Peter Bowen, quien disfruta de una cena en el mismo restaurante, la solución a todos sus problemas.

Ser abordado por Patricia de esa forma suscitará en el joven un vivo interés, y no podrá resistir unirse al enredo. Como una bola de nieve, la sarta de mentiras se irá haciendo más grande a medida que pasen los días, y la señorita Brent tendrá que descubrir la forma de salir airosa de su ficticio compromiso debatiéndose entre su lastimado orgullo y sus insospechados sentimientos.  

Un argumento que a primera vista podría resultar previsible, pero tan divertido, bien escrito y tierno, que los lectores no podrán evitar rendirse a los encantos de esta novela.

Ligera y refrescante

Si algo tienen este tipo de obras es que son aptas para un público lector bastante heterogéneo. Son historias costumbristas, entretenidas, de ritmo rápido, repletas de personajes coloridos y cómicos. Enseguida se empatiza con los protagonistas y el humor elegante tan british las convierten en un entremés sublime para pasar un rato entretenido.  

Este título de Jenkins nos recuerda a las magníficas novelas de E.D. Stevenson (“Villa Vitoria”, “El libro de la señorita Buncle”) u otras obras como “Flores para la señora Harris”, el “Cold Comfort Farm” de  Stella Gibbons o los libros de Benson protagonizadas por la encantadora Lucía. Pese a que todos ellos son posteriores y muy recomendables (los de Benson sí son contemporáneos), poseen las mismas características: personajes femeninos protagonistas poco convencionales para la época, disparidad de caracteres excéntricos entre los secundarios y derroche de buen humor. Sirven de crítica social y a la vez divierten sobremanera, sin dejar que la acidez elimine la chispa de dulzura que los hace irresistibles: prácticamente son cuentos de hadas de la era moderna, pues en general, sus finales son felices y poco verosímiles.

Pese a que “Patricia Brent, solterona” está pensada para el entretenimiento y, por tanto, su extensión es breve, no por ello pierde calidad. La prosa de Jenkins es ingeniosa, sutil e irónica. Muy acorde con el tono de toda la novela. Debemos destacar aquí la cuidadosa labor realizada en la traducción de Dépoca, repleta de notas al pie de página para explicar aquellas expresiones intraducibles, contextualizándolas con el texto original.

Pese a estar ambientada en el Londres de la Primera Guerra Mundial, poco o nada se habla de la situación de la ciudad. El microcosmos de Patricia Brent y los personajes que la rodean es donde Jenkins se concentra, deleitándonos con esmeradas y divertidas descripciones sobre la vida e individuos de la pensión. Aunque se publicó en 1918, sigue tan fresca y actual como el primer día.

Un libro para (auto) regalar

Sin lugar a dudas, “Patricia Brent, solterona” pasa ya a nuestra estantería de comedias favoritas. El buen gusto de Dépoca no sólo reside en la elección de novelas clásicas, sino que sus cuidadas ediciones convencerán a los lectores más reticentes. Las ponemos, en cuanto a traducción y encuadernación, a la altura de las de Alba o Valdemar, dos de nuestras editoriales de referencia en cuanto a edición de clásicos.

Sin embargo, las de Dépoca tienen un atractivo complemento: en el caso de la colección “Tesoros de Época”, la mayor parte de los textos vienen acompañados por  vistosas ilustraciones, en esta ocasión a cargo de Iván Cuervo.

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No dejen de echarle un vistazo a su catálogo, pues ya nos ha regalado unas cuantas alegrías a los lectores avezados y, en El mar de Tinta, estamos seguros de que sus próximos lanzamientos deparan muchas más.

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