Templarios, nazis y objetos sagrados

Las reliquias sagradas llevan milenios fascinando a la humanidad. Además de alimentar los sueños de arqueólogos, aventureros y gobernantes deseosos de tener en sus manos alguna pieza que afianzase su poder a los ojos del pueblo, los objetos sagrados han inspirado a investigadores de lo insólito, escritores e incluso a cineastas tan populares como George Lucas.

En éste su vigésimo libro, el periodista y escritor Lorenzo Fernández Bueno nos ofrece un extenso catálogo de artefactos, incluyendo tanto aquellos asociados a la tradición bíblica (Arca de la Alianza, Mesa de Salomón, Santo Grial) como otros de procedencias muy diversas (el Bastón de Mando, las calaveras de cristal). Además, el autor de “Templarios, nazis y objetos sagrados” nos relata la búsqueda de algunos de estos objetos llevada a cabo, principalmente, por miembros la Sociedad Ahnenerbe comandados por un Heinrich Himmler ansioso por acrecentar el poder del Tercer Reich alemán.

Reliquias del Antiguo Testamento

La “Biblia” es una gran fuente de historias en las cuales aparecen diversos objetos dotados de propiedades asombrosas, o protagonistas de historias universalmente conocidas. Si nos centramos en la primera parte del libro sagrado, veremos que Fernández Bueno nos habla en su obra más reciente del Arca de la Alianza, la Mesa de Salomón, la Piedra del Destino y el Arca de Noé.

Aunque es más que probable que el lector esté familiarizado con las dos arcas bíblicas, quizá no lo esté tanto con las otras dos reliquias. En la Mesa de Salomón, el monarca hijo del rey David ocultó entre otras cosas el Shem Shemaforash (el verdadero nombre de Dios). Entre sus posibles ubicaciones figuran enclaves españoles como la ciudad de Toledo, y el novelista y divulgador Juan Eslava Galán firmo en su día (con su seudónimo Nicholas Wilcox) varios libros centrados en la esquiva mesa.

En cuanto a la Piedra del Destino, probablemente se trate de la menos conocida de las reliquias procedentes del Antiguo Testamento. Se trataría de la roca sobre la cual Jacob tenía apoyada la cabeza mientras soñaba con la famosa Escalera que unía la Tierra con el Cielo. La tradición sostiene que dicha piedra acabó en tierras escocesas, y todo monarca del reino de Escocia debía confirmar su cargo frente a la misma. En la actualidad la roca en cuestión, también conocida como Piedra de Scone, se conserva en el Castillo de Edimburgo junto al resto de las joyas de la corona escocesa.

Las reliquias de Cristo

Todos los objetos relacionados con la Pasión y muerte de Jesucristo tienen un gran valor evocador, y quienes aceptan que tales objetos son auténticas reliquias que estuvieron en contacto con el Mesías cristiano las veneran fervorosamente. En “Templarios, nazis y objetos sagrados”, Lorenzo Fernández Bueno dedica una gran cantidad de páginas a hablarnos sobre cuatro de ellas: la Lanza de Longinos, el Santo Grial, la Sábana Santa y el Santo Sudario.

La Lanza de Longinos fue utilizada, según se relata en el Nuevo Testamento, para atravesar el cuerpo de Cristo y comprobar que había fallecido tras la agonía de la crucifixión. De dicha lanza, custodiada en el Palacio Imperial de Hofburg en Viena (o eso afirman, al menos), se dice que otorga a su poseedor la invencibilidad. En cuanto a la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo, la tradición dice que envolvieron el cuerpo de Jesús durante los días que permaneció en la tumba.

Por último, la parte más amplia del libro que nos ocupa está dedicada a una de las reliquias más importantes de la cristiandad: el Santo Grial, del cual Fernández Bueno nos ofrece tres variantes. En primer lugar estaría el cáliz utilizado durante la Última Cena, el cual sirvió también para recoger sangre del Cristo crucificado (en Valencia y León se custodian copas que pugnan por ser reconocidas como el auténtico Grial). Luego estaría su interpretación como una esmeralda custodiada por los cátaros (una curiosa versión sobre la cual nunca habíamos oído hablar en El Mar de Tinta). Finalmente, tenemos la interpretación del Grial como la sangre de Cristo, presente en los descendientes de la hija que Jesús habría tenido con María Magdalena (¿recuerdan “El código Da Vinci”?).

Historia, tradición y leyenda

A todo lo comentado anteriormente hay que sumar capítulos dedicados a objetos no relacionados con la “Biblia”, y también a lugares de poder como la Capilla de Rosslyn o la supuesta tumba de Jesús en Cachemira. Todo ello entrelazado con las vidas de quienes buscaron y/o hallaron algunas de las reliquias, entre las cuales destaca sobre todo la del sacerdote Bérenguer Saunière, misterioso personaje vinculado al Grial en su interpretación como la sangre de Jesús.

En “Templarios, nazis y objetos sagrados”, publicado por Ediciones Luciérnaga, Lorenzo Fernández Bueno ha dado forma a un libro ameno y riguroso. Y, aunque se apoya en la arqueología y los análisis científicos siempre que ello es posible, nunca deja de lado su espíritu soñador de investigador con una mente abierta. Algo que permitirá al lector de este interesante volumen sumergirse en un mundo en el cual conviven fe, tradición, leyenda y poder ultra terrenal. Una combinación fascinante, ¿no creen?

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