Castigo para los buenos

El sheriff Walt Longmire vuelve a la carga con esta tercera entrega. Un nuevo caso, esta vez fuera de su jurisdicción, en las peligrosas calles de Filadelfia. Fiel a su estilo, Craig Johnson retoma a su personaje para narrar una historia policíaca llena de emoción y realismo, con grandes dosis de humor.

Avalado por el gran éxito obtenido con sus anteriores novelas, el autor estadounidense vuelve a la carga con un nuevo caso para el sheriff Longmire. Esta vez los sentimientos y emociones de su personaje fetiche se verán vulnerados, pues la víctima no es otra que su propia hija. Como si de un duro cuatrero se tratase, Craig Johnson arrastra al lector hacia una trama policíaca con reminiscencias de western, con un estilo limpio y audaz. Un buen producto americano para lectores que disfruten de este género renovado a través de la pluma de un excelente escritor.

Las buenas acciones se acaban pagando

Tras varios años de servicio, el sheriff del condado de Absaroka Walt Longmire decide tomarse un descanso y visitar a su hija Cady en Filadelfia. Su amigo indio Henry Oso en Pie se ofrece a llevarle en coche desde Wyomig. Juntos llegan a la ciudad, donde esperan encontrarse con la joven y su prometido, el abogado Devon Conliffe.

En Filadelfia les espera una desagradable sorpresa. Cady ha sido brutalmente golpeada por un desconocido y está en estado de coma en el hospital. No hay testigos, ni pistas. Desorientado y abatido, Longmire decide investigar por su cuenta el suceso, contando con la ayuda de los Moretti, una familia de policías cuyo miembro más joven, Vic, trabaja con él en Absaroka.

Todo parece indicar que el novio de Cady sabe más de lo que cuenta. Sin embargo, tras un interrogatorio nada sutil del sheriff, la relación que en principio parecía sólida entre los jóvenes resulta ser todo lo contrario. Devon oculta algo y parece estar relacionado con la agresión de Cady. Es el momento de buscar nuevos campos de investigación. Es el momento de buscar la verdad y hacer justicia. ¿Será su faceta de agente de la ley quien tome el control o se dejará llevar por sus emociones paternales?.

Cabalgada hacia el éxito

Muy bien acostumbrados tiene a sus lectores Craig Johnson. Un personaje carismático, unos “secundarios” atractivos e interesantes y unas tramas sencillas pero pulcramente narradas y resueltas. Son bazas para un éxito seguro, tal es así que Walt Longmire cuenta con una adaptación para la pequeña pantalla que vio la luz en 2012. Ya se prepara su cuarta temporada.

Buscar razones para un hecho de este calibre es complicado. El mundo editorial está plagado de thrillers de gran intensidad, asesinos psicópatas brutales y seres de diferente condición. Por eso se agradece la presencia de un personaje sencillo, campechano y con un sentido del humor de un cinismo delicioso. Walt Longmire es un vaquero del siglo XXI que se deja querer y es imposible no hacerlo. Los personajes secundarios le siguen de cerca. Su ayudante Vic, una mujer de gran coraje, no deja de ser una joven en un mundo de hombres, siempre tratando de hacer valer sus dotes. Henry Oso en Pie dista mucho de ser el clásico indio de película. Culto, sosegado y con un gran arraigo cultural, es un verdadero donjuán entre las mujeres.

No sólo los personajes son interesantes y verosímiles, también la narrativa. El estilo de Johnson, directo y cargado de humor, deja un gran sabor de boca. Tras la lectura de «Castigo para los buenos» se tiene la sensación de haber asistido a un evento único. Una historia sencilla, en apariencia, que se riza y deshace fácilmente, sin intrincados vericuetos. Esa linealidad que todos los buenos narradores saben seguir sin andarse por las ramas, pero que para algunos lectores ávidos de emociones fuertes les dejará a medias. El realismo plasmado en sus páginas es, sin duda alguna, un factor positivo, pero no aporta demasiada emoción. Existe un buen ritmo interno, sin altibajos ni alteraciones bruscas, como un río que fluye manso. Tal vez este punto sea tanto la clave de su éxito como su talón de Aquiles.

Fargo sin los Coen

Craig Johnson se dio a conocer en 2012 con Fría venganza, la primera de las novelas protagonizadas por el sheriff Walt Longmire. Ese mismo año la televisión americana la adaptó en una serie de televisión que, como el libro, cosechó un enorme éxito. A día de hoy existen tres temporadas completas inspiradas en este personaje.

 En 2013 vio la luz  «Una muerte solitaria». Un gran triunfo en EEUU. Y este año Siruela, como en los años anteriores, ha publicado «Castigo para los buenos». Una buena edición en pasta blanda con una atractiva portada que también está teniendo una buena acogida en nuestro país.

¿Qué es lo que convierte los libros de Craig Johnson en una mina de oro? Su narración ágil e ingeniosa y los temas que subyacen en su esquema general. Un crimen sirve de “excusa” para hablar sobre la importancia de los lazos familiares, el valor de la amistad o las relaciones interpersonales. En este sentido, el trato es sutil y cuidado por lo que resulta agradable al lector. Los personajes, humanos y naturales, se hacen cercanos, gracias a la propia experiencia del autor como agente de la ley. Esa cercanía identifica al lector con las emociones y sentimientos plasmados en sus páginas. La guinda, el humor ácido que recuerda mucho al cine de los Coen. Ésta parece ser la inspiración del autor. Asomarse a las páginas de «Castigo para los buenos» ofrece una visión actual del western más clásico, tal y como lo mostraban los cineastas en la aplaudida «Fargo».

En resumidas palabras. Un libro entretenido, bien escrito y de agradable lectura. Sin estereotipos ni clichés, sencillo y ameno. De consumo adictivo.

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