Verduras en tres pasos
Grijalbo nos trae «Verduras en 3 pasos», ochenta recetas sencillas en las que las verduras, hortalizas y otros productos de origen vegetal son el ingrediente principal. Escrito por Molly Brown y con fotografías a todo color que ilustran cada uno de los pasos del título, nos trae sugerencias sabrosas para romper reticencias. Porque cocinar es fácil y comer verduras puede ser un festival de sabor.
Varias cosas pueden arredrarnos a la hora de enfrentarnos a los fogones: las dificultades técnicas, el aburrimiento y nuestros propios melindres (los consabidos «no me gusta», que eran el horror de nuestras madres). Este libro las combate todas con argumentos sabrosos, fáciles y versátiles. Y, para que nadie se acogote, explicadas en tres pasos. Porque lo de «divide y vencerás» le sirvió a Julio César en sus conquistas, y nos puede servir a nosotros para organizar la preparación de un plato y triunfar con él.
Una edición manejable
Es de agradecer, en los libros de cocina, su manejabilidad, porque ayuda a cocinar sin preocuparse de que se cierre la página que queremos ver. Es una facilidad añadida al cocinero, que no perderá el hilo.
Además, esta edición viene en papel de calidad, tenemos la impresión de que repelería el aceite, ese amigo de la cocina y enemigo de los libros de recetas. Otros libros de esta colección («Pasta en 3 pasos», «Tapas en 3 pasos», «Recetas básicas en 3 pasos» o «Pastelería en 3 pasos») gozan de esta misma presentación.
Por tipos de verdura
Para empezar, una foto con las distintas verduras en dos cuadros de 4 x 4: hay que familiarizarse con el objeto; así, cuando vayamos a comprar a la tienda, sabremos a lo que vamos. Seguidamente, algunas técnicas culinarias, todas ellas en tres pasos: hervir, cocer al vapor, a la plancha, asar, estofar y saltear en el wok.
Tras estos preliminares, los distintos apartados: ensaladas; hortalizas verdes; setas; cereales y legumbres; hortalizas de raíz; patatas, tubérculos y calabaza y verduras mediterráneas. Salvo el apartado de ensaladas -que sólo tiene ensaladas- casi todos los apartados aportan distintos tipos de recetas: pasteles salados, empanadas, purés, arroces, ensaladas, cremas… con guiños a la cocina italiana, francesa, española, griega y rusa.
Cada receta, al detalle
Junto al título de cada receta, aparece una especie de sello donde indican la dificultad (que puede ser muy fácil, fácil o difícil), el tiempo de preparación y el de cocción. Debajo se indican los ingredientes, separando los de la verdulería y los del colmado, y los utensilios que nos harán falta: esto es de agradecer ya tengas toda la experiencia del mundo o lleves dos días en los fogones. Tras estos preliminares, la presentación del plato en su arte final.
Y entonces pasamos al lío: tres pasos, tres, que en general se resumen en una palabra, pero que puede acompañarse de muchos instrucciones, según la complejidad del plato. Acompaña a cada paso una preciosa foto (porque las fotos son parte del manjar) que ilustra la técnica.
El Mar de Tinta cocina
Entre los manjares propuestos, nos hemos inclinado por unos «tallarines con setas, rúcula y guindilla», por una pregunta de lo más peregrino: ¿cómo queda la rúcula con la pasta? Una vez hecha la receta (que está entre las muy fáciles), podemos responder: queda muy bien. Pasamos por la verdulería y el colmado por los ingredientes y nos pusimos manos a la obra.
Cocemos la pasta al dente y la reservamos; rehogamos la mitad de las setas (y nos quedamos cortos o la sartén era muy grande) y las reservamos; al dorar la segunda mitad, añadimos la guindilla con un poco de ajo y rehogamos un poco más, lo mezclamos con las otras y agregamos la rúcula, que salpicamos con un poco de aceite, para que se ablande ligeramente..
Finalmente, rehogamos todo junto en la sartén (la pasta y las setas con rúcula) y lo mezclamos bien. Lo servimos y añadimos el queso rallado. Nota: se tarda menos en comer que en preparar. Lo que ya es decir…
VENTAJAS | DESVENTAJAS |
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