Sopa de calabaza

Helen Cooper es, indudablemente, una gran artista. Maestra de música y ceramista, se especializó en literatura infantil y nos ha obsequiado con un buen número de deliciosos álbumes ilustrados. Escogemos, en esta casión, “Sopa de Calabaza”: un cuento sobre el valor de la amistad, la organización y la tolerancia.

Editorial Juventud ha traído hasta nuestro país algunos de los cuentos más conocidos de la londinense Helen Cooper. En su catalógo, podemos encontrar títulos como “¿Dónde está Tatty Ratty?”, “Galletas para perros” o “El niño que no quería dormir”, entre otros. Todos, escritos e ilustrados por la autora, mezclan la fantasía con valores positivos para el desarrollo del menor.

“Sopa de Calabaza” destaca por ser el primer álbum de la serie protagonizada por el Gato, la Ardilla y el Pato. Pese a que ya han pasado 14 años desde su publicación, en El Mar de Tinta rescatamos este texto tan adorable como instructivo, a sabiendas de que encantará a los pequeños lectores. Con él, Helen Cooper ganó el galardón «Kate Greenaway Medal».

Rutinas aprehendidas

En medio del bosque hay una preciosa casita blanca, rodeada de un jardín lleno de calabazas. En ella viven el Gato, la Ardilla y el Pato, muy bien avenidos y en perfecta armonía.

Todas las noches, los tres amigos preparan una riquísima sopa de calabaza: la mejor sopa del mundo. Al cocinar, cada cual realiza una función muy específica. El Gato trocea la calabaza, la Ardilla remueve la sopa y el Pato se encarga de poner la cantidad exacta de sal.

Después de cenar, llega el momento musical del día. El Gato toca la gaita, la Ardilla el banjo y el pequeño Pato canta una hermosa melodía. Así es la rutina en la vieja cabaña blanca, y los tres personajes se sienten dichosos.

Sin embargo, el Pato piensa que un cambio de tareas no podría ser malo ¿por qué no va a poder él remover la sopa, si se le antoja?

Pelea inevitable

Cuando anunció a sus compañeros que había decidido remover la sopa de calabaza a partir de ahora, la Ardilla se enoja terriblemente. ¡Esa es su tarea! Forcejeando para que el Pato le devuelva su cucharón, éste sale despedido y golpea al pobre Gato en la cabeza.

Inevitablemente, se arma una buena pelea en la casa del bosque.  El Gato y la Ardilla creen que todos deben seguir desempeñando la tarea establecida y, el Pato, todo lo contrario, empeñado en tener una oportunidad para remover la cena.

Muy disgustado porque sus amigos no permiten que les ayude, decide irse de casa. Cogiendo su carretilla y el sombrero, se marcha ante la escéptica mirada del Gato y la Ardilla. Ambos piensan que, en cuanto se le pase el enfado, volverá al hogar.

Dolor por los amigos perdidos

Las horas van pasando y el Pato no vuelve. Ni siquiera para tomar la riquísima sopa de calabaza. El Gato y la Ardilla lloran desconsolados, arrepentidos por no haber dejado que se encargara, por una vez, de remover. Preocupados por lo que pueda haberle ocurrido, salen a buscarlo en plena noche.

Con este cuento, la autora refleja a la perfección lo difícil que pueden resultar los cambios dentro de la familia, las desavenencias que éstos pueden comportar. Asimismo, Cooper plasma el dolor ocasionado por la pérdida de los buenos amigos, con quienes uno comparte momentos especiales, además de sus problemas y alegrías.

El niño aprenderá así una importante lección: debemos respetar y cuidar a aquellas personas que, día a día, nos demuestran el aprecio que sienten por nosotros. La autora remarca también en su historia que, algunas veces, la disparidad de opiniones puede ocasionar discusiones. Saber resolverlas, con tolerancia y cariño es indispensable para que la amistad se fortalezca y perdure en el tiempo.

Fantásticas ilustraciones con final feliz

Los dibujos que acompañan los musicales textos de Helen Cooper son preciosos. Cada acción descrita en el cuento, la autora la traslada a sus ilustraciones, intercalando letra y texto móvil en una cadencia armoniosa. Las ilustraciones más grandes, que ocupan páginas enteras, ofrecen al lector la oportunidad de disfrutar observándolas, descubriendo los pequeños detalles. Destacamos la loza de la casita (toda dibujada con pequeñas calabazas), y los dos pequeños insectos: observadores silenciosos de las peripecias de nuestros tres amigos.

Pese a que la trama de “Sopa de calabaza” puede parecer un tanto “tormentosa”, llena de discusiones y penas compartidas, todo acaba solucionándose felizmente. Las aventuras del Pato, La Ardilla y el Gato continúan en los álbumes “Una pizca de pimienta” y “¡Deliciosa!”

En definitiva, este álbum ilustrado (apto a partir de 4 años) es entretenido y muy alegre. Repleto de puntos cómicos, transmitirá a los niños la importancia de la verdadera amistad, el respeto y la armonía en el hogar.

2 respuestas a «Sopa de calabaza»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *