Cierra los ojos

¿Y si una tranquila mañana cambiase tu vida para siempre? Sophie Mckenzie, autora de éxito en el género infantil y juvenil presenta su primera novela adulta: “Cierra los ojos”. Una novela que engancha desde el principio, sorprende y mantiene en vilo al lector. Un excelente debut para una escritora consagrada a cargo de la editorial Principal de los libros.

Sophie Mckenzie salta de la literatura juvenil al thriller con esta novela donde los giros inesperados de la trama se entrelazan con personajes que esconden muchos secretos tras una faz amable. Un matrimonio de clase alta con un triste pasado que vuelve a salir a la luz, para cambiarlo todo.

Adivina quién viene esta noche

Geniver aún llora la muerte de su bebé, Beth. Ocho años le ha llevado mantener su recuerdo y no morir en el intento. Art, su marido, espera tener otro hijo, pero su insistencia sólo consigue que ella se encierre más en sí misma. El éxito laboral de éste choca con su estancamiento para escribir. Desde la muerte de su hija su exitosa carrera literaria se ha visto interrumpida y nada parece poder cambiar la situación.

Sin embargo, una inesperada visita trastocará la monótona existencia de Gen. La hermana de la enfermera que ayudó en su parto irrumpe en su casa para revelarle una increíble noticia: su bebé vive. No murió al nacer, tal y como su médico y su marido le dijeron. Nació sano.

Tras el shock inicial e ignorando los consejos de su marido y amigos para que olvide la confesión de la desconocida, Gen decide averiguar la verdad. Desea encontrar a su hija. Pero su búsqueda se verá interrumpida por otro inesperado hecho, la muerte de la mujer que la visitó. Sin pistas que seguir y sin apoyo, todo parece perdido. Sólo su determinación y amor le darán fuerzas para continuar. Y las dudas. ¿Es posible que Art tenga algo que ver en el asunto? Y si es así, ¿por qué mentirle durante ocho años?

Niños perdidos

Un tema tan delicado como el que trata Sophie Mckenzie, la pérdida de un hijo o su robo, podría obligar a un libro a quedarse en una estantería con el rótulo “culebrón de sobremesa” en su lomo. No obstante, consigue hacerlo interesante y convertir “Cierra los ojos” en un thriller con una gran tensión narrativa. La voz de la protagonista en primera persona tiene mucho que ver. Desde el principio el lector se siente cómplice de su vida, empatiza con una heroína que no busca serlo. Ve todo lo que ella ve, conoce todo lo que ella conoce y se pierde con ella, como los niños perdidos de «Peter Pan y Wendy», en un mundo que parece irreal.

Uno de los grandes atractivos de esta novela son sus personajes, muy humanos y ricos en matices. No hay buenos y malos, sólo personas que buscan complacer sus intereses, ser comprendidos y aceptados. Los traumas son tratados sin sentimentalismo, lo que resta cierto dramatismo a una situación que ya lo es en sí misma. Nadie necesita que le recuerden cada cinco páginas que perder un hijo es algo duro y triste.

Por otro lado el ritmo vertiginoso de la narración, ágil y  coherente, precipita más aún las ganas de leer. Nada parece ser lo que es y cada giro de la trama adentra más y más en un misterio que necesita ser desvelado. Mckenzie se sirve, además, de un personaje desconocido que plasma sus oscuros pensamientos en forma de letra cursiva. Algo inquietante que sirve de acicate para mantener el interés. Y lo consigue.

Género encontrado

Tratándose de una escritora que se mueve en la literatura para niños y jóvenes, sorprende este cambio de temática. Un giro hacia el realismo más sorprendente y duro, pero que demuestra un gran talento por aprovechar. Sin duda alguna su experiencia en los géneros citados le ha servido para lanzarse a nuevas experiencias con “Cierra los ojos”.

El tema no es demasiado original, pero sí la puesta en escena. Un escenario actual, unos personajes aparentemente normales y un secreto son los ingredientes. La mezcla resultante es tan chocante como adictiva. La intensidad narrativa merece que el lector se asome a sus páginas y descubra por sí mismo los secretos que ocultan.

Parece que la autora ha encontrado un nuevo género en el que moverse como pez en el agua. No hay cabos sueltos, nada se escapa a la pluma de Sophie Mckenzie. Es una obra pensada, meditada y reflexionada. Se aprecia un interés por hacer una novela redonda en un género que, de por sí, es difícil. No hay atisbos de infantilismo, es una obra madura para un público adulto. Principal de los libros ofrece una buena edición en pasta blanda. Asequible desde todos los puntos de vista.

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