Domingos de agosto

La editorial Anagrama publica “Domingos de agosto”, escrita en 1986 por Patrick Modiano. Para muchos lectores es considerada una novela negra clásica con grandes dosis del lirismo propio de los autores del siglo XIX. Una verdadera joya para los amantes de este particular escritor que, sin embargo, podrá resultar desconcertante para el público en general.

“Domingos de agosto” arranca con un encuentro casual entre dos hombres en Niza. Jean, joven fotógrafo venido a menos y Villecourt, un antiguo bon vivant. Ambos comparten un pasado en el que se mezcla una hermosa joven, Sylvia, un matrimonio norteamericano y un espléndido diamante. El drama y el misterio están servidos.

En un rincón de Niza

Niza, ciudad de descanso y bienestar. Un paraje para disfrutar de los grandes y pequeños placeres de la vida. O al menos así lo creía Jean cuando llegó allí con una cámara bajo el brazo y muchos buenos deseos. Dos años después, se ve solo en una ciudad que para él está muerta, llena de nostalgia.

El encuentro casi casual con Villecourt le trae recuerdos de lo acontecido tiempo atrás. De cómo se conocieron y se enamoró locamente de la esposa de su nuevo amigo: Sylvia. Tan hermosa como triste, tan abandonada y maltratada. Su huída y su vida en común, al principio feliz. Y el desastre. Sylvia se llevó consigo una piedra de valor incalculable. Una joya que su marido esperaba vender a buen precio. Una piedra maldita que sólo traerá desgracias.

Poco a poco, la vida de Jean se ve rodeada de mentiras, secuestros y personas con intenciones no del todo claras. Una vorágine de la que no puede escapar y que poco a poco le irá consumiendo.

La ciudad que respira

“Domingos de agosto” es una novela difícil de clasificar. Misterio, detectives aficionados, ladrones y un romance: todos ellos ingredientes de un mismo puchero que, gracias a un buen cocinero como es Patrick Modiano, resultan apetitosos y excelentes. Los personajes se desenvuelven en un entorno que es a su vez un personaje más. La atmósfera creada para la trama es casi onírica convirtiendo a la ciudad de Niza en un ente que respira al principio, para mostrarse moribunda después. Merece la pena asomarse a esta estupenda edición de Anagrama, para contemplar la urbe a través de los ojos de Modiano. Espléndida y sórdida a partes iguales.

[quote]Mas adelante me acostumbré a la idea y en la actualidad me siento a gusto en esta ciudad de fantasmas donde no ha pasado el tiempo. Acepto, igual que los que desfilan en una procesión lenta por el Paseo, que se me ha roto un resorte.[/quote]

Jean narra en primera persona su historia con Sylvia. Este subjetivismo crea a veces una sensación confusa en el lector. Los sentimientos exaltados del protagonista, sus recaídas anímicas y su parsimonia recrean una especie de montaña rusa mareante. Quedan cabos sueltos y un profundo sentimiento de engaño, pues lo que todo lector ansía es ver resuelto el misterio.

Pese a todo, la lectura resulta intensa, provocadora. Es fruto del momento en el que se escribió. La década de los ochenta vio nacer un nuevo tipo de literatura más social y alejada del esnobismo. Cruda y realista, como es el caso. Más interesada en describir los estados anímicos de los personajes, la atmósfera, que el misterio en sí.

Novela negra y drama romántico

Patrick Modiano, ganador del Premio Nobel de literatura del pasado año, parece beber directamente de los grandes escritores del siglo XIX, como por ejemplo Wilkie Collins (1824-1889)Las descripciones llenas de lirismo, los personajes solitarios y melancólicos, incluso la maldición de la joya presente en «La piedra lunar«. Modiano va más allá. Involucra al lector, le hace vivir lo que vive Jean, su protagonista. Convierte a éste en un personaje de drama (drama romántico, además) inmerso en una serie de acontecimientos de los que no puede escapar.

La vulnerabilidad y la imposibilidad de luchar contra el destino se muestran con crudeza en “Domingos de agosto”. Al final sólo triunfa la soledad y la tristeza, amparada por el recuerdo. La forma en la que Jean rememora su vida dos años atrás demuestra la gran importancia que tiene la memoria para Patrick Modiano. El recordar y ser recordado son parte fundamental de la existencia del ser humano, de ahí que sólo sea capaz de ver fantasmas en la ciudad de Niza. Su realidad se vuelve volátil en un entorno que para él carece de vida y sentido, desembocando en un final abrupto e inconcluso.

Desde El Mar de Tinta recomendamos la lectura de este clásico de Modiano pero con aviso a navegantes. No se trata de una novela negra al uso. Su  título sugerente aborda temas más profundos de lo que a priori puede apreciarse, dejando de lado los aspectos más característicos del género. “Domingos de agosto” es diferente, moderna e imprevisible. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *