Un hombre llamado Cervantes

Miguel de Cervantes Saavedra se ganó un merecido lugar en el Olimpo de los grandes genios de la literatura universal gracias a “Don Quijote de la Mancha”, una obra maestra absoluta considerada por muchos como la mejor novela jamás escrita. Un libro de lectura tan compleja como imprescindible sometido, últimamente, a abundantes revisiones que intentan hacerlo más accesible al público moderno.

Al narrar las andanzas de Alonso Quijano, el escritor nacido en Alcalá de Henares no se limitó a dar forma a una extraordinaria desmitificación de los libros de caballerías, sino que también vertió en sus páginas historias inspiradas en sus propias vivencias. Y es que la accidentada vida de Cervantes está salpicada de experiencias tan interesantes que el autor alemán Bruno Frank no dudó en considerarlas dignas de ser narradas en forma de novela. El resultado, “Un hombre llamado Cervantes”, nos llega ahora en una excelente edición de la mano de Editorial Almuzara.

Una vida de novela

La primera vez que nos encontramos con Cervantes, el futuro autor de las “Novelas ejemplares” es un joven estudiante que entra al servicio del cardenal Julio Aquaviva como profesor de castellano. Acompañando a su eminencia, Miguel viajará a Roma e iniciará así unos años repletos de acontecimientos que pondrán a prueba su temple, entre los cuales destacan su participación en la batalla de Lepanto y, tiempo después, su cautiverio de más de cinco años en Argel.

Una vez recuperada la libertad, Cervantes intentará conseguir que el rey le otorgue algún cargo, al tiempo que trata de ganarse la vida por medio de la escritura, fracasando en ambos empeños y subsistiendo a malas penas. Finalmente, tras tener una hija con Ana Franca de Rojas (quien le abandonará dejándole a cargo de la pequeña) y casarse por conveniencia con la joven Catalina de Salazar, Miguel será nombrado comisionado de la Intendencia Real. Sin embargo, el cargo le traerá más disgustos que alegrías hasta que, acusado falsamente de apropiarse de dinero público, acabará siendo encarcelado. Será durante su reclusión en la Cárcel Real de Sevilla cuando, por fin, imaginará la historia de un hidalgo aficionado a la novela de caballerías.

La España de Felipe II

Además de novelar la biografía de Miguel de Cervantes, Bruno Frank presenta en su libro una narración paralela centrada en momentos de gran relevancia del reinado de Felipe II, empezando con la muerte del príncipe Carlos de Austria y terminando con el fallecimiento del propio monarca en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial (obra faraónica y una de las grandes obsesiones del soberano). Una época en la cual el Imperio español alcanzó su apogeo, si bien la mala gestión de las abundantes riquezas procedentes del Nuevo Mundo, malgastadas en diversas guerras, hizo que los españoles vivieran asfixiados por el yugo de los abusivos impuestos recaudados para intentar atajar la eterna sangría de las finanzas reales.

En “Un hombre llamado Cervantes” asistiremos a triunfos como el de Lepanto, pero también a catástrofes como la terrible derrota de la Armada Invencible frente a las costas inglesas. Conoceremos también el afán de Felipe, gran defensor de la fe católica, por acabar con los herejes protestantes, y veremos cómo su corte está plagada de parásitos que medran a la sombra del monarca, disfrutando de una vida regalada mientras el pueblo llano lucha por sobrevivir y los campesinos se desloman de sol a sol sin saber qué parte de sus cosechas se les permitirá conservar. Y todo ello encontrará, de un modo u otro, acomodo en la producción literaria cervantina.

Obras de Cervantes

Antes de escribir las dos partes de “Don Quijote de la Mancha”, Miguel de Cervantes probó suerte con diversos estilos literarios, siempre con escasa fortuna. Como solía ser habitual en la época, sus primeros escarceos literarios los llevó a cabo en verso, y el período que pasó en Italia hizo que entrase en contacto con la obra de autores autóctonos, la cual le influyó poderosamente. No obstante, el primer texto relevante mencionado por Frank en la novela que nos ocupa es “Los tratos de Argel”, obra teatral inspirada en su experiencia personal como cautivo de los turcos en la ciudad africana.

Más adelante, acuciado por la penuria económica, Cervantes seguirá el consejo de un editor y se aventurará por el terreno de la novela pastoril con “La Galatea”, si bien lo hará a desgana consciente del poco valor literario de la misma. También se nos habla en “Un hombre llamado Cervantes” de “El cerco de Numancia”, obra trágica compuesta a modo de homenaje al valor de los numantinos frente al asedio romano, así como de “El retablo de las maravillas”, entremés satírico que se burla de la obsesión por la pureza de sangre en una nación caracterizada por haber sido siempre un crisol de culturas.

Finalmente, la novela se cierra con la gestación de las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza. Quedan fuera de ella, entre otras obras, las “Novelas ejemplares” (recopilación de novelas cortas entre las cuales figuran maravillas como “Rinconete y Cortadillo”, “El coloquio de los perros” o “El licenciado Vidriera”), y “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”, novela bizantina considerada por Cervantes como la cumbre de su producción literaria.

Una amena biografía novelada

Bruno Frank consiguió con “Un hombre llamado Cervantes” crear una mezcla perfecta de narrativa histórica, elementos biográficos reales y situaciones ficticias, y lo hizo con tal habilidad que el texto fluye a la perfección, de modo que Cervantes se transforma en un personaje tan interesante como los que surgieron de su pluma. Ahora bien, en El Mar de Tinta no entendemos por qué la herida que el escritor recibió en su mano izquierda en Lepanto (la cual afectó a un nervio y tuvo como consecuencia la paralización de la misma) se transforma en la novela de Frank en un muñón. Hecho que se magnifica en la ilustración de portada, en la cual se observa que la extremidad amputada es, rizando el rizo, la del brazo derecho.

Dejando aparte tan curioso gazapo, creemos que nos encontramos ante una obra muy recomendable, en la cual quien no conozca la vida de Miguel de Cervantes podrá descubrir sus escasas alegrías y sus abundantes miserias, tanto económicas como literarias y amorosas. Un libro que aparece en un momento en el cual la figura del gran literato español está cada vez más presente en las librerías españolas, en títulos como “Misterioso asesinato en casa de Cervantes”, de Juan Eslava Galán, o “El escudero de Cervantes y el caso del poema cifrado”, de Manuel Berriatúa.

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