Tank Girl. La Odisea

Por increíble que parezca, las aventuras de nuestra chica del tanque no tuvieron en su momento una gran repercusión. Publicadas en 1991 en la revista “El Víbora”, las alocadas peripecias de nuestra punk favorita no alcanzaron el reconocimiento que pensamos merecen. Con el buen criterio de solventar ésto, La Cúpula lanza una buena edición en tapa dura de la más surrealista de sus andanzas.

El escenario donde se movía en sus inicios Tank Girl era una Australia distópica y postapocalíptica, llena de canguros mutantes, políticos con problemas de esfínteres y tipejos de esa calaña. Allí se la veía feliz de matanza en matanza. Ahora, pasados los años, embrutecida por la fama que le acarreó la película de la que fue protagonista se verá envuelta en la versión más retorcida que se puedan imaginar de “La Odisea”.

Olviden el clásico de la literatura. Apenas nos servirá de hilo conductor para un guión típico de las historias de nuestra amiga de cabeza rapada. Las situaciones están todas. Y los personajes principales también. El viaje a Ítaca, Telémaco, los pretendientes… Pero aquí no tenemos un guerrero vigoroso en busca de su amada sino una desvergonzada guerrillera post-punk que hará las delicias de los amantes del cómic gamberro en un viaje desmadrado, caótico y divertidísimo.

Sal fina y sal gorda. Muy fina y muy gorda

Si podemos tenerlo todo, ¿por qué nos hemos de conformar con una parte? Si éste quiere una historia elaborada y aquel prefiere ir saltando de locura en locura; y usted, amigo, es amante del fino humor británico y su vecino disfruta con chistes groseros en los que intervengan los orificios del cuerpo humano y lo que de ellos sale, les aseguramos que ninguno quedará defraudado.

Aprenderemos que una antigua tripulación de un tanque del ejército australiano prefieren acabar su carrera borrachas como sapos en un grasiento pub irlandés y que hay peligrosas bandas de calipso que hipnotizan a la gente cual sirenas de las islas griegas. Y todo al ritmo más embalado jamás visto entre viñetas. Si pestañeas o respiras sales despedido de las páginas por la fuerza centrífuga de su insania.

El guión ha caído por cuenta de Peter Milligan, en lugar de Alan Martin, pero no desmerece en absoluto a los escritos por el co-creador de nuestra lenguaraz protagonista. Sigue los mismos caminos de la vorágine desorganizada e inconexa que, para nuestra alegría, permite disfrutar del personaje en su hábitat natural.

¡Viva el trazo!

Jamie Hewlett es dibujante. Dicho así suena a perogrullada, pero no crean, que nos explicamos. No hay en las planchas de Tank Girl técnicas digitales o de cualquier otra clase para la creación de efectos, sombras o volúmenes. Está todo confeccionado a puros trazos de tinta.

Como los clásicos, como los buenos, Hewlett disfruta cuando dibuja. Se entretiene en el detalle minucioso y mancha con esa rara habilidad que pocos dominan. Todo parece salir de forma natural. El dibujo vive espontáneo y fresco, pero se advierte enseguida que se ha trabajado y sudado sobre el papel. Si tiene problemas con la anatomía humana o la composición de las viñetas los disimula a la perfección porque no advertimos ninguno por mucho que miremos.

Y como fin de fiesta, tiene Jamie Hewlett la virtud que tantas veces hemos ensalzado desde aquí: el estilo propio. Siempre que vean un dibujo suyo van a adivinar de inmediato su autor. Sobre todo si se fijan en las tan particulares expresiones faciales que coloca a diestro y siniestro.

El personaje, añadimos, protagonizó una película en 1995 (con Lori Petty como Tank Girl y Naomi Watts como Jet-Girl) de la que se mostró satisfecho el autor y no tanto aquellos que la vieron.

Viñetas y música

El inglés Jamie Hewlett es conocido no sólo por su paternidad sobre “Tank Girl”, que ya sería suficiente, sino por fundar junto al miembro de Blur Damon Albarn la banda Gorillaz, que alcanzó una cierta popularidad y en la que se encargó del diseño de los miembros “virtuales” del grupo. Es también autor de otro desmadre entreviñetado titulado “Get the Freebies” que también publica La Cúpula en España.

Peter Milligan es irlandés y pertenece, con Alan Moore y Neil Gaiman, a la nueva hornada de guionistas de cómics de superhéroes que han sabido darle la vuelta a un género que empezaba su senectud y revitalizarlo. Como éstos, no se ha dedicado tan sólo al género sino que ha tocado con igual destreza otros géneros del cómic o guiones para el cine y la televisión.