Porn Story

Un buen autor debe distinguirse por alguna propiedad singular en su narrativa. Establecer una marca de agua que te deslinde es una buena manera de abrir la puerta del Olimpo a aquellos que se dedican a esto de los tebeos. Ralf König cimienta la suya desde lo absurdo en lo cotidiano. Es el absoluto monarca en cuanto a colocar a sus personajes en incómodas situaciones. Los pone en ridículo y descorre las cortinas para someterlos a la pública humillación. Y si no es pública, es privada, pero de las que dejan huellas difíciles de esconder. Mientras, nosotros, nos hartamos de reír.

Hay que advertir una cosilla antes de empezar, que luego se nos enfadan. Si alguno de los aquí presentes se siente ofendido o molesto con cuestiones que tengan que ver con la teoría y práctica del manejo de ciertos órganos mejor no sigan leyendo. Ustedes se lo pierden. Para los demás, debemos iniciar este texto diciendo que, con su sorna de siempre, Ralf König nos va a contar una historia coral repleta de onanismo, películas porno y conflictos de pareja. Corrección y disimulo son palabrejas que han sido borradas del diccionario con toda la mala idea posible, buscando provocar la sonrisa y la carcajada a la primera ocasión.

¿Qué haces?¿No te da vergüenza?

Ralf König es un creador de personajes. Tiene una habilidad mayúscula para narrar, pero su mejor habilidad pensamos que es ésta. En “Porn Story” hallamos una miríada de personas repletas de pequeños vicios y grandes prejuicios. Una historia casi costumbrista hilvanada con el disfrute en la autoestimulación erótica. König aprovecha los clichés creados por sí mismo y los estruja hasta el límite. Los machos heteros locos por el porno desde la más tierna adolescencia. Las mujeres jóvenes escandalizadas y asqueadas por los vicios de sus hombres y, las de más edad, resignadas a convivir con monstruos repugnantes que andan refregándose la entrepierna a la que tienen ocasión.

Como mencionamos en la introducción, las situaciones vergonzantes se suceden a discreción. Cualquiera se sentiría incómodo si en pleno visionado de cine X su mujer descubre por un tatuaje que uno de los miembros que se sacuden sobre una moza es el suyo. No me dirán que no. O si descubre de repente que su mejor amigo de correrías de juventud es homosexual y estaba enamorado de usted desde que eran niños. Y si su mujer le pide el divorcio a gritos en un restaurante después de relacionar a voz en cuello la lista de películas porno que tenía escondidas en el desván entre las que se encontraban títulos como “Abuelas al límite” o “Conejos comunes” no les cuento nada. Eso sí, los demás, como espectadores, seguro que no podríamos evitar morir de risa.

Caricaturista de costumbres

Dibujada en glorioso blanco y negro, es “Porn Story” una obra de personajes. Por ello los fondos casi desaparecen por completo. Apenas un par de adornos situados con la finalidad única de establecer el contexto físico por donde circulan los protagonistas verdaderos. El estilo caricaturesco de König se concentra. En su mayoría, las viñetas son una sucesión de retratos en los cuales resalta el ademán. La expresión corporal de los individuos se ha estudiado a fondo para ofrecer no un recurso narrativo sino el vehículo en sí de la historia.

No podía moldearse de otra manera una obra que orbita alrededor de las reacciones de los sujetos. Se busca estructurar la idea que el lector ha de hacerse sobre ellos, anclándola en sus expresiones, en sus muecas y en la gestualidad que les impone la situación creada.  Con el ánimo ya mencionado, cuenta este libro con la colaboración de otro maestro de la simplificación expresiva, el austríaco Mahler (“La teoría del arte versus la señora Goldgruber”) ilustrando las escenas de las películas cerdas que ven los protagonistas.

Tebeos gays también para heteros

El alemán Ralf König (Soest, 1960) estudió bellas artes y publica su primer cómic en 1979. Desde 1987,  con “El hombre deseado” , el éxito no ha parado de ir con él de la mano. Ha trascendido el mundo gay para convertirse no sólo en autor de referencia del mundillo sino también en uno de los más importantes del universo del tebeo en general. Se han llevado al cine sus obras “El hombre deseado”, “Pretty Baby”, “El condón asesino”, “Como conejos” y “Lisístrata”. Los españolitos de a pie podemos disfrutar de su obra gracias a que vive casi en su totalidad en el catálogo de La Cúpula.

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